El Instituto Nacional de la Investigación Médica de Londres ha desarrollado un trabajo que revela la existencia de un mecanismo precursor del contagio de los virus aviares de la gripe a las personas. Las conclusiones de este estudio revelan que, pese a que los organismos animales y humanos poseen diferentes mecanismos para asimilar los virus, algunas variantes se transmiten a las personas sin realizar ningún tipo de mutación.
Tal como han explicado los expertos, las grandes pandemias pasadas de la gripe han comenzado a partir de virus procedentes de las aves que, tras evolucionar, se han unido a las células humanas. Hasta este momento, no se tenía la certeza del modo en el que estos organismos se transmitían a los humanos ya que ambas especies cuentan con un tipo diferente de receptores para la hemaglutinina, un componente de los virus gripales que se une a las células de un organismo durante la infección por esta enfermedad.
El equipo londinense dirigido por Steve Gamblin ha descubierto la habilidad latente de algunos virus aviares para unirse a los receptores humanos sin necesidad de sufrir ningún tipo de mutación que facilite su incorporación a las células humanas. Los autores de este trabajo, a partir de una técnica conocida como cristalografía de rayos X, analizaron la estructura de la hemaglutinina de la pandemia de gripe asiática de 1957 (hemaglutinina H2), y la compararon con la presente en la gripe española de 1918 (H1) y en la de 1968 de Hong Kong ( la del tipo H3).
Los resultados han confirmado que los precursores de los virus pandémicos H2 pueden unirse a los organismos humanos sin necesidad de sufrir ningún tipo de mutación inicial. Tras su asimilación, los virus se desarrollan con rapidez y se transforman para mejorar su capacidad de adaptación al ser humano y fortalecerse frente a las defensas orgánicas.
Este estudio, que se ha publicado en la edición digital de la revista «Proceedings of the National Academy o Sciences», ayuda a desvelar las razones que facilitan la tendencia de los virus aviares a unirse a las células humanas, y podría resultar beneficioso para mejorar y prevenir futuras pandemias gripales.