El implante coclear más pequeño del mundo, el «Cochlear Nucleus 5», que facilita a sus usuarios una mejor movilidad y una mayor precisión auditiva, se ha llevado a cabo en España. El jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno-Infantil de Gran Canaria, Ángel Ramos Macías, ha sido el primer cirujano de toda Europa en realizar esta intervención.
La operación, que tuvo lugar en el citado centro canario durante el pasado mes de agosto, se llevó a cabo en un niño con sordera neurosensorial severa o profunda. Al no poder beneficiarse de los audífonos, esta nueva técnica le ha permitido recuperar la audición mediante la implantación de un dispositivo en la cóclea. Para explicar cómo fue la intervención e informar de los últimos avances en esta técnica, el doctor Ramos Macías acudirá a Barcelona para reunirse con cerca de 100 de los mejores otorrinolaringólogos.
El implante coclear se aplica en España desde 1985 y en la actualidad hay más de 40 centros implantadores que, desde entonces, han realizado cerca de 6.000 intervenciones de este tipo, un 40% niños, según informaron desde Centros Auditivos GAES. En concreto, el nuevo «Cochlear Nucleus 5» está diseñado para adaptarse mejor a la forma natural de la cabeza, lo cual le convierte en una buena opción para niños, adultos y personas de edad avanzada. Al igual que los anteriores implantes, este dispositivo se ha desarrollado en estrecha colaboración con cirujanos de todo el mundo para así simplificar aún más el procedimiento quirúrgico.
Las personas que pueden recuperar su audición gracias a un implante son quienes padecen sordera severa profunda en ambos oídos y que han obtenido un escaso o nulo beneficio con los audífonos. No todas las personas que reciben un implante coclear recuperan su capacidad auditiva en el mismo grado, ya que intervienen múltiples factores como el estado del nervio acústico, cuándo se ha producido la pérdida auditiva, la edad de implantación, el nivel de lenguaje oral, así como la motivación y el compromiso del paciente para seguir el proceso de rehabilitación. Las estadísticas reflejan que los mejores resultados se obtienen cuando el paciente es un niño nacido con una pérdida de audición severa. En adultos, la efectividad ronda un 85% si el paciente ya había adquirido el lenguaje antes de que se produjera el trastorno auditivo.