El taladro es una de las herramientas más utilizadas y la más versátil. Además de practicar agujeros, con un taladro se puede revolver un bote de pintura o serrar, fresar, esmerilar o pulir una pieza. Solo hay que acoplarlo al accesorio adecuado para tener una herramienta polivalente.
Accesorios para fresar y serrar
Si el taladro se utiliza como fresadora, se pueden emplear dos sistemas de fresado. En el primer caso, se encaja en el portabrocas un accesorio o plato donde se alojarán las brocas para el fresado. La segunda opción consiste en utilizar un soporte de columna y un plato de fresar. Esta es una superficie plana, equipada con una guía ajustable, sobre la cual se desliza una pieza de madera.
Con los accesorios adecuados, el taladro se puede convertir en una sierra circular o en una de vaivén.
Con la sierra circular se puede trabajar a mano alzada o se puede anclar a una mesa de sierra o a un banco de trabajo. Las hojas de la sierra circular alcanzan un diámetro de unos 150 mm, lo que proporciona una profundidad de corte de hasta 60 mm. Hay muchos tipos de hojas, pero cuantos más dientes incluyan más fino será su corte.
A la sierra de vaivén se la conoce también como sierra de calar. Esta herramienta es la más adecuada para realizar cortes curvos y de formas irregulares.
Lijar y pulir con el taladro
El taladro también se puede utilizar para lijar y pulir. Basta con elegir los accesorios correspondientes para el desbaste, lijado y pulido. El plato de goma flexible se monta sobre un vástago que se aloja como si fuera una broca. Esta pieza admite hojas de papel de lija de diversa gradación. Las lijas de grano fino están marcadas con números altos y se utilizan para los acabados, ya que su capacidad para la abrasión es muy pequeña. Las de grano grueso tienen números bajos y se utilizan para desbastar porque su poder de abrasión es muy grande. Cuando se utiliza un plato de goma, hay que trabajar en un ángulo aproximado de 30º, de modo que solo esté en contacto con la pieza uno de los arcos circulares del disco.
El pulido se debe hacer con taladros que dispongan de regulador electrónico de velocidad
Cuando se utiliza un taladro para estas labores hay que tener en cuenta que, debido a la alta velocidad de giro de la máquina, si esta se mantiene estática en una zona, se corre el riesgo de eliminar más material del deseado y producir «bocados» en la superficie. Además, el pulido solo se debe hacer con taladros que dispongan de regulador electrónico de velocidad, con una velocidad de trabajo lenta.
La amoladora es otro de los accesorios que, acoplados a un taladro, son de gran utilidad. La amoladora se utiliza para afilar cuchillas y otras herramientas de corte. Antes de instalar una muela en el taladro, conviene comprobar su estado. Para ello hay que suspenderla de forma vertical y golpearla con un objeto que no sea de metal. Si el sonido es sordo, indica que la muela está agrietada, por lo que se debe desechar.
La amoladora se utiliza para afilar cuchillas y otras herramientas de corte
Antes de empezar el trabajo, hay que poner el motor en marcha y dejar que la muela gire durante un minuto en el vacío. Dada la rapidez con la que gira una muela en el taladro, es aconsejable suspender cada dos segundos el contacto de la misma con la herramienta que se afila para evitar su recalentamiento.