La Región de Murcia ha sido la primera comunidad española que ha desarrollado un decreto que regula las características nutricionales que deben cumplir los centros educativos. Esta norma nace con el objetivo de promover hábitos alimentarios saludables entre los escolares y contribuir a la lucha contra la obesidad infantil.
El decreto, aprobado el pasado viernes por el Consejo de Gobierno, afectará tanto a los centros públicos como a los privados y concertados, y se pondrá en marcha a partir del próximo curso escolar.
Desde entonces, los colegios tendrán prohibida la venta de alimentos de alto contenido calórico como bollería industrial, golosinas, aperitivos tipo «snack» o bebidas hipercalóricas. La medida se aplicará tanto a la venta en máquinas expendedoras como en locales de los mimos centros educativos.
El decreto también realiza una descripción de las características nutricionales que deben cumplir los menús de los comedores escolares en función de la edad de los niños. Esta programación dietética estará supervisada por expertos en nutrición y se transmitirá a las familias con el objetivo de que la alimentación proporcionada por los padres sea complementaria a la de los centros.
Otro de los aspectos destacados de esta regulación es la posibilidad de que los centros proporcionen menús alternativos a aquellos alumnos con intolerancias alimentarias o enfermedades que exijan una dieta diferente. La norma también permite que los padres hagan llegar a los centros la comida preparada en casa. En estos casos, los colegios asumirán la correcta conservación de los alimentos, así como su calentamiento y servicio.
La consejera de Sanidad de la Región de Murcia, María Ángeles Palacios, destacó la importancia de esta norma dado que se calcula que en la comunidad hay entre un 20% y un 25% de niños con problemas de sobrepeso. «La obesidad infantil será la enfermedad del siglo XXI», advirtió Palacios.