El nuevo Plan Autonómico de Control de la Cadena Alimentaria de Aragón (PACCAA) se fundamenta en una vigilancia adaptada al riesgo y más homogénea. Lo han elaborado técnicos de los departamentos de Agricultura y Alimentación y de Salud y Consumo, ya que la supervisión de la seguridad de los alimentos se inicia en el origen del producto, ya sea en el campo o en la granja con los animales vivos, y continúa hasta que llega al consumidor.
El trabajo ha generado toda una serie de protocolos para llevar a cabo la vigilancia de una forma homogénea en toda la comunidad y en consonancia con las normas nacionales y europeas. El operador es el responsable de garantizar la seguridad alimentaria y mantener la calidad, mientras que la Administración se encarga de controlar que todos esos procedimientos se llevan a cabo para garantizar el control de los peligros y, en caso de que se detecten, su eliminación. Las inspecciones y toma de muestras para ello son regulares y se fijan en función del nivel de riesgo de los establecimientos, un nivel que depende de diferentes factores como el tipo de producto tratado o los antecedentes en el cumplimiento de la normativa. La verificación de la eficacia del control oficial es otra de las novedades que aporta el plan presentado, cuyo valor añadido es la auditoria interna que una entidad externa realiza sobre el propio sistema de control.
El PACCAA, que es el primer plan elaborado en y para Aragón, tiene como objetivo final convertirse en un sistema de control tanto en la seguridad como en la calidad de los alimentos y piensos. Para ello, se incluyen en sus medidas la salud y el bienestar de los animales, ya que son factores que contribuyen notablemente a esta calidad, a la prevención de la diseminación de enfermedades animales y al tratamiento humano de las mismas. El nuevo plan pretende además ser un marco sólido y flexible en el que los operadores económicos y consumidores encuentren un referente sobre obligaciones y garantías.
Se ha establecido también un sistema de indicadores que permitirá medir la consecución de los objetivos previstos y así, tras su análisis, serán posibles modificaciones en el plan que permitan una mejora continua del control oficial y de las garantías de seguridad alimentaria. Con todo ello, se busca prevenir las enfermedades relacionadas con los alimentos y reducir su incidencia y prevalencia, además de disminuir la exposición de las personas con los agentes capaces de causar enfermedades por vía alimentaria y garantizar los niveles de calidad alimentaria.
En total, se han desarrollado 41 programas de control (20 de Agricultura y Alimentación y 21 de Salud y Consumo) y se ha recogido información entre los trabajadores que desde primeros de este año ya trabajan en los nuevos programas y procedimientos. El sector agrícola y ganadero tiene un peso muy importante en Aragón (el valor de la producción final agraria en 2009 alcanzó casi los 3.000 millones de euros), por lo que la seguridad alimentaria y la calidad de estas producciones requiere un plan autonómico de controles en base a criterios fijados por la normativa comunitaria. En cuanto al punto de vista de salud, un programa de estas características es muy importante ya que es estratégico en las políticas de salud pública consolidar y mejorar la seguridad alimentaria de los ciudadanos.