Investigadores de la Universidad de Sevilla (US) han comenzado a estudiar los componentes activos de plantas tropicales usadas en la medicina tradicional para obtener biomoléculas con propiedades antiinflamatorias (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn) y anticancerosas (cáncer de colon) que pudieran dar lugar a fármacos efectivos en el tratamiento de la inflamación intestinal y el cáncer.
Los datos clínicos detectados con anterioridad sugerían una conexión entre el origen del cáncer y los procesos inflamatorios de carácter crónico. Estos están en la actualidad en revisión y, hasta el momento, las evidencias que demuestran los mecanismos que conectan ambos procesos son muy importantes.
Los investigadores de la US, dirigido por la farmacóloga Virginia Motilva, en colaboración con Sofía García Mauriño, fisióloga vegetal también de la Hispalense, analizarán los componentes activos de plantas tropicales usadas en la medicina tradicional por sus propiedades terapeúticas frente a las patologías anteriormente citadas. Entre estas plantas destacan especies de los géneros Morinda, Prionosciadium, Davilla o Rizhophora (mangle rojo).
«En la actualidad los programas de desarrollo de nuevos fármacos son amplios y variados e incluyen la búsqueda de nuevos agentes de origen natural y efectivos frente a patógenos resistentes, antiinflamatorios, inmunosupresores, antitumorales, así como compuestos para el tratamiento de una gran variedad de enfermedades que han incrementado su incidencia debido al estilo de vida y al envejeciemiento de la población, como son las enfermedades cardiovasculares y las neurodegenerativas», explicó Motilva. Como diana biológica, los investigadores sitúan a las sirtuínas, enzimas reguladoras «muy interesantes» para poder combatir, por ejemplo, la inflamación intestinal y prevenir la aparición del cáncer colorectal, apuntó.
Los compuestos bioactivos que pretenden descubrir los científicos de la US en estas especies podrían llegar a regular la capacidad de las sirtuínas, «como han demostrado que lo hacen la quercetina, el piceatanol o el resveratrol, su principal valedor». «Es decir, además del resveratrol, que potencia esta actividad, nuestro objetivo es descubrir nuevas y más potentes moléculas», señaló Motilva.