El factor de transcripción Pit-1 en los tumores de mama puede servir para determinar el pronóstico de las mujeres con esta enfermedad, al tiempo que ayuda a predecir el riesgo de metástasis, según los resultados de una investigación desarrollada por científicos de la Universidad de Santiago de Compostela y la Unidad de Investigación del Hospital del Jove de Gijón. Los detalles de este trabajo se publican en el «Journal of Clinical Investigation».
Tras observar líneas celulares tumorales de ratones inmunodeficientes, los autores del estudio detectaron que los niveles elevados del factor de transcripción Pit-1 en mama son pro-tumorogénicos, es decir, que favorecen la proliferación celular y disminuyen la apoptosis o muerte celular, lo que induce a una mayor invasividad y lleva al desarrollo de metástasis en pulmón. Este hallazgo se corroboró al analizar muestras de carcinomas mamarios humanos, en las cuales se encontró una asociación significativa entre una mayor expresión del Pit-1 y el desarrollo de metástasis.
Este marcador se había descrito originariamente en la hipófisis, donde juega un papel clave en la diferenciación celular y en la regulación de hormonas hipofisarias, como la del crecimiento y la prolactina.
Los resultados de este estudio indican que la determinación de Pit-1 en biopsias de tumores de mama podría utilizarse como un factor pronóstico en pacientes con cáncer de mama, sobre todo en el caso del carcinoma ductal infiltrante, el más frecuente de estos tumores. También niveles elevados de Pit-1 podrían indicar un mal pronóstico en pacientes con ganglios positivos, de modo que estas mujeres «serían susceptibles de un tratamiento más agresivo y un seguimiento más estrecho». Por el contrario, en pacientes cuyos niveles de expresión de Pit-1 fuesen bajos, su pronóstico sería más favorable y podrían evitarse conductas terapéuticas más agresivas.
Además, esta proteína se puede convertir en una diana terapéutica en estos tumores. Estudios previos realizados por el grupo han demostrado así que la vitamina D inhibe al Pit-1, lo que podría sugerir posibles tratamientos con la vitamina D o análogos de la misma en pacientes con tumores en los que exista sobreexpresión de Pit-1.