Investigadores del Instituto de la Grasa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han elaborado unas semillas de girasol con alto contenido en ácido esteárico, un tipo de grasa saturada que no aumenta los niveles de colesterol en sangre. Con estas semillas, han producido una nueva modalidad de aceite de girasol que podría convertirse en la «alternativa más saludable» para la producción industrial de alimentos que requieren grasas sólidas a temperatura ambiente, según han afirmado los autores del proyecto.
El CSIC ha indicado que el Consejo de Ministros ha dado luz verde, mediante la modificación del Real Decreto que aborda la reglamentación técnico?sanitaria de aceites vegetales comestibles, a la comercialización de una nueva modalidad de aceite de girasol producido con estas semillas.
Las semillas de girasol alto esteárico se han generado mediante técnicas de mutagénesis e hibridación convencionales, «similares a las que se utilizan para generar los aceites de girasol alto oleico de uso ampliamente difundido en los últimos años». Además, en todo el proceso no se han usado organismos genéticamente modificados por transgénesis, explicó el científico del CSIC Rafael Garcés, coordinador del nuevo desarrollo.
Antes de su comercialización, ya se han adquirido diferentes patentes de semillas ricas en ácido esteárico desarrollas por este equipo, también formado por los investigadores del CSIC Enrique Martínez Force y Joaquín Salas Liñam. «Con estas semillas se han sembrado miles de hectáreas que producen aceite que o bien ya se comercializa, o al menos se usa en pruebas de grandes industrias de alimentos precocinados», destacó Garcés.
El estudio tiene como punto de partida la búsqueda de alternativas al consumo de ácidos grasos saturados presentes en las grasas animales, que incrementan los niveles plasmáticos de colesterol LDL o de baja densidad, también llamado «colesterol malo», ya que se acumula en el endotelio de los vasos sanguíneos y obstruye el flujo de sangre. Los ácidos grasos trans, que se obtienen mediante hidrogenación parcial de las grasas vegetales, han demostrado ser más perjudiciales que las grasas animales, ya que incrementan los niveles de «colesterol malo» y disminuyen los de «colesterol bueno» o de alta densidad, explica el CSIC.
El aceite de girasol alto esteárico desarrollado por el Instituto de la Grasa se presenta «como una alternativa saludable tanto al uso de grasas animales como al empleo de grasas vegetales hidrogenadas, ya que posee las condiciones plásticas necesarias para la industria y, a pesar de ser una grasa saturada, no aumenta las concentraciones de colesterol en los vasos sanguíneos», aseguraron los investigadores del CSIC.