La pintura con base de leche se elabora con ingredientes naturales y económicos. Aunque está indicada sobre todo para madera, se puede utilizar para dar color a cualquier superficie de interior. Es un producto cuyo acabado destaca por ser de larga duración y, una vez seca, la pintura no desprende olor.
Pasos previos
El componente principal de esta técnica de pintura es una cuajada elaborada con leche desnatada. Este proceso de solidificación, elaborado de manera natural, dura alrededor de una semana.
Para ello, se vierte un litro de leche en una jarra o recipiente transparente, que permita comprobar cada día los cambios ocurridos en la leche. Tras cubrir la vasija con un paño, se coloca en un lugar cálido libre de humedad y se deja reposar hasta que la leche esté cuajada y se haya separado la parte sólida del suero.
Cuando esto sucede, con un tamiz o colador, se separa el suero y se elimina. Para que la pintura adquiera la textura necesaria, se debe utilizar una cuajada espesa y blanca, mientras que el suero tiene un tono amarillento y es líquido.
Aunque parezca una opción más rápida y cómoda, para esta técnica no se puede utilizar una cuajada obtenida por coagulación (adición de cuajo), ya que este tipo de preparado lácteo dispone de ingredientes no aptos para pintar.
Con la base de leche cuajada preparada, hay que elegir el color con el que se quiere pintar. Entonces se coloca la cuajada en un cuenco y se añade un pigmento de base acuosa, del mismo color que la pintura. Se mezcla hasta obtener una pasta espesa y, si es necesario, se añade más tinte hasta que se logre el tono deseado.
Dadas las características de la pintura, es necesario presionar la brocha para que penetre en la madera
La superficie del objeto o mueble que se va a pintar debe estar lisa y libre de polvo. Con un pincel, se aplica la pintura en la misma dirección de la veta. Dadas las características de este producto, es necesario presionar la brocha al aplicarlo para que penetre en la madera. Tras dar la primera capa, se deja secar unas doce horas y, transcurrido este tiempo, se aplica una segunda mano y se deja secar de nuevo.
Cuando la pintura no esté húmeda, se aplica una capa de cera para dar lustre al acabado. Si se quiere conseguir un aspecto envejecido en la madera, se pueden añadir a la cera unas gotas de betún de Judea. En cualquier caso, es necesario utilizar un paño suave y frotar con fuerza para que penetre en la superficie.