Cada 22 segundos se produce una fractura vertebral en el mundo debido a la osteoporosis. En España, se diagnosticaron 30.000 fracturas vertebrales en 2010, aunque «esta cifra puede llegar a duplicarse ya que casi la mitad de estas lesiones son asintomáticas y no se diagnostican», según el doctor Luis Arboleya, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER) y reumatólogo del Hospital Universitario Central de Asturias (Oviedo).
En nuestro país se estima que hay 1,6 millones de mujeres y 438.000 hombres con osteoporosis, «sobre los que es necesario actuar, evaluando cuidadosamente la necesidad de instaurar un tratamiento farmacológico o, en los casos de menor riesgo, establecer medidas preventivas que incluyan ejercicio físico, dieta rica en lácteos y evitar hábitos tóxicos como el consumo de tabaco y alcohol, que son muy dañinos para los huesos», recuerda la SER con motivo de la celebración este 20 de octubre del Día Mundial de la Osteoporosis.
Además, en España se han detectado 3,8 millones de mujeres y unos 2 millones de hombres con osteopenia, una categoría inferior de riesgo de fractura. «Estos afectados no van a precisar tratamiento farmacológico, pero si deben ser diana principal de actividades educativas para mejorar su salud ósea», señala la SER. «Los pacientes que han sufrido una fractura osteoporótica duplican el riesgo de sufrir otra si no se toman las medidas oportunas», añade Arboleya.
Para el portavoz de la SER, la osteoporosis está «muy infravalorada» y «es llamativa la falta de concienciación socio-sanitaria acerca de las medidas preventivas necesarias para reducir su incidencia, así como la escasez de medidas terapéuticas que se instauran una vez que se ha producido la primera fractura». De igual modo, los pacientes con osteoporosis tienen un porcentaje de cumplimiento terapéutico muy bajo, en torno al 21%, en comparación con otras enfermedades crónicas. Arboleya cree que es probable que esta situación «se deba a que la osteoporosis es una enfermedad silenciosa y que se considera no mortal, por lo que los afectados tienden a abandonar el tratamiento más fácilmente. De ahí la importancia de fomentar campañas de concienciación y que los enfermos conozcan los riesgos que supone incumplir el tratamiento».