Pacientes con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa y los médicos encargados de su diagnóstico y tratamiento reclaman al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, con motivo del Día Mundial de la enfermedad inflamatoria intestinal que se celebra este domingo 27 de mayo, que ambas patologías intestinales se incluyan dentro de los baremos de valoración de discapacidad. Lo ha anunciado así el presidente de la Confederación de Asociaciones de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de España (ACCU-España), Ildefonso Pérez, que ha recordado que estas enfermedades crónicas son cada vez más prevalentes en España -unos 7.500 nuevos casos al año, más de 200.000 afectados actualmente- y en ocasiones causan «secuelas discapacitantes muy graves».
Desde hace dos meses han iniciado una campaña de recogida de firmas para dicho reconocimiento y, hasta el momento, ya han recopilado más de 13.000 firmas, 9.000 en formato físico y otras 4.000 digitales. Y es que aunque los tratamientos consiguen controlar los síntomas (diarrea, dolor abdominal, fiebre, pérdida de peso, etc.), actualmente no existe una curación definitiva. Además, la edad media del paciente en el momento del diagnóstico es de 29,5 años, lo que hace que muchos vean «truncado su proyecto de vida» dado que «hay quienes tienen que dejar los estudios, o no saben cómo enfrentarse a un puesto de trabajo, por temor a ser rechazados o despedidos por las bajas laborales».
«Si hoy en día el futuro de los jóvenes es complicado, lo es más para quienes padecen una enfermedad inflamatoria intestinal de este tipo», ha denunciado. De hecho, y como ejemplo de lo que significa vivir con esta enfermedad, Pérez ha explicado que «hay pacientes que no pueden usar el metro porque no hay baños». Además, ha añadido que «cuando un paciente tiene un brote, hasta un vaso de agua le puede sentar mal».
La petición de ACCU-España cuenta con el respaldo del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GETECCU), cuyo presidente y gastroenterólogo del Hospital Lozano Blesa de Zaragoza, Fernando Gomollón, ha denunciado que otra de las dificultades que tienen que «arrastrar» durante su vida estos pacientes es el «desconocimiento social de la enfermedad», que hace que «se les mire como bichos raros». Además, ha destacado la discapacidad que puede causar en pacientes «en plena edad productiva y reproductiva», y ha criticado que «la Administración tenga asumido que puede existir una discapacidad a causa de una esclerosis múltiple cuando hay otras enfermedades que causan una discapacidad con la misma intensidad o mayor y afectan más a la calidad de vida de los pacientes en términos generales».
ACCU-España y GETECCU han recordado que las causas de la enfermedad se conocen «solo parcialmente» y son variadas, ya que influye tanto una predisposición genética como el contacto con factores ambientales como la alimentación, el tabaco o la higiene en la infancia. Su diagnóstico suele demorarse entre seis meses a un año desde que debutan los primeros síntomas y, por el momento, no existen factores que ayuden a la prevención, tanto de la propia enfermedad como de los brotes en pacientes ya diagnosticados.