En 2010 tuvieron que ser ingresadas en un hospital a consecuencia de un conato de ahogamiento por sumersión un total de 478 personas, más del doble de los ingresos registrados en 2009, cuando fueron hospitalizados por esta causa más de 200 personas. Del total de personas hospitalizadas por conatos de ahogamiento en 2010, 324 fueron hombres (el 68%). En el mismo período fallecieron además 432 personas como consecuencia de un ahogamiento por sumersión (el 77% varones), de acuerdo con los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y recogidos por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad con motivo del lanzamiento, en el marco de las recomendaciones de cara al período estival, de la guía-cómic «Disfruta del agua y evita los riesgos» para prevenir lesiones graves en el medio acuático.
La guía, editada por Sanidad y disponible en su página web, tiene como objetivo recordar a la población las medidas que deben tomar para evitar situaciones que pueden poner en riesgo su salud y animar a adoptar una conducta segura para disfrutar de las actividades en el agua durante el verano. El folleto está dirigido principalmente a los niños y a los adultos responsables de su cuidado.
Cada año fallecen por ahogamiento en Europa, más de 5.000 menores de 19 años. Los conatos de ahogamientos también provocan secuelas graves, ya que algunas de las personas que sobreviven a estos accidentes padecen un daño cerebral permanente. De hecho, en 2011 ingresaron siete personas en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo como consecuencia de una lesión medular producida por una zambullida.
En cuanto a los traumatismos craneoencefálicos, pueden tener graves repercusiones tanto para el afectado como para su familia, y en algunos casos pueden ocasionar la muerte. En 2010, cuatro personas de entre 30 y 34 años fallecieron por esta causa.
Medidas para evitar accidentes
Entre las medidas incluidas en la guía figura el respeto de las normas de seguridad y bañarse en zonas vigiladas por socorristas Los padres, madres y cuidadores deben vigilar atentamente a los menores cuando están en el agua o jugando cerca de ella y tener en cuenta el significado de las banderas de la playa.
También se advierte de que muchos ahogamientos se producen en el entorno familiar como bañeras, piscinas privadas y piscinas hinchables, y generalmente se producen «de forma rápida y silenciosa», ya que la mayoría de las veces la víctima se pierde de vista solo unos minutos.
Sanidad recuerda que bañarse de noche o tras haber bebido es «muy arriesgado» ya que el alcohol «disminuye la capacidad de reacción ante el peligro», y que tirarse de cabeza desde balcones, árboles, o puentes o en zonas con poca profundidad puede provocar una lesión grave en la cabeza o en la espalda. El Ministerio también advierte de que tirarse de cabeza desde balcones, árboles, o puentes o en zonas con poca profundidad puede provocar una lesión grave en la cabeza o en la espalda.
Para evitar las consecuencias fatales en las zambullidas, Sanidad desaconseja lanzarse al agua en zonas desconocidas, con poca profundidad o desde una altura elevada o donde pueda haber obstáculos como piedras, ramas o exceso de bañistas; comprobar con cuidado la profundidad del agua antes de sumergirse y evitar bucear o saltar en aguas turbias, donde pueden no ser visibles otros nadadores y objetos. De igual modo, es preferible introducirse el agua lentamente y tirarse de pie varias veces antes de hacerlo de cabeza (siempre que la profundidad sea de más de metro y medio), en cuyo caso los brazos deben situarse en prolongación del cuerpo para proteger el cuello y la cabeza.
En caso de accidente, y ante la necesidad de traslado, Sanidad aconseja inmovilizar el cuello del herido, evitar mover la columna y avisar a un profesional para que acompañe al accidentado. No se deben utilizar los vehículos utilitarios particulares para los traslados.