Las enfermedades animales son responsables de la muerte cada año de, al menos, 2,2 millones de personas, y se estima que pueden afectar a más de 2,4 millones de personas, según un estudio mundial que ha analizado las consecuencias de 13 de las enfermedades animales que con mayor frecuencia se transmiten al hombre, como es el caso de la tuberculosis, el sida, la gripe aviar o la fiebre del Valle del Rift.
El estudio, realizado por el International Livestock Research Institute en Kenia, el Instituto de Zoología de Gran Bretaña y la Escuela de Salud Pública de Hanoi en Vietnam, ha elaborado una lista de los 20 puntos geográficos, donde pudieron observar que «es probable que el problema empeore». La gran mayoría de las infecciones y las muertes a causa de las llamadas enfermedades zoonóticas se encuentran en los países pobres o de ingresos medios, pero cada vez más aparecen «puntos calientes» en Estados Unidos y Europa, donde estas enfermedades empiezan a infectar a los humanos, hasta llegar a ser especialmente virulentas y, en algunos casos, desarrollar resistencia a los medicamentos.
«Las zoonosis representan una amenaza grave para la salud humana y animal», señala Delia Gracia, epidemióloga veterinaria, experta en seguridad alimentaria y autora principal del estudio. En su opinión, la orientación de estas enfermedades en los países más afectados es fundamental para la protección de la salud mundial, y no ocuparse de ellos sería permitir que la demanda para los productos cárnicos «contribuyera a la propagación de una amplia gama de enfermedades infecciosas en humanos y animales».
El estudio indica que Etiopía, Nigeria y Tanzania, así como la India son los países con las más altas cargas de enfermedades zoonóticas, tanto por propagación de la enfermedad como por muerte. También Estados Unidos y Europa -especialmente Gran Bretaña-, Brasil y partes del sudeste asiático pueden convertirse en focos de «zoonosis emergentes». Una de esas enfermedades con más probabilidad de trasmisión es la brucelosis -también conocida como enfermedad de Bang o fiebre del Mediterráneo-, que se produce por consumir leche sin esterilizar o carne de animales infectados. Los investigadores estimaron que aproximadamente uno de cada ocho animales en los países pobres se ven afectados por la brucelosis.
Esta investigación también examinó las zoonosis epidémicas, que ocurren típicamente en forma de brotes, como el ántrax y la fiebre del Valle del Rift, y en las zoonosis emergentes relativamente raras como la gripe aviar. Observaron así que algunas como el VIH/sida y la gripe porcina H1N1 han demostrado una alta capacidad de propagarse y de causar pandemias. Los investigadores estimaron que, al menos, un tercio de los casos mundiales de enfermedad diarreica se debe a enfermedades de animales y humanos, lo que coloca esta enfermedad como «la mayor amenaza para la salud pública zoonótica».