Además del aspecto visual, el olfativo tiene un valor fundamental cuando se trata de planificar y cuidar el jardín. Por eso conviene reparar en arbustos con flores de un aroma intenso y agradable, que garanticen que el placer de pasear y permanecer en este espacio verde no entre solo por los ojos. Este artículo enumera algunos géneros y especies de arbustos que llenan de fragancia el jardín, como el laurel, la dama de noche, la madreselva y la gardenia, entre otras variantes.
Arbustos: llenan de fragancia el jardín
Los arbustos son una pieza esencial de un jardín, y no pueden faltar los de flores aromáticas. Cuando se piensa y se planifica un estilo de jardín, un factor importante que se debe tener en cuenta es el aroma.
Todas las plantas y sus flores poseen sus propios olores, pero existen algunas especies llamadas aromáticas por la fuerza y lo agradable de sus fragancias. Entre ellas existe un conjunto de arbustos que cumplen con este cometido. A continuación se enumeran algunos de los más comunes.
Lila
La lila no exige muchos cuidados y crece, por lo general, sin problemas en suelos arcillosos o arenosos. De hecho, si hay que vigilarla, no es tanto por impedir que se marchite sino para que no resulte invasiva para las plantas que estén a su alrededor.
Con el fin de aprovechar su aroma, se fabrican perfumes con la esencia de sus flores. Estas últimas son de color lila en algunas especies del género, pero en otras son rosas, violetas o blancas; y además de proporcionar un delicado aroma, resultan muy bonitas a la vista.
Dama de noche
También conocida como galán de noche, debe estas curiosas denominaciones a su comportamiento: por la noche, sus flores (abiertas desde finales de la primavera y durante todo el verano) desprenden un perfume intenso, característico y muy agradable.
Este arbusto, cuyo nombre científico es Cestrum nocturnum, puede alcanzar los cuatro metros de altura. También se puede usar para setos, como el laurel, pero de tipo informal, ya que no mantiene una forma demasiado regular.
Madreselva
El verdadero nombre de este género es el de lonicera, aunque de manera popular se las conoce como madreselvas. Es un arbusto que se comporta como una trepadora o enredadera, cuyas flores, con forma de campana, se destacan por la dulzura de su perfume.
Se han descrito más de 500 especies de este arbusto, aunque los botánicos han reconocido de forma oficial poco más de un centenar. Hay que tener cuidado con su cultivo, porque son invasivas. De hecho, algunas de sus especies están así consideradas, y por lo tanto son combatidas; así ocurre en países como Estados Unidos y Nueva Zelanda. En el jardín, si se controla su crecimiento, no representa mayores problemas.
Gardenia
Este arbusto perenne puede alcanzar los dos metros de altura. Esta especie se conoce también como jazmín del Cabo, la más común de este género. Su nombre científico es Gardenia jasminoides. Florece dos veces al año, y sus flores son blancas y las responsables de su característico aroma.
Además de cultivarse como arbusto en el jardín, la gardenia puede vivir en macetas, sin aumentar demasiado su tamaño. Esta posibilidad, junto a su belleza y su fragancia, la hacen una planta muy solicitada para espacios interiores.
Laurel
Este arbusto es muy conocido por sus usos gastronómicos (sobre todo en la cocina mediterránea), derivados precisamente de la intensidad de su agradable aroma. En el jardín, su presencia garantiza frescura y, además, un follaje verde y brillante.
El laurel se puede cultivar en maceta, pero si se coloca en el suelo del jardín, puede crecer hasta una altura de 15 metros. Por eso, en ocasiones se emplea también como seto, para separaciones internas o marcar los límites de este espacio verde.
Jazmín
Uno de los arbustos con flores olorosas es el jazmín. Su flores (blancas y, a veces, amarillas) tienen un aroma muy característico, intenso y dulce. Esta planta prefiere el sol a la sombra y es ideal para los jardines y pérgolas, pues crece de manera considerable (pueden llegar a medir 3 metros), pero no es tan invasora como la hiedra o la glicinia.
En aromaterapia, se utiliza como afrodisíaco, analgésico, antidepresivo y relajante muscular.
Jara
Originaria del sur de Europa, la jara es una arbusto que puede llegar a medir unos tres metros. Es una planta silvestre, de hoja perenne y que tiene unas hermosas flores blancas..
Sus ramas y hojas están cubiertas por labdano o ládano (una resina muy aromática) muy utilizado en la elaboración de perfumes.
Romero
Este arbusto, originario de la zona mediterránea, es perenne, frondoso y muy ramificado. Es una planta que se desarrolla bien en zonas secas y áridas, con flores azuladas con manchas violáceas en el interior. Tiene un olor fuerte y muy aromático.
Se utiliza en la medicina tradicional debido a sus numerosas propiedades, sobre todo antioxidantes. Además, el aceite, esencia o alcohol de romero se utiliza para realizar friegas que alivien problemas musculares y articulares.
Las mencionadas hasta aquí son solo algunas de las posibilidades. Por supuesto, la oferta de este tipo de arbustos es muy variada. Algunas otras especies son la celinda, la salvia, la hierba luisa, el mirto, la glicina, el majuelo, el rododendro, el naranjo mexicano y la citisa.
En cualquier caso, al igual que con el resto de las especies que se pretenda cultivar en el jardín o en interiores, es importante tener en cuenta el clima de la región y los microclimas que se puedan crear. Por eso, también se puede conocer cuáles son los arbustos aromáticos más apropiados a través de la observación de otros jardines de la zona y de consultas a especialistas en los viveros.