Las cebollas son un alimento con un escaso aporte calórico ya que su contenido en agua es de alrededor del 90%. En su composición se ha de tener en cuenta su apreciable aporte de fibra y su contenido mineral y vitamínico, que la convierten en un excelente alimento regulador del organismo.
Interesantes propiedades
La cebolla es rica en compuestos azufrados que forman parte de su aceite esencial. Este aceite actúa sobre las vías respiratorias y mejora la expectoración, lo que resulta beneficioso en caso de afecciones respiratorias como catarros y bronquitis.
Además de su contenido en compuestos de azufre y vitaminas C y E, las cebollas contienen gran cantidad de flavonoides, entre los que destacan las antocianinas y la quercetina, todos ellos compuestos antioxidantes. Los antioxidantes bloquean el efecto dañino de los denominados «radicales libres». Con los años, los radicales libres aumentan el riesgo de que se den alteraciones genéticas sobre las células, lo que puede favorecer el desarrollo de cáncer, o pueden reducir la funcionalidad de las mismas, característica del proceso de envejecimiento.
¿Porqué hace llorar?
A todo el que ha pelado o cortado una cebolla se le han saltado en más de una ocasión las lágrimas. Esto se debe a que, cuando se corta la cebolla, ésta libera un aceite volátil muy rico en compuestos azufrados. Dicho compuesto se descompone al llegar a la lágrima del ojo y produce azufre que se transforma en ácido sulfúrico. Este ácido es el que provoca el picor y el lagrimeo.
La cebolla en la cocina
La cebolla es un alimento ideal para consumir tanto crudo como cocinado. Si se prefiere consumir cruda puede añadirse a ensaladas junto con otras hortalizas. Por lo general, las variedades dulces son las más empleadas para este fin, aunque también pueden consumirse variedades más fuertes si han estado a remojo unos minutos en agua con jugo de limón, para así conservar todas sus vitaminas.
Puede cocinarse tanto asada como hervida, rehogada, salteada, frita. Es un acompañamiento ideal de múltiples platos a base de carne, pescado, verdura, legumbres y guisos de todo tipo. Además, cuando se cocina la cebolla apenas se ve afectado su contenido en flavonoides, por lo que cualquier plato elaborado con ella será buena fuente de dichos componentes antioxidantes.