La República Dominica, que comparte isla con la República de Haití, se sitúa en Centroamérica y está bañada por las aguas del mar del Caribe y el Océano Atlántico. Su clima cálido tropical, donde la temperatura media es de 28ºC, hace que sea un lugar propicio para degustar refrescantes frutas y verduras dulces.
La capital de la Dominicana (así es como llaman al país sus habitantes) es la ciudad de Santo Domingo, un lugar encantador que combina lo sofisticado del mundo moderno con el carisma de lo isleño. Es una ciudad con interesante artesanía -cerámica, tallas de madera, pintura, pequeña escultura- donde el regateo a los turistas está presente en cada puesto de venta. Todo el que visite la República no ha de marcharse sin visitar sus calles, ni disfrutar de los paisajes que se aprecian en los Altos de Chavón y en la Isla Saona.
Amanece muy temprano, sobre las 6:00 de la mañana, y anochece alrededor de las 7 de la tarde, por eso, hay que adelantar los horarios de las comidas. Será la mejor manera de adaptar el cuerpo y las digestiones al cambio de latitud.
Gastronomía dominicana
La gastronomía de este país destaca por su gran colorido y el buen sabor que proporcionan las frutas y los vegetales. La cocina autóctona es una mezcla de la gastronomía taína, africana y española.
El plato típico por excelencia es el arroz con habichuelas o frijoles, que se sirve a todas horas. No es raro encontrarlo en el desayuno, y por supuesto, igual que aquí el pan, está presente en la dieta diaria. Algunas de sus recetas están influidas por el sabor español, como el sancocho, un cocido de carne y legumbres que recuerda mucho al Maragato o al Madrileño- y el locrio criollo– similar a la paella valenciana. Otros platos son típicamente locales, como el pescado con coco o la langosta.
Las raciones suelen ser platos únicos, que se acompañan con plátano frito y con yaniqueques, panecillos de harina fritos en aceite. El banano es la base de muchas otras recetas, y deja de ser un fruto para convertirse en guarnición, para lo que se prepara de diversas formas: troceado y fresco, frito, salteado, guisado o en escabeche.
Entre los postres se puede degustar el piñonate -elaborado con leche y coco-, el majarete -con azúcar, leche, maíz y canela- o las excelentes y jugosas frutas que se cultivan en el país. Hay una amplia variedad donde elegir: pomelo, plátano, mango, piña, melón, sandía o papaya. En zumo, en forma de batido o al natural, todas fórmulas válidas para un tentempié. Y el mejor de ellos es el coco recién arrancado del cocotero. Se abre por la parte de arriba y se bebe el líquido que contiene en su interior para más tarde comerse la pulpa de la fruta.
Deliciosas bebidas
Las bebidas en la República Dominicana las hay para todos los gustos, con alcohol y sin alcohol, dulces y amargas, para los niños y los mayores. Desde el desayuno ya se pueden degustar los batidos de frutas tropicales. A lo largo del día son numerosos los puestos donde se sirven cócteles, como la caipirinha o el coco loco. Los amantes del buen ron, no pueden dejar de saborear cualquiera de sus marcas típicas del país.
A todo el encanto del país, a sus paisajes y a su gastronomía, hay que añadir la música popular que no para de sonar allí donde se vaya: el merengue y la bachata.