La noche de San Juan, el 23 de junio, es la más corta del año en el hemisferio norte y desde la medianoche se encienden multitud de hogueras para eliminar cualquier mal durante un año. Esta popular celebración coincide con el solsticio de verano, una de las fechas más importantes para muchos pueblos desde tiempos remotos. El solsticio de verano es, junto con el de invierno, uno de los momentos del año en los que es máxima la distancia desde el Sol al ecuador de la Tierra. Las hogueras que durante horas permanecen encendidas van a ofrecer su luz a la oscuridad de la noche.
La festividad de San Juan es de origen pagano y desde sus orígenes los pueblos de Europa ya encendían hogueras en sus campos durante la noche anterior. Con el tiempo esta fiesta se fue cristianizando. Hoy en día, son muchas las personas que aprovechan la noche más corta del año para celebrar la llegada del calor con rituales y costumbres muy diversas.
Las hogueras, el elemento principal
El elemento principal de la noche de San Juan es el fuego. Los más pequeños de la casa se dedican a recopilar leña y muebles viejos de madera durante los días previos, con la gran ilusión de prender fuego en la que será una noche mágica e inolvidable para ellos. Llegado el momento, basta con amontonar toda la madera recogida, prenderle fuego y esperar a que sea la hoguera más grande de todas. Una vez conseguida la altura máxima se intenta reducir su tamaño para comenzar a saltarla. Solo en la Comunidad Valenciana las hogueras requieren de una estructura concreta, de forma que se preparan muñecos satíricos sobre un tema de actualidad.
La costumbre de encender fuegos parece que proviene de antiguos cultos paganos. Cuenta la leyenda que las cenizas del fuego previenen las epidemias y curan las enfermedades de la piel. Para tener un buen año también se dice que es necesario saltar la hoguera al menos tres veces.
Una gran fiesta por todo el mundo
La noche de San Juan no sólo se celebra en España, por toda Europa se celebran fiestas que marcan la llegada del verano. También en Sudamérica, en países como Brasil o Venezuela, aunque en algunos de ellos no coincida con el solsticio de verano sino con el del invierno. Desde la Península se fueron trasladando algunos ritos y costumbres de esta fiesta que ahora se celebra por todo el mundo.
San Juan es uno de los santos más festejados de toda Europa y durante ese día millones de personas con ese nombre, en distintos idiomas, Juan, Joan, Jean, John, etc. conmemoran su onomástica. San Juan se celebra por toda España, pero en algunos lugares adquiere un significado especial:
– En Icod de los Vinos, Tenerife, se hacen descender enormes troncos de fuego desde lo alto del monte en la noche de San Juan.
– En San Pedro Manrique, Soria, tiene lugar El paso del fuego, donde los más valientes cruzan descalzos las brasas de la hoguera. Ellos afirman que el secreto está en pisar con mucha fuerza para detener la combustión.
– Las hogueras de Sant Joan en Alicante, están realizadas artísticamente con madera y cartón en forma de muñecos, o ninots, que satirizan las malas costumbres de la gente. Se colocan en las calles tres días antes y se queman durante la cremá.
– En Ciutadella, Menorca, Sant Joan tiene un carácter muy especial ya que la celebración tiene un cierto aire medieval donde se desfila al son de la música popular montados a caballo. La bebida popular durante estas fiestas en la isla es la pomada, una mezcla de ginebra y limonada.
– En Cataluña se celebra La nit de Sant Joan de forma espectacular, con grandes hogueras por todas las calles de ciudades y pueblos y sobre la arena de sus playas. Muchas personas aprovechan las cálidas temperaturas estivales para darse un baño nocturno a la luz de la luna. Las hogueras se suelen acompañar de verbenas en casi todos los lugares, donde los grupos de amigos se reúnen para cantar, bailar y reír bajo guirnaldas de farolillo. Durante esta noche se lanzan fuegos artificiales y se disfruta comiendo la famosa coca de piñones y frutas confitadas.
En otros rincones de España también se celebra esta fiesta que suele durar hasta el amanecer, saboreando un delicioso chocolate con churros o porras.