🍹 ¿Qué es exactamente un refresco?
Tradicionalmente utilizamos la palabra “refresco” para referirnos a las bebidas carbonatadas de sabores, sobre todo, de cola, naranja y limón. Pero en el grupo de bebidas refrescantes, que es como se llaman legalmente, se incluyen también otras que han irrumpido en el mercado hace relativamente poco tiempo, como las llamadas bebidas energéticas, que reciben ese nombre coloquial por el alto contenido en cafeína que las caracteriza, las bebidas elaboradas con leche y zumo o las que están constituidas por aguas de sabores.
Para aclararnos en este mar de bebidas, conviene acudir a la legislación. Según la norma que las regula (Real Decreto 650/2011), se trata de productos con un contenido máximo de alcohol del 0,5 %, que se preparan con agua y que contienen uno o más de los siguientes ingredientes: anhídrido carbónico, azúcares, zumos, purés, disgregados de frutas o vegetales, extractos vegetales, vitaminas y minerales, aromas, aditivos autorizados u otros ingredientes alimenticios.
🍹 Variedades de refrescos (según la ley)
La legislación establece varios grupos de refrescos:
- Agua de Seltz: constituida por agua y anhídrido carbónico.
- Agua de soda: agua, anhídrido carbónico y bicarbonato sódico.
- Agua aromatizada (agua con aromas).
- Gaseosa: bebida incolora elaborada con agua, anhídrido carbónico, aromas, azúcares o edulcorantes y aditivos autorizados.
- Otras bebidas refrescantes. En este último grupo se engloba la mayoría de los refrescos que conocemos. De algún modo, se trata de un cajón de sastre en el que se incluyen todas aquellas bebidas que no cuentan con una normativa propia, a pesar de que algunas, como las bebidas energéticas, tienen elementos muy característicos que piden a gritos una regulación expresa.
En definitiva, lo que tienen en común todos estos productos es que son bebidas que no contienen alcohol en una cantidad superior al 0,5 % y están elaboradas a partir de agua a la que se añaden determinados ingredientes. Son precisamente dichos compuestos y su cantidad, los que marcan las diferencias entre las distintas bebidas, así que, para conocer todos los detalles, conviene consultar la etiqueta.
🍹 ¿Qué contiene este refresco?
En general, los envases de estas bebidas son bastante sencillos, dado que, salvo excepciones, no suelen incluir muchos mensajes capaces de distraer nuestra atención, como declaraciones nutricionales o de salud, imágenes… En cualquier caso, siempre es recomendable obviar en la medida de lo posible toda la información superflua y centrar la atención en la verdaderamente importante, que es la que compone el etiquetado.
🔹 Su nombre real
Lo primero que convendría leer es la denominación de venta, que normalmente se muestra junto a la lista de ingredientes. De este modo podremos tener una idea general de las características del producto. En todos los de este tipo deberíamos ver lo que se conoce como “denominación jurídica”, es decir, el nombre que recoge la legislación para este grupo de bebidas, que es “bebida refrescante”.
Es lo que ocurre en todos los productos analizados en nuestra Guía de Compra de bebidas refrescantes, salvo en Vichy naranja y Arizona té verde con miel, que, en lugar de esa denominación, incluyen una denominación descriptiva, es decir, una descripción del producto. Esto ofrece más información acerca de sus características, pero se podría interpretar erróneamente que no se trata de una bebida refrescante.
Por lo general, junto a la denominación de venta también se indican otras características importantes, como el tipo de endulzante utilizado: azúcar, edulcorantes o ambos.
🔹 Sus ingredientes
Sin duda, la parte más importante de la etiqueta es la lista de ingredientes, porque nos informa de los elementos que componen el producto. Y no solo eso. También nos ofrece información acerca de la cantidad en la que se encuentran, dado que deben enumerarse en orden según su importancia. Además, en caso de que algún ingrediente se destaque de algún modo en el envase, ya sea con imágenes o con palabras, debe indicarse su proporción específica.
Teniendo esto en cuenta, en todos los productos analizados el ingrediente mayoritario es el agua, lo cual era de esperar porque es lo que caracteriza a este tipo de bebidas. Lo único destacable en este aspecto es que, en la bebida de Vichy, esa agua es mineral natural. De todos modos, esa diferencia no tiene mucha importancia porque cualquier posible ventaja que esto pudiera suponer, queda enmascarada por el resto de los ingredientes.
🍹 ¿Qué gas llevan los refrescos?
Una de las características que solemos asociar con las bebidas refrescantes es el gas, es decir, la presencia de burbujas. Pero no todas son así. Para saber si se trata de una bebida carbonatada solo tenemos que leer la lista de ingredientes.
Si entre ellos vemos agua carbonatada o anhídrido carbónico, significa que la bebida tiene dióxido de carbono disuelto (anhídrido carbónico es el nombre con el que se conocía al dióxido de carbono hace años, pero es más correcto utilizar este último término). Eso quiere decir que cuando abramos el envase y tomemos la bebida, se formarán esas burbujas tan características.
La presencia de dióxido de carbono influye notablemente en las características organolépticas: produce en la boca una sensación característica de hormigueo, hace que la bebida nos resulte más ligera a la hora de saborearla e influye en el aroma y el sabor, dado que aporta una nota ácida.
Por otra parte, el gas puede llegar producir una sensación de hinchazón y malestar digestivo, especialmente en personas con problemas de este tipo (por ejemplo, hernia de hiato).
🍹 Refrescos con zumo, ¿cuánto tienen?
El zumo es uno de los ingredientes que se encuentran comúnmente en algunas bebidas refrescantes. Por lo general, se destaca su presencia en el envase, así que podemos conocer la cantidad concreta en la que se halla con tan solo leer la lista de ingredientes.
Entre los productos analizados en nuestra guía, la mayoría contienen zumo: Fanta naranja, Kas naranja, Bisolán, Vichy, Arizona y Nestea. En algunos, como Nestea o Arizona, se utiliza sobre todo para aportar aroma y sabor, por eso su proporción es muy baja (del 0,1 % y 2 %, respectivamente).
En el resto de los productos el zumo sí es uno de los ingredientes principales. O es al menos lo que se quiere dar a entender en algunos casos.
Por ejemplo, en Vichy se muestra un mensaje para indicar que en 1,2 litros de producto hay el equivalente a tres naranjas, aunque si tenemos en cuenta que el envase es de medio litro eso solo supone un 10 % de zumo por botella. Por su parte, Fanta señala que la bebida contiene un 8 % de zumo de naranja, que es la misma cantidad que contiene Kas. La más destacable en este aspecto es Bisolán, con un 22 % de zumo: 16 % de naranja, 3 % de zanahoria y 3 % de limón.
🍹 El azúcar en los refrescos
Hoy en día nos fijamos mucho más que antes en la cantidad de azúcar que tienen las bebidas refrescantes, porque hemos tomado conciencia de las implicaciones que su consumo habitual o excesivo puede tener sobre la salud (caries, obesidad, diabetes tipo 2…), especialmente cuando se ingieren en forma líquida, como ocurre en este caso.
Por eso muchos fabricantes han modificado la formulación de sus productos o han desarrollado otros nuevos con menos cantidad de azúcares añadidos o incluso sin ellos. Esto se ve con claridad en la mayoría de las bebidas analizadas en nuestra guía.
La única que está endulzada exclusivamente con azúcar es Coca-Cola, con un 10,6 %. Es decir, en una lata hay 35 gramos de azúcar, lo que equivale a casi ocho cucharaditas.
▶️ Los máximos de azúcar recomendados
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los azúcares libres, es decir, los azúcares añadidos más los de zumos, siropes y miel deben representar menos del 10 % de la ingesta calórica total diaria, lo que significa que las personas adultas deberían consumir menos de 50 gramos de azúcares y los niños y adolescentes menos de 25-45 gramos. Además, la OMS indica que si la ingesta se reduce a menos del 5 % —lo que supone 25 gramos en adultos y 13-23 gramos en niños y adolescentes— se obtendrán beneficios adicionales.
Pero, cuando un niño toma una lata de Coca-Cola, ya supera esa cifra. De hecho, en España los niños y adolescentes ingieren unos 50 gramos de azúcares añadidos cada día y buena parte de ellos proceden de este tipo de bebidas; en concreto, suponen un 18 % del aporte de azúcares en niños y un 30 % en adolescentes, según el informe Anibes de 2017.
🔹 Edulcorantes
Algunas de las bebidas analizadas no contienen azúcares añadidos porque en su lugar se utilizan edulcorantes. Es lo que ocurre en Coca-Cola limón, Kas naranja, Vichy y Bisolán.
Ahora bien, eso no significa necesariamente que no contengan azúcares. De hecho, la única que no los contiene es Coca-Cola limón. En el resto sí están presentes, ya que proceden de los zumos que se utilizan como ingrediente. De todos modos, la cantidad no es elevada. Hay cinco gramos de azúcar en cada envase de Bisolán y tres gramos en Kas y de Vichy.
🔹 Mezcla de azúcar y edulcorantes
Una estrategia que siguen muchas marcas en los últimos años es la de combinar el uso de azúcares con el de edulcorantes. Este tipo de bebidas con edulcorantes en lugar de azúcares añadidos podrían ser una alternativa para ir reduciendo el consumo de bebidas refrescantes hasta que deje de ser habitual. Así consiguen un sabor más aceptable que si emplearan exclusivamente estos últimos, a la vez que logran un producto con menos cantidad de azúcar que la versión normal.
Aunque eso no significa que sea una cantidad desdeñable. En Fanta, Schweppes, Nestea y Aquarius la cifra está entre 14 y 15 gramos por lata, es decir, más de tres cucharaditas. En Arizona el contenido de azúcar por envase es de 24 gramos, una cantidad equivalente a más de cinco cucharaditas.
Envases de refrescos e impacto medioambiental
Del mismo modo que cada vez hay más concienciación acerca de la repercusión que puede tener el consumo de azúcares sobre la salud, también la hay sobre el impacto ambiental que puede tener la forma en que nos alimentamos. La atención suele centrarse sobre todo en el uso de plástico en los envases, porque se percibe como un material contaminante y persistente en el medio ambiente.
Lo cierto es que evaluar el impacto ambiental de un envase no es tan intuitivo como puede parecer en un principio, porque hay que considerar muchos factores, algunos de los cuales solemos pasar por alto. Por ejemplo, generalmente el plástico es más difícil de reciclar que otros materiales, pero también tiene muchas ventajas, como su peso más ligero, lo que puede suponer un menor gasto de combustible en el transporte. En definitiva, no es una tarea nada sencilla, así que en muchos casos es difícil llegar a una conclusión sin realizar un estudio minucioso.
En cualquier caso, muchos fabricantes reflejan esta preocupación social por el medio ambiente en los envases. Por ejemplo, en algunos productos, como los de Bisolán y Coca-Cola, se indica que los envases son 100 % reciclables y en los packs de latas, en los que las unidades se mantienen unidas con argollas, algunas marcas, como Kas, han sustituido el plástico por el cartón.