Ejercicio físico y enfermedades respiratorias
Cuando hacemos ejercicio, aumenta la demanda de oxígeno de nuestro cuerpo. Para compensar esta necesidad, empezamos a respirar más rápido y nuestro corazón late a mayor velocidad. El resultado durante el ejercicio o al finalizarlo es la sensación de “falta de aliento”. No obstante, es importante aclarar que ésta es una sensación subjetiva y no equivale a la “dificultad para respirar” (disnea), que es un síntoma objetivo de un problema respiratorio.
Por ello, muchas personas, sobre todo las afectadas por enfermedades respiratorias, se muestran reticentes a practicar ejercicio. Lo hacen por temor a experimentar fatiga, de la que cuesta mucho recuperarse, o por miedo a poner en riesgo su salud.
El círculo vicioso de la inactividad
Sin embargo, está comprobado que la actividad física es beneficiosa para todas las personas, incluyendo las que sufren alguna patología pulmonar o respiratoria. En este sentido, es fundamental consultar con un profesional sanitario que pueda ayudar al paciente a desarrollar un programa adecuado a su condición.
¿Cuál es el ejercicio más recomendable para los pacientes respiratorios?
Es recomendable que una persona con patología respiratoria practique ejercicio. Está demostrado por numerosos estudios que el ejercicio aeróbico les ayuda a disminuir la sensación de ahogo (disnea) y aumentar la tolerancia al esfuerzo, mientras que el entrenamiento de resistencia contribuye a incrementar su masa muscular y fuerza. Si combinamos ambos, se consigue:
- un aumento en la capacidad para realizar las tareas de la vida diaria.
- una disminución en el número de agudizaciones.
- una mejora de la calidad de vida.
- un incremento de los años de vida saludables.
Todas las guías médicas sobre patologías respiratorias reflejan que el ejercicio más adecuado para este tipo de pacientes es el deporte aeróbico regular, a una intensidad que permita hablar mientras se realiza el ejercicio. En cambio, ponen la alerta sobre el ejercicio anaeróbico, que necesita de un alto consumo de oxígeno de golpe, lo que baja el nivel de oxígeno en sangre más de lo que ya está.
Factores que tener en cuenta al practicar ejercicio
La búsqueda de autosuperación y nuevas experiencias o desafíos hace que cada vez más personas se interesen por la práctica de deportes en condiciones más extremas. En este sentido, muchos pacientes con diagnósticos como asma, bronquiectasias, EPOC o algunas condiciones menos frecuentes, como Alfa-1, hipertensión pulmonar o fibrosis quística, también encuentran una motivación en practicar deportes extremos. ¿Es esto seguro o recomendable?
Si bien los tratamientos han mejorado considerablemente en el control de las enfermedades respiratorias, existen prácticas que pueden dar lugar a situaciones difíciles y peligrosas que hay que considerar. Uno de los aspectos que se deben tener en cuenta al elegir un deporte es el ambiente en el que se hace. Estos pueden ser:
- Ambiente hipóxico/hipobárico: alta montaña, viajes en avión, vuelo sin motor.
- Ambiente frío y seco: montaña y deportes de invierno.
- Ambiente caliente y seco: desiertos.
- Ambiente cálido y húmedo: trópicos.
- Ambiente con polución: ciudades, locales públicos, catástrofes naturales.
- Ambiente hiperbárico: actividades subacuáticas.
Durante el esfuerzo físico aumentamos las respiraciones por minuto y comenzamos a respirar por la boca, esto favorece que contaminantes presentes en aire entren en nuestras vías respiratorias y se produzcan alteraciones.
El ambiente recomendado para la práctica de ejercicio es el cálido y húmedo, evitando las temperaturas extremas y los lugares con menos concentración de oxígeno.
🏞️ La montaña
Existe una amplia variedad de deportes que pueden practicarse en la montaña. Lo que se tiene que tener en cuenta es que la temperatura disminuye 1o C cada vez que se ascienden 150 metros, por lo que el aire es progresivamente más frío y seco. Cuando una persona hace ejercicio en estas condiciones, respirará aún más rápido que si practicara el mismo esfuerzo en un ambiente más adecuado, debido al efecto de la hipoxia hipobárica (descenso del aporte de oxígeno a los tejidos consecuencia de la caída en la presión parcial de este gas por la exposición a una atmósfera con bajas presiones) y a la inhalación de aire frío y seco.
En personas sanas no se producen grandes cambios por debajo de 2.500 metros, pero a partir de esta altitud sobre el nivel del mar puede aparecer el mal agudo de montaña o mal de altura. Los primeros síntomas suelen ser:
- Dificultad para respirar
- Mareo
- Fatiga
- Aturdimiento
- Dolor de cabeza
- Náuseas y/o vómitos
- Aumento de las pulsaciones
Si esta estancia se prolonga en el tiempo, los síntomas pueden agravarse y afectar a los pulmones, corazón y sistema nervioso, dando lugar a:
- Confusión
- Congestión
- Tos
- Opresión torácica
- Disminución del estado de conciencia
- Palidez
Si no se aporta un tratamiento de oxigenoterapia, el mal de altura puede llegar a producir edema cerebral y/o pulmonar de altitud. En ambos casos se produce una acumulación excesiva de líquido en el órgano correspondiente. Aunque cualquier persona puede padecer el mal de altura, los afectados por una patología respiratoria pueden cursar con un episodio más grave.
Otro factor que se debe tener en cuenta es que, cuando una persona sana practica deporte en un ambiente frío, pueden aparecer síntomas similares a los que produce el asma. Por ello, las personas con una patología de base deben de tener especial cuidado.
Pero la latitud también tiene aspectos positivos, sobre todo para las personas con ama y/o alergia:
- a los alérgicos a los ácaros se les recomienda estancias en altitudes entre 1.000 y 3.000 metros, ya que por encima de los 1.500 estos seres no sobreviven.
- con la altura también disminuye la polución y los alérgenos en general, por lo que la actividad deportiva en este entorno es recomendable.
🏜️ Los desiertos
El aire caliente, al contrario de lo que pasa con el frío, parece que no es capaz de producir problemas a nivel respiratorio, pero la baja humedad del aire en estos ambientes sí que puede producirlos.
Los vientos y tormentas de arena pueden desencadenar problemas, por lo que hay que tomar precauciones.
🏝️ Los trópicos
Su ambiente cálido y húmedo en principio no tiene por qué ocasionar problemas en los pacientes. Lo que sí hay que tener en cuenta es que la humedad favorece la presencia de ácaros y moho en lugares mal ventilados, y la variación brusca de temperatura, la aparición de infecciones respiratorias altas. Por todo ello hay que tomar precauciones.
Además, la práctica deportiva puede dar lugar deshidratación y golpes de calor.
🔥 Incendios
Las catástrofes naturales como los incendios provocan un aumento de la cantidad de contaminantes en el aire, humo y partículas solubles, lo que da lugar a inflamación respiratoria y cardiocirculatoria. Esto hace que se recomiende no practicar deportes en zonas cercanas.
🌫️ Polución ambiental
Muchos son lo compuestos químicos, que bien solos o combinados, producen alteraciones en el aparato respiratorio. Por cada incremento de 10 μ/m3 de las concentraciones de partículas menores a 1 μm, se origina un aumento medio de 3 % de síntomas en las vías respiratorias bajas y un 0,7 % en las altas. Se sabe que la práctica de ejercicio en ambientes con altos niveles de contaminación produce inflamación de las mucosas y vías respiratorias.
🌊 Bajo el agua
El buceo es uno de los deportes de mayor auge, en los últimos tiempos, pero hay que tener en cuenta que para practicarlo es preciso tener amplios conocimientos sobre cómo se adapta el cuerpo a la profundidad y los cambios que se producen en él durante la inmersión.
Cuando una persona con problemas respiratorios quiere hacer estos deportes es necesario conocer los procesos que limitan la elasticidad pulmonar. Existen normativas que impiden que, por ejemplo, las personas con asma no puedan obtener la licencia para realizar actividades subacuáticas. ¿Por qué? Porque la descomprensión sobre una zona pulmonar obstruida por la enfermedad provocaría un accidente de descompresión por aumento de la presión en el interior del tórax.
🌬️ En el aire
En el vuelo en globo y vuelo a vela ocurre algo parecido a los deportes de montaña. Se aconseja el uso de suministro de oxígeno en cualquier vuelo que se prevea pueda sobrepasar los 3.000 metros de altitud durante un tiempo superior a 15 minutos.
Consejos para las personas con problemas respiratorios a la hora de practicar ejercicio
- Busca un deporte que te guste y consulta a tu médico si puedes realizarlo, en especial si quieres practicar un deporte extremo o en condiciones extremas.
- No te olvides de calentar antes y de estirar después.
- Hazlo a una intensidad adecuada que te permita hablar mientras lo realizas.
- Practícalo en el momento del día más propicio en cuanto a temperatura, contaminación…
- Viste con calzado y ropa adecuada.
- No te olvides de llevar tu medicación de rescate contigo y tomártela en caso de necesidad.
- Mantente hidratado, sobre todo en ambientes más calurosos.
- Lleva oxígeno si es preciso.
- Sé prudente.
Si tienes cualquier duda sobre este u otro tema relacionado con tu salud pulmonar, escríbenos a cuentanos@lovexair.com y te responderemos lo antes posible.