✅ Infusión, té y tisana no son lo mismo
Verdadero. Las infusiones se preparan mezclando plantas naturales con agua muy caliente, pero sin llegar a hervir. Solo se pueden llamar té cuando provienen de la planta Camellia sinensis. Ya sea té negro, rojo, verde, azul o blanco, todos vienen de la misma planta y solo se diferencian entre ellos por el grado de oxidación y el procesamiento de sus hojas. Por ello, todos los tés son infusiones, pero no todas las infusiones son tés.
Por otro lado, las tisanas son bebidas que se elaboran tras hervir una mezcla de hierbas, especias, frutas secas y cortezas. Tradicionalmente, las tisanas se tomaban con cierta connotación medicinal, pero hoy en día se beben como cualquier otra infusión.
❌ Son seguras porque son naturales
Falso. Lo natural no es siempre sinónimo de inocuo. En general, las infusiones son muy seguras, pero algunas, si se toman en exceso, pueden tener efectos secundarios para algunas personas.
Por ejemplo, el té verde es una de las infusiones que más se consume, sobre todo por la cantidad de antioxidantes, que reducen el envejecimiento celular. Sin embargo, es una infusión que posee teína y este estimulante, en grandes cantidades, no es recomendable para las personas hipertensas, con arritmias o para aquellas sensibles a la cafeína. Lo mismo ocurre con el poleo, cuyo consumo excesivo podría ocasionar problemas gastrointestinales, como ardor estomacal e incluso diarreas.
No existe una ingesta recomendada de infusiones, ya que depende del tipo de bebida (si tiene teína, es diurética…) y de si la persona sufre alguna patología.
❌ Son las sustitutas del agua
Falso. Mantenerse hidratado es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro organismo. El agua regula la temperatura corporal y el metabolismo, distribuye los nutrientes a todas las células y elimina toxinas, entre otras funciones. Se cree que beber infusiones reemplaza a un vaso del agua y que, por lo tanto, son perfectas para mantenerse hidratado. No es cierto.
Aunque estas bebidas contienen una buena parte de agua y aportan sabor y nutrientes, muchas de ellas tienen efecto diurético, como la cola de caballo o el diente de león. Esto quiere decir que favorecen la eliminación de líquidos por la orina; algo que no es malo, pero hay que tener cuidado si se consumen en exceso, ya que con la eliminación de líquidos también se pierden nutrientes y minerales. Por ello, aunque son un buen complemento, no son suficientes para una correcta hidratación.
✅ Las infusiones pueden interactuar con algunos fármacos
Verdadero. Algunas infusiones puede provocar interacciones con algunos medicamentos antidepresivos, diuréticos, antiepilépticos o fármacos para la diabetes o el corazón, y reducir su absorción. Esto implica una menor actividad del fármaco, por lo que su efecto se reduce.
Si se tiene algún problema de riñón o se sufre un déficit de potasio, lo mejor es no abusar de las infusiones con efecto más diurético, como la cola de caballo o el diente de león. Se recomienda, además, consultar con el médico para saber qué infusiones y plantas pueden interferir con los medicamentos recetados.
✅ Combaten el frío y el calor
Verdadero. Una infusión bien caliente entona el cuerpo en los días de frío, pero también son bebidas recomendables en el verano. Existe una razón científica por la que los beduinos toman té muy caliente para soportar las temperaturas del desierto: las bebidas calientes, al entrar en contacto con la lengua y la garganta, hacen que los sensores del cuerpo reaccionen y, como consecuencia, estimulen la sudoración. Después, el sudor se evapora y, en consecuencia, el cuerpo se enfría.
❌ Las pueden tomar los bebés
Falso. Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), no es conveniente que los menores de tres años beban infusiones. Los principios activos que contienen las plantas pueden causarles distintas dolencias más o menos graves (insuficiencia hepática, hemorragias, convulsiones, vómitos, acidez, alteración de la conciencia, deshidratación…). En esas edades, los pediatras solo recomiendan leche, agua y pequeñas cantidades de zumo exprimido de fruta.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), por su parte, desaconseja que los menores de 12 meses tomen infusiones, porque estas pueden presentar esporas de Clostridium botulinum, causantes del botulismo infantil.
✅ Las infusiones no tienen fecha de caducidad
Verdadero. Las infusiones no caducan, pero con el paso del tiempo van perdiendo sus propiedades organolépticas, es decir su aroma y su sabor. Por eso incluyen en el envase una fecha de consumo preferente. Los principios activos de las hierbas aromáticas (tomillo, romero) se conservan muy bien, pero el té verde, por ejemplo, pierde teína a medida que va reposando.
Si la infusión ya está preparada, no se recomienda conservarla durante más de dos o tres días porque se puede producir una contaminación bacteriana. Para que no ocurra, una hay que conservarla siempre en el frigorífico.
❌ El té excita menos que el café
Falso. La cafeína y la teína son el mismo compuesto químico procedente de las plantas; por lo tanto, pese a tener diferente nombre, son la misma sustancia. La diferencia es que el té contiene una gran cantidad de polifenoles, lo que le confiere mucho poder antioxidante y hace que la absorción de la teína sea más progresiva y suave, por lo que sus efectos psicoactivos durarán más en nuestro cuerpo y serán menos bruscos. Por otra parte, el café es mucho más rico en cafeína. Una taza de café tiene unos 80 mg de cafeína, casi el doble de lo que tiene una taza de té negro.
En cuanto a las infusiones de plantas con propiedades relajantes, su efecto dependerá de la infusión y del tipo de planta. Los beneficios calmantes de la valeriana o melisa se encuentran en la planta, y de ahí se saca el principio activo de los fármacos de valeriana o melisa disponibles en la farmacia y que ayudan a conciliar el sueño. Pero estos efectos se minimizan muchísimo con la infusión, ya que tras el procesamiento para convertirlo en las bolsitas que compramos en el supermercado poco o nada queda de ese principio activo.