Cómo funciona el algoritmo de Nutri-Score
Nutri-Score es un sistema de etiquetado frontal que permite apreciar, a simple vista, el perfil nutricional de los alimentos y bebidas. En palabras de Nancy Babio, investigadora de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili, «es una mera traducción del etiquetado tradicional de detrás del envase», ya que hace una evaluación global del producto en relación a su contenido nutricional y lo califica de un modo sintético, con un solo símbolo. Ese símbolo es una letra y una escala de colores, que va desde la A (en color verde oscuro) hasta la E (en color rojo). En este sistema, la mejor calificación es una A.
Para llegar a esta síntesis se utiliza un algoritmo, un sistema que atribuye puntos en función de la composición nutricional por cada 100 gramos de producto. En este cálculo se tienen en cuenta los elementos desfavorables (calorías, azúcares simples, ácidos grasos saturados y sal), pero también los elementos favorables (fibra, proteínas y contenido de frutas, verduras, legumbres y frutos secos). Unos restan, otros suman. Y, según el resultado, se asigna un color y una letra al alimento.
Qué cambia
El sistema, en su estructura, se mantiene igual: unos elementos suman puntos y otros, restan. Lo que cambia es la cantidad de puntos que suman o restan. El azúcar y la sal, por ejemplo, se penalizan más que antes, mientras que las proteínas y la fibra se valoran mejor. Además, los frutos secos y las semillas oleaginosas (como las de girasol) ya no se valoran en el mismo grupo que las frutas y verduras, como se hacía hasta ahora, sino atendiendo a los criterios específicos del grupo de las grasas, con lo que mejora su valoración. Todos estos cambios, a su vez, modifican la nota final de alimentos concretos.
Como explica el equipo de investigación en Epidemiología Nutricional de la Universidad de la Sorbona París-Norte (Francia) en el propio blog de Nutri-Score, estas modificaciones comportan cambios en algunos grupos de alimentos respecto a otros. En particular, favorecen una mayor discriminación entre los productos alimentarios en función de su composición nutricional. Algunos ejemplos:
🔸 Pescados y mariscos
Mejora la puntuación de los pescados azules sin nada añadido (como aceite o sal). Estos pescados quedan, principalmente, en las categorías A y B.
🔸 Carnes
La carne roja está peor clasificada y se encuentra globalmente en clases inferiores a las de ave y al pescado. Esto va en consonancia con las recomendaciones dietéticas destinadas a reducir su consumo.
🔸 Quesos
Los quesos de pasta prensada (como el emmental) que tengan bajo contenido de sal podrán calificarse en la categoría C. El resto de los quesos se mantienen en D o E en función de su contenido en sal y en ácidos grasos saturados.
🔸 Panes
El pan integral, elaborado con grano entero, obtendrá mayoritariamente una A, mientras que los panes refinados se quedarán entre la B y la C, dependiendo de cuánta sal tengan.
🔸 Aceites
- El aceite de oliva es clasificado B, así como los aceites con bajo contenido en ácidos grasos saturados (colza, nuez, girasol oleico).
- El aceite de girasol es C.
- Los otros productos de la categoría permanecen sin cambios. El aceite de coco y la mantequilla continúan en E.
🔸 Productos con alto contenido en azúcar o sal
Están más penalizados que antes y se clasifican peor. Los productos que contengan mucho azúcar o mucha sal pasan a la categoría E.
🔸 Cereales y lácteos azucarados
La atribución de puntos es más estricta. Por ejemplo:
- Los cereales para el desayuno que tengan niveles relativamente altos de azúcar ya no tendrán una A. En su lugar, pasarán a tener una C.
- Lo mismo puede decirse de los lácteos azucarados, que dejan de tener las mejores calificaciones para ubicarse en una C.
🔸 Platos preparados
Los productos compuestos y listos para consumir (como pizza, croquetas, etc.) también se clasifican con mayor severidad. En promedio, pasarán de obtener A o B para situarse más en las categorías B, C y D.
Por supuesto, no todos los productos que pertenezcan a un mismo grupo son iguales entre sí. Hay una gran variabilidad en las composiciones nutricionales. Por ello, los investigadores señalan que algunos productos específicos pueden tener una clasificación más favorable y otros, menos favorable, ya que eso dependerá de su composición nutricional. En cualquier caso, indican, la actualización del algoritmo consigue que Nutri-Score esté mejor alineado con las recomendaciones dietéticas vigentes en los diferentes países europeos que lo han adoptado.