La elaboración de una tortilla de patata es un reto al que toda persona aficionada a la cocina se debe enfrentar. El procedimiento siempre es el mismo: freír las patatas, ligarlas con el huevo batido y, a fuego moderado, esperar a que cuaje. El resultado depende de la mano de la persona que la cocina. Además, en función de los ingredientes adicionales que se añaden, como cebolla u otros, el gusto de la tortilla cambia por completo.
¿Cómo prepararla?
Una tortilla es mucho más que huevo y patata. Se puede rellenar con diferentes ingredientes, según el gusto de quien la cocine. Los métodos son dos:
1. Cocinar una tortilla gruesa: se elabora una tortilla de patata de modo tradicional y se corta por la mitad. Ambas partes se separan y, sobre la base, se coloca el relleno y se tapa con la otra mitad. Este método está indicado para tortillas vegetales y otras que contengan mayonesa o productos fríos.
2. Cocinar dos tortillas finas: se elaboran dos tortillas finas de patata. Una de ellas tiene que cuajar por las dos partes, mientras que la otra sólo se cuaja por un lado. Esta última se coloca en la sartén y, sobre la parte no cuajada, se agrupan en el centro los ingredientes del relleno. Se tapa con la otra tortilla y se cocina el conjunto hasta que los laterales se sellen. Cuando esté hecha, se retira de la sartén y se deja reposar unos instantes. Este método se realiza, sobre todo, cuando el relleno contiene queso, para que se funda por completo.
Rellenos muy variados
Para elaborar con una tortilla gruesa: – Surimi: palitos de cangrejo o surimi desmigado con mayonesa. – Vegetal: lechuga, tomate en rodajas finas, espárragos y mayonesa. – Vegetal mixta: lechuga, tomate en rodajas finas, mayonesa, atún y jamón york. – Vegetal con surimi: lechuga, tomate en rodajas finas, mayonesa y palitos de cangrejo desmigados. – Atún con tomate: atún en conserva desmigado con salsa de tomate casera y un poco de mayonesa. – Salmón: lechuga, espárragos, mayonesa y lonchas de salmón ahumado.
Para elaborar con dos tortillas finas: – Mixta: jamón york y queso en lonchas. – De espinacas: espinacas salteadas con trocitos de jamón serrano y queso en lonchas. – De pimientos: pimientos rojos y verdes asados, con un poco de salsa de tomate casera. – De champiñones y setas: champiñones y setas salteadas, con un poco de ajo y queso en lonchas. – Chistorra y queso: chistorra frita y desmigada, con queso en lonchas. – De queso: queso crema.
El consumo de huevos está contraindicado para las personas que padecen de piedras en la vesícula biliar o litiasis biliar, ya que puede conducir a un cólico. En su caso, se restringen las grasas en general, no sólo la procedente del huevo, puesto que este alimento no es malo para el hígado. Ésta es una afirmación que carece de rigor científico.
Durante años, organismos nacionales e internacionales relacionados con la salud y la nutrición establecieron guías en las que se restringía el consumo de huevos dado su alto contenido de colesterol: “no más de tres yemas a la semana”, “máximo dos huevos enteros por semana…”. Eran algunas de las recomendaciones para prevenir y tratar la hipercolesterolemia como factor de riesgo cardiovascular. Sin embargo, según resultados de múltiples publicaciones científicas actuales, esas recomendaciones de consumo se han modificado. El verdadero factor que influye en la colesterolemia o en los niveles de colesterol en sangre es el balance entre las grasas insaturadas y saturadas, más que la ingesta de colesterol.
Respecto a la sensibilidad al huevo, es uno de los alimentos más alergénicos para los niños. Esta capacidad se concentra sobre todo en la albúmina, una de las proteínas de la clara, aunque también se puede desarrollar alergia a la yema. Cuando se detecten los primeros síntomas, hay que excluir de la dieta el huevo, sus derivados y los productos que contengan alguno de sus componentes.
Para preparar una tortilla sin huevo hay que seguir los mismos pasos que con una tortilla convencional. La única diferencia es que el huevo se sustituye por una mezcla de harina de garbanzo y agua. Si se desea preparar una tortilla de patata de esta manera, mientras se fríe la patata, en un recipiente se mezclan la harina de garbanzo y el agua hasta conseguir una textura similar a la de un huevo batido. Se añade un poco de sal y se bate. Una vez que las patatas estén fritas, se retira el aceite y se agrega esta mezcla.
El huevo se sustituye por una mezcla de harina de garbanzo y agua
Si se prefiere una tortilla francesa, el proceso es también sencillo. Se vierte un poco de aceite en la sartén, se añade la mezcla que sustituye al huevo y se remueve para evitar que se queme y el interior quede bien hecho. Para que la tortilla no se rompa, conviene dejarla reposar unos instantes tras sacarla de la sartén.