Muchas conductas asociadas a morbimortalidad en la edad adulta como el hábito tabáquico, consumo de alcohol y drogas, conductas sexuales irresponsables, trastornos de la alimentación y sedentarismo además de trastornos de comportamiento, se inician en edades infantiles y, sobre todo, en la etapa de la adolescencia. El objetivo del programa Educación para la Salud es mejorar la salud de las personas y para ello existe en la Unión Europea una red de escuelas con un propósito claro: impulsar hábitos de vida saludable desde la etapa escolar, donde asimilar buenos hábitos o cambiar los perniciosos es mucho más fácil. Por este motivo, los expertos señalan que deben implicarse las organizaciones gubernamentales, los equipos docentes y los atención primaria sin olvidar, indiscutiblemente, el grupo familiar y la comunidad.
Imagen: Jonathan Rees
La Educación para la Salud (EPS) ha sido considerada como uno de los aspectos más innovadores de la reforma educativa en España. A lo largo de los años ha variado su perspectiva ideológica y metodológica debido a la evolución del mismo concepto de salud: desde 1937, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) la definiera sólo como ausencia de enfermedad hasta llegar, actualmente, a un concepto que incluye globalidad dinámica de bienestar físico, psíquico y social junto con la capacidad de desarrollar el propio potencial personal y responder positivamente a los retos del ambiente. Dicho en otras palabras, salud es aceptarse, comunicarse, desarrollarse y disfrutar de cada edad y momento vital.
La OMS define el término educación para la salud como cualquier combinación de actividades de información y educación que conduzcan a una situación en que las personas deseen estar sanas, sepan como alcanzar la salud, hagan lo que puedan individualmente y colectivamente para mantenerla y busquen ayuda cuando la necesiten. Por este motivo, la EPS tiene como objetivo primero mejorar la salud de las personas desde la perspectiva preventiva y de promoción de hábitos saludables; desde la vertiente preventiva, instruir a las personas para que sean capaces de evitar los problemas de salud mediante el propio control de las situaciones de riesgo o evitando sus posibles consecuencias; desde la perspectiva de promoción de la salud, capacitar a la población para que pueda adoptar formas de vida saludables.
Escuelas Promotoras de la Salud
La adolescencia es un periodo importante para las actuaciones de prevención, para asimilar capacidades y motivaciones que van a marcar la salud futura
Existe una red europea de Escuelas Promotoras de la Salud promovida por la OMS, la Unión Europea (UE) y el Consejo de Europa, a la que pertenecen varios centros escolares españoles, que en su reunión anual en 1997, en Salónica, elaboró la Resolución de Escuelas Saludables. Este informe es un decálogo con los puntos de referencia respecto a principios democráticos, igualdad, capacidad de acción, formación del profesorado y evaluación, así como la colaboración y responsabilidad compartida entre los responsables de educación y sanidad como responsables de dos derechos fundamentales de todo ser humano: la prevención y la promoción de la salud.
Las Escuelas Promotoras de Salud tienen por finalidad impulsar y adoptar estilos de vida sanos en un ambiente favorable a la salud y, para su cumplimiento, se comprometen a promover un entorno físico y psicosocial saludable. Para alcanzar esta finalidad se ofrecen, desde los organismos responsables, materiales didácticos y la prestación de asesoramiento.
Adolescentes en el punto de mira
Bien es sabido que la adolescencia es una etapa del desarrollo físico y emocional más dinámico y crítico. Por este motivo, los adolescentes viven en una etapa de gran vulnerabilidad que los hace muy susceptibles al fracaso escolar, el consumo de alcohol y drogas, las conductas marginales y/o de riesgo, el aislamiento…Así, es un periodo de elección para las actuaciones preventivas, para asimilar capacidades y motivaciones que van a marcar considerablemente la salud futura.
Un ejemplo son los programas preventivos para evitar la drogadicción que se establecen en niños de 8 a 12 años, puesto que es en esta franja de edad cuando existe mayor riesgo de contacto con las drogas. Pero estos programas, recalcan los expertos, deberían incluir, además, la detección precoz y la rehabilitación. El riesgo de comportamientos que inciden en la salud está presente a lo largo de toda esta etapa de desarrollo y va incluido dentro del contexto social correlacionándose con factores sociales, culturales y ambientales. El conocimiento de los riesgos por parte de los equipos sanitarios y educadores debe ser un estímulo para actuar e intervenir en educación para la salud en toda la sociedad.
Según la OMS y la Comisión de la Unión Europea (CUE), escuela saludable es aquella que pretende facilitar la adopción, por parte de toda la comunidad educativa, de estilos de vida saludables. Esto plantea las posibilidades que tiene la escuela en sí de instaurar un entorno físico y psicosocial saludable y seguro. El entorno de los niños y adolescentes, parte esencial en su desarrollo, no está exento de la aparición de riesgos potenciales y problemas reales.
Por este motivo, los expertos aseguran que la educación y la promoción de salud han de ir de la mano para aprovechar la escuela como un espacio de actuación para la mejora y la adquisición de la salud comunitaria. El Col·legi Oficial d´Infermeria de Barcelona ha publicado recientemente un documento bajo el título de La infermeria a l´escola (La enfermería en la escuela) en el que, según los autores, se define la aportación de este colectivo al ámbito escolar y, además, se expone a la sociedad su idoneidad en el marco de una escuela saludable.
En él se entiende el entorno escolar como un contexto con gran potencial de actuación a fin de prevenir y promover la salud de las personas favoreciendo, simultáneamente, el proceso de maduración y crecimiento de todos los alumnos. Asimismo, este documento tiene en cuenta el marco social actual con todos aquellos determinantes de la salud, medio ambiente, estilo de vida y sistema de salud de toda la comunidad educativa. La institución escolar, el equipo docente y no docente (equipo de atención psicopedagógica y resto de personal de la escuela), los alumnos además de las familias y las asociaciones de padres y madres hasta llegar al conjunto de la sociedad son el objetivo del programa.
