Imagen: BackereiEl pan de pipas de girasol puede resultar una de las variedades más novedosas del mercado, quizás porque el alimento que le da su nombre se considera más un aperitivo o un tentempié que un ingrediente que puede formar parte del pan. Una de sus ventajas es que mantiene el sabor de este fruto seco y no engancha tanto como lo hacen las pipas por separado.
Dos son los aspectos que caracterizan a este pan: su miga jugosa y el sabor peculiar que le confieren las pipas de girasol. Al comerlo no sólo se aprecia su sabor, sino también la consistencia que le dan las pipas de su corteza y de su interior. Por este motivo se puede comer tanto solo como acompañado de cualquier plato, sobre todo de pescados y ahumados, los alimentos que mejor combinan con este pan.
Rico en antioxidantes
El valor calórico de esta clase de pan es muy elevado. Una rebanada de unos cuatro dedos de grosor (50 gramos) aporta algo más de 200 calorías, el doble que una rebanada del mismo tamaño pero de pan blanco.
Su riqueza en antioxidantes ayuda a prevenir enfermedades degenerativas y cardiovasculares, así como ciertos tipos de cáncer
Su gran aporte calórico se debe fundamentalmente al contenido en grasas que presenta, la mayor parte de las cuales son insaturadas, en concreto poliinsaturadas. Este tipo de grasas ayudan a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre, y contribuyen, por tanto, a disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. La cantidad de hidratos de carbono de este pan, en su mayoría complejos, es también elevada, pero muy semejante a la del resto de panes. El pan de pipas de girasol es también rico en proteínas vegetales y en fibra.
En cuanto a otros nutrientes, destaca su aporte de minerales como cinc y hierro y de vitaminas como la tiamina o B1 y el ácido fólico. Sin duda, lo más destacado de este pan es su contenido en vitamina E y en otros compuestos de acción antioxidante (colina, betaína, lignano y ácidos fenólicos), cuyo consumo se relaciona con un menor riesgo de enfermedades degenerativas, cardiovasculares y de cáncer.
Esta propiedad antioxidante se atribuye principalmente a las pipas de girasol, tal y como revela un estudio del Instituto Politécnico de la Universidad de Virginia (EEUU). Por tanto, también recoge esta propiedad el pan que lleva este ingrediente en su composición.
A las pipas se les añade cantidades importantes de sodio. Lo mismo se hace con el pan que las lleva incluidas, pero no a todos por igual. Al pan fresco de pipas de girasol, por ejemplo, se le añade una cantidad de sodio similar a otros panes.
Pero, además de este pan, también existe otro formato que se emplea más como aperitivo o tentempié. Se trata de unos picos de pan tostado envasado a los que se añade mayor cantidad de sal para su mejor conservación. Así, se recomienda evitar este tipo de pan, y otros alimentos ricos en dicho mineral, en caso hipertensión, retención de líquidos y otras enfermedades que requieren de dietas bajas en sodio. Igualmente, a este pan de pipas tostado se le añade también aceite de girasol alto oleico, lo que incrementa aún más su aporte calórico. Y esta variedad sí que puede llegar a enganchar más que si se come el pan normal de pipas de girasol.