El déficit en los niveles de hormonas sexuales afecta entre el 6% y el 12% de los hombres de 40 a 69 años, y se traduce en una disminución, fundamentalmente, de testosterona. Asimismo, los últimos estudios revelan que hay una asociación entre los niveles bajos de testosterona y el síndrome metabólico, factores que de presentarse conjuntamente incrementan el riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular. Los expertos, reunidos con motivo del 13 Congreso Nacional de Andrología, celebrado en Córdoba, están de acuerdo que el principal tratamiento para el síndrome por déficit de testosterona, hoy por hoy, es la terapia sustitutiva.
El síndrome por déficit de testosterona (SDT) disminuye el deseo sexual y la calidad de las erecciones e influye además negativamente en la calidad de vida de los afectados. Esta es una de las conclusiones a la que han llegado recientemente numerosos expertos reunidos en el 13 Congreso Nacional de Andrología en Córdoba. Además, este déficit suele presentarse en un tercio del conjunto de población masculina afectada de diabetes tipo 2.
Por este motivo, los especialistas abogan por un control de niveles de testosterona a los varones mayores de 45 años, sobre todo a aquellos que presentan síntomas relacionados con disfunción eréctil y disminución de la libido, obesidad abdominal, pérdida de masa muscular, resistencia a la insulina, cansancio y depresión.
Demasiadas asociaciones
En el evento se ha hecho hincapié en la relación entre niveles bajos de testosterona (hipogonadismo) con el síndrome metabólico. No se trata de un único trastorno sino que se presentan de forma conjunta diabetes, dislipemia (alteración del perfil lipídico), hipertensión arterial, insulinorresistencia y obesidad. En la práctica, cuando un paciente presenta al menos tres de estos factores, ya se puede diagnosticar la existencia del síndrome, que provoca un mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco o una enfermedad arterial coronaria, y cuyo tratamiento se basa especialmente en la prevención y unos hábitos de vida saludables. Se calcula que afecta a más del 20% de los españoles.
Sólo existe el tratamiento sustitutivo para tratar el hipogonadismo, que consiste en la administración de determinada cantidad de testosterona
Los expertos aseguran que, aunque importante en la calidad de vida de los pacientes, la alteración en las relaciones sexuales no les preocupa tanto como el incremento del riesgo de sufrir patología cardiovascular y la elevada tasa de morbimortalidad. Un estudio reciente revelaba que el riesgo de mortalidad en pacientes con el SDT era de un 68% mayor que en hombres con niveles de testosterona normales.
Los expertos insisten en diferenciar el déficit de testosterona de la disfunción eréctil, aunque compartan alguno de los signos y la disminución de la hormona pueda ser causa de disfunción. Para ello, instan a los hombres a acudir a la consulta del urólogo o andrólogo para ser diagnosticados correctamente. Además, creen que las cifras de afectados de SDT pueden ser mayores de las registradas ya que muchos de los síntomas son considerados como consecuencias normales de la edad y no como un problema que puede y debe tratarse para prevenir otras patologías.
Tratamiento sustitutivo
Actualmente, sólo existe el tratamiento sustitutivo para tratar el hipogonadismo, que consiste en la administración de determinada cantidad de testosterona. La terapia se recomienda a hombres con síntomas de hipogonadismo y con niveles plasmáticos de esta hormona entre 12 nmol/l y 8 nmol/l. En pacientes con niveles inferiores a 8 nmol/l, el tratamiento se hace totalmente necesario.
Con la terapia sustitutiva se persigue alcanzar los niveles fisiológicos de hormona correctos para que mejoren los síntomas y evitar problemas derivados. Los expertos recomiendan que el tratamiento se haga bajo supervisión médica, ya que niveles elevados de testosterona pueden provocar efectos adversos de considerable gravedad, como aumento desmedido de hemoglobina con consecuentes problemas pulmonares y cerebrales.
La formas habituales de administración de testosterona son mediante inyectables intramusculares, implantes subcutáneos o cápsulas. Sin embargo, ahora existe una nueva opción: la administración por vía tópica, es decir, a través de la piel y en forma de gel. Aplicando una fina capa de gel en la piel seca e intacta cada día, la hormona se va absorbiendo de forma gradual, durante las 24 horas, con lo que se consiguen mantener niveles sanguíneos normales.
Imagen: André
El hipogonadismo se presenta cuando las glándulas sexuales tienen una deficiente o, incluso, nula producción de hormonas. En los hombres las glándulas sexuales o gónadas son los testículos y, en las mujeres, los ovarios. El hipogonadismo puede tener dos causas. Primaria, cuando las gónadas no funcionan correctamente debido a alteraciones genéticas o de desarrollo, a efectos secundarios de procesos quirúrgicos o radiación, a enfermedades que afectan al hígado o riñones y a trastornos inmunitarios, entre otras.
Cuando la causa del hipogonadismo está asociada a los centros cerebrales controladores de las glándulas sexuales, la hipófisis y el hipotálamo, se conoce como hipogonadismo central. Tumores como el craneofaringioma en niños y el prolactinoma en adultos, traumatismo craneal, alteraciones genéticas, deficiencia nutricional, exceso de hierro (hemocromatosis) son algunas de las causas de hipogonadismo central. También la anorexia nerviosa cuando llega a límites extremos de inanición puede presentar hipotiroidismo central.
En las mujeres, el hipogonadismo en la infancia ocasiona amenorrea (ausencia de la menstruación), falta de desarrollo de las mamas y baja estatura. Si el hipogonadismo se presenta después de la pubertad, los síntomas habituales son pérdida de la menstruación, libido baja, sofocos y pérdida del vello corporal. En los hombres, el hipogonadismo en la infancia ocasiona falta de desarrollo muscular y problemas de crecimiento. Una disminución de la libido, disfunción sexual, menos energía y más irritabilidad, función cognitiva disminuida, alteraciones en el patrón del sueño así como disminución de la masa corporal magra y aumento de la grasa visceral, disminución del vello corporal y de la barba y agrandamiento de las mamas son el paquete de signos y síntomas que caracterizan el hipogonadismo en adultos.