La enfermedad celíaca (intolerancia al gluten) no tiene por qué convertir la dieta en algo monótono. La clave está en elegir los ingredientes aconsejados para esta patología y preparar todas las combinaciones posibles. Un ejemplo está en las crepes que, unidas a las masas en general, son alimentos muy apreciados por los niños y niñas y muy saludables al mismo tiempo. Sin ninguna duda, y cocinadas de la forma adecuada, pueden formar parte de una dieta con intolerancia al gluten.
Las crepes son originarias de Francia y actualmente su consumo está muy extendido por todo el mundo. Se trata de unas tortitas muy finas elaboradas con harina, huevos, leche y mantequilla o aceite. En su elaboración no se añaden levaduras y se cocinan a la plancha, por lo que se obtienen láminas planas y redondeadas de unos 20 centímetros de diámetro. Su masa es muy sencilla de preparar, y el resultado puede constituir un plato ideal si se escogen con acierto los ingredientes para el relleno.
Crepes de harina sin gluten
La clave de una buena crepe está en la elaboración de la masa, que se obtiene como resultado de cocinar en la sartén una pasta extendida en forma de disco. Para ello se deben seguir los siguientes pasos:
1. Seleccionar los ingredientesLa diferencia más notable entre una crepe para celíacos y una que no lo es está en el tipo de harina empleado para preparar la masa. La harina de trigo se deberá sustituir por la de otro cereal sin gluten, como por ejemplo la de maíz, la de arroz o la mezcla de ambas. Para elaborar la masa, los ingredientes y las cantidades recomendadas son las siguientes: 4 cucharadas de harina, un vaso de leche de 200 mililitros, una cucharada de mantequilla y 2 huevos.
Las crepes que se preparan con harina de maíz son muy semejantes a los talos, unas tortas de harina de maíz con agua, aunque las primeras son algo más esponjosas debido al huevo añadido. Las crepes que se elaboran con harina de arroz destacan sobre todo por el color brillante de la pasta.
La harina de trigo usada en las crepes tradicionales se sustituye por la de otro cereal sin gluten como de maíz o de arroz
2. Preparar la masaEl primer paso consiste en la elaboración de la mezcla de huevos y harina. Poco a poco se va añadiendo leche templada sin dejar de remover, hasta que desaparezcan los posibles grumos. Para que sea más cómodo, se puede emplear la batidora. Antes de cuajar la masa en la sartén, hay que dejarla reposar durante 20 minutos en el frigorífico. No es necesario preparar las crepes en ese momento, ya que la pasta se conserva bien en la nevera durantes unos días (si no se prepara al instante, esta masa puede solucionar, en unos minutos, una cena informal o un postre original).
3. Cocinar la crepeEn una sartén antiadherente se añade un poco de mantequilla. Se vierte un cazo con mezcla y se extiende la masa por toda la superficie. La que no haya quedado adherida se vierte de nuevo al resto de la mezcla. Cuando se dora por un lado, se le da la vuelta con una espátula como si fuera una tortilla y se espera hasta que se dore por el otro.
4. Rellenar la crepeSólo queda rellenar las crepes a gusto de los niños y niñas, un trabajo donde ellos también pueden participar. Estos preparados admiten rellenos dulces y salados por lo que, dependiendo de los ingredientes, constituyen el primer plato, el segundo o el postre:
- Primer plato: calabacín, berenjena o verduras variadas.
- Segundo plato: jamón y queso, palitos de cangrejo y verduras o bacón y dátiles.
- Postre: una cucharada de azúcar glasé a la mezcla antes de cuajar la masa le aporta un sabor muy dulce. Una vez elaborada, la crepe acepta todo tipo de rellenos como azúcar, nata montada, chocolate caliente, helado, mermelada o frutas variadas.
Todos los alimentos sin gluten de la nevera y la despensa pueden formar parte de los ingredientes de la crepe. Basta con proponer combinaciones diferentes. Además, éstas se pueden presentar de distintas formas: enrolladas, dobladas por la mitad o en forma triangular.
A continuación se presentan unos ejemplos de recetas y originales crepes. Estas recetas pueden formar parte de la dieta de personas celíacas siempre y cuando se sustituyan los ingredientes sospechosos por otros libres de gluten (harinas, quesos, salsas, chocolates…).