Mucho se ha escrito en literatura científica sobre la influencia de los antioxidantes como la vitamina E en la fertilidad, tanto en humanos como en animales. En relación con la capacidad reproductiva en la mujer, el aporte adecuado de antioxidantes para contrarrestar el estrés oxidativo de los radicales libres generados de forma natural en el organismo durante la respiración, desempeña un papel esencial antes del embarazo y durante el mismo, así como permite un parto normal. En el caso de los hombres, el aporte adecuado se asocia a una mayor actividad de los espermatozoides y calidad del semen.
Por ello, resulta interesante la posibilidad de usar suplementos de vitamina E (u otros antioxidantes) como apoyo para la fecundidad. Y más teniendo en cuenta, en el caso de las mujeres, que son muchas las que toman anticonceptivos hasta poco tiempo antes de quedarse embarazadas, y que dichos fármacos disminuyen la concentración de vitamina E en sangre.
Vitamina liposoluble
La vitamina E es liposoluble, es decir, necesita grasas para poder transportarse por el organismo. Es muy abundante en los vegetales que contienen grasa como el germen de trigo, los aceites vegetales (en particular el de girasol y el de maíz), los frutos secos y también, aunque en una cantidad notablemente inferior, en los vegetales de hoja verde.
Por su condición de vitamina liposoluble, el organismo tiene sus propias reservas de la misma. Si el aporte es adecuado, esta vitamina se deposita principalmente en el tejido adiposo o graso, el hígado y el músculo. También se deposita, aunque en menor proporción, en los órganos sexuales femeninos y masculinos. Precisamente por esta última condición, se investiga el papel de la vitamina E en la fertilidad.
Vitamina E y fertilidad
Al ser una vitamina liposoluble, una dosis excesiva durante el embarazo podría tener consecuencias negativas
Por ahora, el efecto positivo de la vitamina E sobre la fertilidad se ha señalado sobre todo en numerosos experimentos con animales. Se ha comprobado cómo ratas alimentadas con una dieta baja en alfa-tocoferol (forma activa de vitamina E) tienen dificultades para reproducirse. Asimismo, se ha observado en otros mamíferos (primates, conejos, vacas y toros) que la deficiencia de vitamina E, en algunos casos asociada a carencia de selenio (potente antioxidante), se relaciona directamente con esterilidad y con algunos trastornos reproductivos, como abortos espontáneos en las hembras y degeneración testicular en los machos.
En humanos, los efectos estudiados de la suplementación de vitamina E (en ocasiones también asociada a la suplementación de selenio) también son positivos. Por ejemplo, en un estudio llevado a cabo por investigadores del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Maisonneuve-Rosemont Research Center en Montreal (Canadá), se evaluó el efecto de la suplementación de vitamina E y de selenio en 9 hombres jóvenes, estériles u oligoespérmicos (con pocos espermas). Los resultados mostraron una mejora en la motilidad de los espermatozoides y en el porcentaje de espermatozoides vivos o normales.
Prácticamente a las mismas conclusiones llegaron investigadores del Departamento de Biofísica de la Universidad Panjab en la India. El objetivo de la investigación era evaluar la eficacia de la vitamina E para contrarrestar los daños provocados por los radicales libres en la movilidad de los espermatozoides y en la calidad del semen.
No obstante, a pesar de las buenas perspectivas, por el momento los resultados de las investigaciones en humanos no son concluyentes, ya que los estudios llevados a cabo hasta ahora tienen en común la poca representatividad de la muestra debido al escaso número de participantes.
Al tratarse de una vitamina liposoluble que se acumula en el organismo, una dosis excesiva de vitamina E durante el embarazo podría tener consecuencias negativas sobre el feto, como ya se ha mostrado en el caso de la vitamina A. Aunque hay autores que recomiendan el aporte extra durante el embarazo de vitaminas antioxidantes, entre ellas vitamina E, para prevenir trastornos como la preeclampsia (hipertensión arterial que se da en el embarazo), otras investigaciones concluyen que la ingesta de suplementos con vitaminas E y C durante la gestación no reduce dicho riesgo.
Es por este motivo que, si bien la mujer puede recurrir a la suplementación de vitamina E para aumentar el aporte de antioxidantes antes de quedarse embarazada, no conviene que tome dosis mayores de las recomendadas para la población general durante el embarazo sin consultarlo previamente con el especialista.