Los alimentos orgánicos podrían resultar ser más nutritivos que los convencionales por su mayor riqueza en antioxidantes, según los primeros resultados del proyecto a cuatro años de la Unión Europea, ‘Quality Low Input Food’. Hace escasos meses otro estudio también confirmaba que los alimentos orgánicos contienen antioxidantes en mayor cantidad, pero ponía en entredicho los beneficios reales de los mismos en el ser humano. La agricultura ecológica como opción sostenible parece confirmada, pero ningún estudio hasta ahora ha podido asegurar mayores beneficios nutritivos de estos alimentos libres de agentes químicos.
Los alimentos orgánicos, aquellos que han sido cultivados sin emplear agentes químicos, podrían ser más nutritivos que otros productos en los que se han utilizado algún tipo de solución química para prevenir plagas o asegurar un mayor rendimiento. Asimismo, podrían contener altas concentraciones de antioxidantes que podrían disminuir el riego de sufrir enfermedades cardiovasculares y cáncer. Es lo que señalan los primeros resultados del proyecto de la Unión Europea ‘Quality Low Input Food’ (QLIF), de cuatro años de duración y que integra un total de 15 países bajo la coordinación de la universidad británica de Newcastle. El objetivo de las investigaciones emprendidas es desarrollar nuevas tecnologías para mejorar la calidad de los alimentos ecológicos y reducir sus costes de producción.
Más antioxidantes
Las primeras conclusiones del QLIF revelan que las frutas y las verduras orgánicas contienen hasta un 40% más de antioxidantes que otros cultivos no orgánicos. Incluso algunas leches contienen hasta un 60% más de estas sustancias, así como de ácidos grasos beneficiosos para la salud, que los productos convencionales.
Carlo Leifert, coordinador del proyecto y profesor de la Universidad de Newcastle, afirma que «los resultados sugieren que comer alimentos orgánicos es equivalente a tomar una porción extra de frutas y verduras al día». A propósito de estos beneficios, el profesor insta a la Agencia de Seguridad Alimentaria del Reino Unido (FSA) a que «reconozca y admita públicamente los beneficios nutritivos de los alimentos orgánicos producidos a través de sistemas de agricultura ecológica».
Los investigadores de la Universidad de Newcastle han llegado a dichas conclusiones mediante la cría de ganado y el cultivo de frutas y verduras (repollo, lechuga, zanahoria, patata y trigo) en tierras de cultivo orgánico y no orgánico de toda Europa. Posteriormente compararon factores como el sabor y la calidad nutritiva.
Beneficios controvertidos
Un mayor nivel de antioxidantes en los vegetales no significa que la comida sea necesariamente mejor
Los hallazgos del proyecto contradicen a los consejos de la Agencia de Seguridad Alimentaria del Reino Unido, la cual asegura que los consumidores muchas veces optan por comprar alimentos orgánicos por «creer que son más seguros y más nutritivos que otros alimentos, aunque el balance de las pruebas científicas existentes no apoyen esta opinión».
De hecho, esta mayor presencia de antioxidantes ya la señaló otro estudio de hace sólo cuatro meses y, aún así, los investigadores plantearon la necesidad de más estudios. El estudio, coordinado por las universidades de California-Davis y de Minnesota (EE.UU.), sugería que los tomates orgánicos podrían ser más saludables porque contienen más flavonoides, en concreto quercetina y kaemferol, antioxidantes presentes en diferentes vegetales y frutas. El trabajo de los estadounidenses afirmaba que los tomates orgánicos analizados contenían entre un 70% y un 97% más cantidad de estos flavonoides que los tomates cultivados de forma convencional. El incremento no es poca cosa pero, aun así, los expertos del estudio apuntaron que no demostraría la superioridad nutricional de los tomates orgánicos.
Según los investigadores, un mayor nivel de flavonoides no quiere decir que la comida sea necesariamente mejor porque dependería, entre otras cosas, no sólo de lo relevante o lo activo que es ese flavonoide en el metabolismo humano, sino también del propio alimento. Es cierto que los flavonoides en los vegetales actúan como antioxidantes. Desde hace años, sin embargo, se está intentando estudiar su efecto sobre la salud. Un estudio del pasado marzo de la Universidad de Oregon concluyó que los efectos podrían ser mínimos o nulos en el organismo humano como antioxidantes.
Hasta ahora, parece claro que la opción de agricultura orgánica es más sostenible y ecológica que la convencional, porque los procesos de cultivo no añaden procesos químicos y, como consecuencia, residuos con mayor probabilidad de contaminación. Asimismo, son alimentos libres de sustancias tóxicas o químicos potencialmente dañinos a la salud (exceptuando los que ya están presentes en el medio ambiente). Sin embargo, son numerosos los estudios que, aunque señalan las grandes diferencias entre alimentos orgánicos y convencionales, no aseguran los mayores beneficios de los primeros en términos de calidad nutritiva.
De hecho, una dieta equilibrada combinada con dosis adecuadas de ejercicio es lo que aporta mayores beneficios reales. Si el proyecto ‘Quality Low Input Food’ logra uno de sus objetivos, reducir los costes de los productos biológicos, estos podrían formar parte de las dietas equilibradas de forma natural y convertir a la agricultura biológica en una verdadera alternativa sostenible, tal como señala el Programa sobre Agricultura Orgánica de la FAO (2002-2007). «Los beneficios ambientales de la agricultura orgánica superan cualquier beneficio nutricional», señala Molly Anderson, antigua directora del Tufts Institute for the Environment de Massachussets (Estados Unidos).