Ingreso hospitalario de ancianos

Los pacientes de edad avanzada con más de una patología asociada representan más del 50% de los ingresos hospitalarios en Medicina Interna
Por Montse Arboix 23 de noviembre de 2007
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Imagen: sanja gjenero

El progresivo envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida obligan a los especialistas a plantearse nuevas estrategias para la prevención y tratamiento de las patologías más frecuentes en personas de edad avanzada. Sobre todo cuando, según datos de la OMS, el 50% de ellos presenta dos o más enfermedades crónicas. En España representan la mitad de los ingresos en servicios hospitalarios de medicina interna.

Aspectos como si es preciso tratar todos los factores de riesgo de los pacientes geriátricos, a partir de cuándo y hasta qué punto, cuestiones relacionadas con los tratamientos preventivos y si, en general, estos pacientes están infratratados o, por el contrario, se les trata más de lo que sería conveniente, son algunas de las cuestiones que se han debatido en la III Reunión del Paciente Pluripatológico y Edad Avanzada celebrada recientemente.

Tratamiento específico

En dicho evento, organizado en Segovia por la Sociedad Española de Medicina Interna, SEMI, se han dado cita más de de 300 especialistas para debatir acerca de los últimos avances científicos sobre los principales factores de riesgo de enfermedad y responder a los interrogantes cotidianos de la práctica clínica habitual en la atención de los pacientes geriátricos. Los especialistas han precisado que es necesario disponer de herramientas específicas para un mayor conocimiento de la evolución e historia natural de estos pacientes.

Desde el Grupo de Edad Avanzada y Paciente Pluripatológico de la SEMI se mantiene que se trata de pacientes con un perfil diferenciado por su pluripatología, que representa más del 50% de todos los ingresos hospitalarios en servicios de Medicina Interna. Además, los expertos señalan que, en estos momentos, existe cierta variabilidad clínica en los tratamientos por la escasez de evidencias científicas disponibles que revelen si un paciente de edad avanzada con pluripatología necesita el mismo abordaje terapéutico que un paciente adulto.

PROFUND

Los datos indican que el 50% de los mayores de 65 años sufre al menos tres enfermedades crónicas simultáneamente

Aprovechando el acontecimiento, se ha dado a conocer el ambicioso estudio PROFUND: ‘Desarrollo y validación de un modelo pronóstico y de predicción funcional para pacientes pluripatológicos en España’. El estudio, iniciado en febrero de este año, ya ha incorporado a 134 pacientes y más de 30 hospitales, aunque sigue abierto a la incorporación de nuevos centros.

El objetivo de PROFUND es analizar los factores de riesgo asociados a la mortalidad y al deterioro funcional durante un año en pacientes pluripatológicos y de edad avanzada de toda España. PROFUND está coordinado por Máximo Bernabeu, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla. Los datos señalan que este grupo de edad presenta una elevada morbimortalidad asociada y un gran riesgo de deterioro funcional, fragilidad clínica y gran consumo de recursos sanitarios.

Más edad, más enfermedades

Los últimos datos facilitados recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que la esperanza de vida al nacimiento de los españoles ha aumentado desde 1995 en más de dos años y se ha situado en los 80,23 años en 2005. Además, los valores señalan que siguen siendo las mujeres seis años más longevas que los hombres. Sin embargo, las cifras no reflejan la perspectiva cualitativa; de un informe publicado recientemente por la Oficina Estadística de la UE se desprende que, aunque de aquí al año 2050 la esperanza de vida de los españoles aumentará aproximadamente cuatro años más, se saldará con multitud de individuos con varias enfermedades crónicas a la vez, según añaden los especialistas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que, al año, mueren en todo el mundo 35 millones de personas por una o por varias enfermedades crónicas padecidas al mismo tiempo. Y el escenario se perfila peor cuando, hoy por hoy, la realidad indica que el 50% de los mayores de 65 años sufre ya al menos tres de estas enfermedades crónicas a la vez. O sea, a más edad, más enfermedades.

El paso del tiempo suele verse acompañado de demencias, enfermedades respiratorias (enfermedad pulmonar obstructiva crónica y tromboembolismo pulmonar), infecciones agudas (del tracto urinario, neumonía), patologías del sistema endocrino (diabetes, hipotiroidismo), del tracto gastrointestinal e hígado (hemorragia digestiva, hepatopatía crónica), insuficiencia renal y las neoplasias (pulmón y colon) junto a enfermedades reumatológicas y, sobre todo, de patologías cardiovasculares (insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular y cardiopatía isquémica), que son las que más tasa de mortalidad provocan.

Todas estas enfermedades afectan a la calidad de vida del enfermo y su entorno al mismo tiempo que consumen cada vez más recursos sanitarios y, en un futuro, los especialistas prevén que desorbitarán los presupuestos de salud.

ANEMIA EN EL ANCIANO

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Definida como disminución del nivel de hemoglobina o del número de hematíes sea por descenso de producción, pérdida o destrucción de los glóbulos rojos, la anemia aumenta con la edad. Pese a que casi un tercio de los mayores de 75 años desconoce que sufre esta afección, los especialistas señalan que puede ser determinado en un 85% de los casos y que su origen suele ser multifactorial. La anemia por déficit de hierro, la asociada a procesos crónicos y la anemia megaloblásticas por déficit de vitamina B12 y ácido fólico, son las que se presentan de forma más frecuente en este grupo de edad.

La anemia ferropénica es la más frecuente en geriatría debido, sobre todo, a procesos inflamatorios crónicos como infecciones urinarias de larga evolución, osteomielitis, artritis reumatoide, insuficiencia renal, alcoholismo, malnutrición proteica, hepatopatías y neoplasias, entre otras. Suelen ser anemias de mediana intensidad que se traducen en poca sintomatología por su desarrollo gradual, excepto en aquellos casos que coexistan con problemas cardiopulmonares. Habitualmente, el tratamiento de la causa subyacente remite el cuadro anémico.

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