Diversos estudios epidemiológicos coinciden en señalar que la ingesta de yogur u otros productos lácteos fermentados disminuyen el tiempo de tránsito intestinal, mejorando así el malestar provocado por el estreñimiento. Estos efectos positivos se observan incluso en personas que llevan una dieta pobre en fibra.
El yogur es un alimento caracterizado porque, a su efecto saludable derivado de sus interesantes cualidades nutricionales (proteínas de calidad, calcio, fósforo y vitaminas B2, A y D), se suma el efecto asociado a los microorganismos que contiene. Numerosos estudios constatan las distintas acciones orgánicas saludables del yogur como alimento probiótico, gracias a microorganismos vivos que, ingeridos en cantidades suficientes, ejercen un efecto positivo en la salud que supera a los efectos nutricionales convencionales del alimento que los contiene.
La palabra probiótico es una palabra compuesta del latín y del griego que significa «favorable a la vida». Bajo el calificativo probiótico se engloban, además de los microorganismos originales del yogur (‘Lactobacillus bulgaricus’ y ‘Streptococcus thermophilus’), las nuevas leches fermentadas con diversas bacterias lácticas (‘Bifidobacterium’, ‘Lactobacillus acidophilus’ o ‘Lactobacillus casei inmunitas’).
Efecto preventivo y terapéutico
Desde los años 20 del siglo pasado existen referencias escritas por médicos que recomendaban leche ácida, que contenía bacterias lácticas del género ‘Lactobacillus acidophilus’, para el tratamiento de la constipación o estreñimiento. Este tratamiento era eficaz para muchos pacientes.
Los efectos de los microorganismos de las leches fermentadas sobre la prevención y el tratamiento del estreñimiento son indirectos. La ingesta de un mayor número de bacterias (no patógenas) concentradas en un solo alimento ayuda al mantenimiento y a la restauración de las funciones de la flora intestinal endógena, algo que redunda positivamente en el tránsito intestinal.
Son principalmente las bífidobacterias, características de un tipo de leches fermentadas, las que reportan mayores beneficios en la regeneración de la flora intestinal y, en consecuencia, en la prevención y el tratamiento del estreñimiento. Este tipo de bacterias son un componente importante de la flora natural del intestino humano. Así lo han corroborado diversos estudios, entre ellos uno publicado el pasado mes de agosto en ‘Alimentary Pharmacology and Therapeutics’.
En este estudio multicéntrico participaron 274 personas adultas con diagnóstico de constipación. Fueron asignados de forma aleatoria para consumir, durante 6 semanas, o bien la prueba (leche fermentada con un tipo de bífidobacterias) o bien un yogur tratado térmicamente. Los síntomas digestivos se evaluaron a las 3 y a las 6 semanas. Se observó como los sujetos con menos de 3 deposiciones por semana que tomaron la leche fermentada con Bifidus aumentaron la frecuencia de las deposiciones a lo largo de las 6 semanas de estudio. Asimismo, notaron una reducción de los síntomas digestivos asociados normalmente al estreñimiento como molestias, dolor de cabeza e hinchazón abdominal.
Son principalmente las bífidobacterias las que reportan mayores beneficios en la regeneración de la flora intestinal
Yogur y dieta rica en fibra
El tratamiento médico-nutricional del estreñimiento crónico debe adecuarse individualmente. En un principio se basará en un ajuste dietético que incluya más alimentos ricos en fibra (integrales, frutas, hortalizas, legumbres y salvado de trigo o de avena), acompañado de un mayor consumo de líquidos. Es tan importante como la dieta realizar ejercicio físico y tonificar los músculos abdominales, que son los encargados de ayudar en el proceso de evacuación. El médico evaluará la necesidad de acompañar la dieta con laxantes, en un inicio suaves, del tipo formadores de masa o mucílagos (plántago ovata o metilcelulosa, entre otros).
Los datos descritos inducen a pensar en la ventaja de la presencia habitual de yogures u otras leches fermentadas, unidos a una dieta rica en fibra, en la alimentación cotidiana, en particular si se sufre estreñimiento o si se desea acortar el tiempo de tránsito intestinal.
Se considera estreñimiento un cuadro caracterizado por deposiciones dificultosas, de escaso peso, infrecuentes o aparentemente incompletas, asociadas a un endurecimiento de la textura de las mismas. Su diagnóstico es difícil de establecer por la naturaleza subjetiva del problema y la dificultad de concretar el hábito intestinal normal, tan influido por las diferencias socioculturales y dietéticas.
Dada la dificultad que entraña el diagnóstico, un comité sanitario internacional estableció unos criterios de consenso para la definición de los trastornos gastrointestinales funcionales, entre ellos el estreñimiento crónico funcional, revisados recientemente (Criterios de Roma III). Su objetivo ha sido aunar conocimientos fisiopatológicos y criterios diagnósticos para fines de investigación para poder diseñar ensayos terapéuticos adecuados.
Para que el diagnóstico de estreñimiento sea claro, 2 o más de los siguientes criterios deben haber aparecido al menos 6 meses antes y estar activos durante 3 meses:
Criterios de Roma III1. Esfuerzo deposicional en más de 1/4 de las defecaciones. 2. Heces duras o en bolitas en más de 1/4 de las defecaciones. 3. Sensación de evacuación incompleta en más de 1/4 de las defecaciones. 4. Sensación de obstrucción/bloqueo anal en más de 1/4 de las defecaciones. 5. Maniobras manuales para facilitar más de 1/4 de las defecaciones. 6. Tres deposiciones semanales.