ElDNI electrónico y otros certificados digitales como lascartillas sanitarias en forma de tarjeta con chip son el punto de partida para la relación de los ciudadanos con las distintas administraciones públicas y con empresas, como los bancos, que necesitan un entorno seguro para acreditar la identidad de las personas conectadas. Así, gracias a estas tarjetas inteligentes se puede presentar la Declaración de la Renta por Internet o realizar múltiples trámites a distancia, como reservar cita con el médico de cabecera. Sin embargo, se necesita un lector de tarjetas inteligentes para poder conectarlas al ordenador con el fin de sacarles todo el partido al realizar gestiones por Internet.
Con el tamaño de una tarjeta de crédito, se asemejan a un ordenador pero con todos los elementos miniaturizados
Este tipo de tarjetas inteligentes se denominan «de contacto» porque precisan de la conexión física con un lector. Con sólo el tamaño de una tarjeta de crédito, se asemejan a un ordenador pero con todos los elementos miniaturizados. Dentro de su chip contienen un procesador, un sistema operativo con un sistema de cifrado para asegurar los datos, una pequeña memoria que hace las veces del disco duro de los PC y hasta una memoria RAM. El lector se encarga de proporcionar energía eléctrica y que estas tarjetas cumplan su función en conexión con el ordenador.
El lector es un aparato que se puede presentar de formas diferentes, aunque en el mercado se encuentra principalmente en tres formatos: integrado en el teclado, en un dispositivo USB que se conecta al ordenador o como tarjeta PCMCIA, destinada para los portátiles. Los precios pueden oscilar entre los 20 euros y los 60 euros según las marcas y los comercios.
En el mercado se encuentran bastantes fabricantes distintos como Bit4id,C3PO, Gemaltoo Kalysis, por citar algunos. De todas formas, se debe destacar que diversas administraciones públicas regalan estos lectores como una forma de promocionar las ventajas de la sociedad de la información. Así, el Ayuntamiento de Gijón regaló el pasado año 2.000 lectores de tarjetas entre sus ciudadanos para promocionar el carné de identidad digital.
Diversas administraciones públicas regalan estos lectores como una forma de promocionar las ventajas de la sociedad de la información
El dispositivo USB supone una buena elección si se desea comprar un lector, porque acostumbra a ser el más barato y porque su tamaño reducido permite trasladarlo con facilidad si se tiene pensado usarlo en más de un lugar. Este aparato consta de una entrada USB y un pequeño adaptador que lee la información que contiene el chip dorado que caracteriza a las tarjetas electrónicas.
Los lectores que se integran en el teclado son más caros, porque para adquirir el lector hay que comprar un teclado que ya lo lleve incorporado, con lo que se suma el coste del mismo. Su ventaja se aprecia si se emplean las tarjetas inteligentes con asiduidad, porque siempre están a mano del usuario y no hay que preocuparse de enchufar o desenchufar ningún USB. Sin embargo, ofrecen menos portabilidad.
Los lectores basados en tarjetas PCMCIA se dirigen a los usuarios de ordenadores portátiles. Su gran baza radica en que se pueden usar con más comodidad, sobre todo en movimiento, que los dispositivos USB porque se integran dentro del cuerpo del portátil.
Asegurar la compatibilidad
En principio, cualquiera de los lectores de tarjetas se puede utilizar en los sistemas operativos más habituales (Windows, Mac OS X y GNU/Linux). Estos equipos suelen traer de fábrica un disco con los controladores necesarios para que funcione el equipo en el ordenador. Cada tarjeta inteligente o certificado de identidad necesita que los lectores cumplan unas condiciones mínimas que señalan sus promotores. Esta información se debe comparar con las especificaciones técnicas de los lectores, aunque la gran mayoría cumple con todos los requisitos. Así, por ejemplo, el DNI electrónico precisa de un lector compatible con el estándar ISO 7816 (1, 2 y 3) o que tenga una velocidad mínima de 9.600 bits por segundo.
El chip de las tarjetas inteligentes se encuentra muy extendido en el resto de Europa en dispositivos como tarjetas monedero o tarjetas de crédito y débito. En España este chip sólo es mayoritario en las tarjetas SIM de los teléfonos móviles, cuyo funcionamiento es similar al de las tarjetas inteligentes aunque con un tamaño mucho más reducido.
Con la extensión del DNI y las tarjetas sanitarias electrónicos, y con el incipiente y esperado cambio hacia las tarjetas bancarias con chip, las tarjetas inteligentes se van a extender por España. Este chip con datos cifrados, además de servir para identificar al usuario, también logra que el dinero de plástico sea más seguro respecto al sistema de banda magnética, dominante en estos momentos, y que ha sido víctima de numerosas estafas en los últimos tiempos.