La zona en la que se cultivan las plantas influye en su desarrollo posterior. Los cambios climáticos y las condiciones del suelo afectan al crecimiento de los vegetales. Factores como el viento, la humedad, las propiedades de la tierra y, sobre todo, el frío determinan la calidad del cultivo. Por ello, al plantar vegetales, hay que tener en cuenta las características de las denominadas zonas climáticas o de rusticidad.
Zonas climáticas
En general, en nuestro país hay tres grandes zonas climáticas: atlántica o templado húmeda, mediterránea y subtropical. La primera se extiende desde Galicia hasta el Pirineo, se caracteriza por veranos frescos e inviernos suaves -debido a la influencia del mar- y por su elevada pluviometría, «que se reparte a lo largo de todo el año», explica José Manuel Sánchez, ingeniero técnico agrícola y coordinador de Flora Ornamental Española.
La zona mediterránea comprende el resto de la península y Baleares. Destaca por la alternancia de períodos secos con veranos áridos y otros lluviosos que, según la zona, se registran en diversas épocas del año:
Zona supramediterránea o continental. Con inviernos muy fríos y veranos cálidos, se extiende «por el centro y este de las mesetas, el valle del Ebro y algunas zonas de Granada», precisa Sánchez.
Zona mesomediterránea. Comprende desde el oeste de la península a través de los valles del Tajo, Guadiana y Guadalquivir.
Zona termomediterránea. Con situaciones de gota fría, generalmente, en primavera y en otoño, es típica del sudeste peninsular -Alicante, Murcia y Almería-.
Por su parte, la zona subtropical abarca una estrecha franja costera desde Granada hasta Huelva, «debido a la protección de las sierras béticas», y Canarias, «que por su proximidad a los trópicos goza de un clima subtropical muy benigno para el cultivo de plantas exóticas», añade Sánchez.
Si se atiende a la temperatura se puede distinguir entre:
- Zona 7, con temperaturas medias mínimas que oscilan entre -18º C y -12 ºC.
- Zona 8, entre -12º C y -7º C.
- Zona 9, entre -7º C y -1º C.
- Zona 10, entre -1º C y 4º C.
- Zona 11 (Islas Canarias), entre 6º C y 9º C.
Frío y viento
Es importante conocer dónde se localizan las zonas de rusticidad para prever el comportamiento de las plantas, ya que el frío puede causar daños irreversibles. En principio, las plantas sufren por encima o por debajo de una determinada temperatura, por lo que hay que conocer su resistencia, así como la temperatura media de la zona en la que se quieren cultivar. «No obstante -puntualiza Sánchez-, las zonas climáticas o de rusticidad son orientativas». Existen factores como la altura que influyen en la temperatura. «Puede darse el caso de islas o enclaves que se ubican dentro de una zona de rusticidad a la que realmente habría que aplicarle la zona anterior», aclara.
Por otro lado, la influencia del viento también es determinante. En principio, se trata de un fenómeno que, al aumentar la temperatura, favorece la pérdida de agua por parte de la planta (evapotranspiración). Al contrario, cuando se producen heladas, puede disipar la capa de aire frío que se coloca sobre los vegetales, mientras que si está cargado de humedad y la temperatura es baja, aumenta de nuevo la sensación de frío.
Un método adecuado para proteger las plantas del frío consiste en cubrirlas para evitar el contacto directo con la escarcha. “Un frío breve, a veces, se puede tolerar, pero una escarcha puede matar los tejidos de muchas plantas en una sola noche”, advierte José Manuel Sánchez.
Las plantas deben cubrirse para evitar el contacto directo con la escarcha
De acuerdo a las características de las plantas y de su zona de procedencia, éstas soportan unas temperaturas mínimas por debajo de las cuales se deterioran y pueden morir. En este sentido, la única protección eficaz en muchos casos es trasladar las plantas a interiores protegidos.