¿Son mejores los aguacates ‘light’?
En el mercado se ha introducido una variedad de aguacate que se anuncia como light, justificando este reclamo porque contiene un 30 % menos de grasa que los aguacates convencionales. Su secreto no está en la investigación o la innovación tecnológica, sino en su variedad.
Dentro de los aguacates hay tres subespecies comerciales, la mexicana, la guatemalteca y la antillana, cada una de ellas con su composición particular. El aguacate que se comercializa habitualmente en España es la variedad Hass, que pertenece a la raza guatemalteca y contiene entre un 15 % y un 20 % de grasa. El que se vende como light o con “contenido reducido en grasa” está dentro de la variedad antillana y presenta de forma natural menor cantidad de grasa, entre un 5 % y un 10 %.
La grasa del aguacate es de muy buena calidad al estar compuesta principalmente por ácido oleico, el mismo que contiene el aceite de oliva, que supone el 70 % de los lípidos. Es uno de los alimentos que nos aportan grasas saludables, por lo que elegir una variedad baja en grasa supone escoger el de menor valor nutricional.
Tengo el ácido úrico alto: ¿debo evitar algunas verduras?
No. Aunque vegetales como el tomate, las espinacas o el plátano contienen purinas (compuestos que producen ácido úrico), su ingesta no se relaciona con un incremento del ácido úrico. Sí hay que restringir el consumo de carne, marisco y evitar las vísceras, los alimentos azucarados y el alcohol. La diferencia está en el tipo de purinas: las de los vegetales no elevan el ácido úrico.
¿Los omega 3 combaten la depresión?
Entre los beneficios que se atribuyen a los ácidos grasos omega 3 está su supuesta capacidad para reducir los síntomas de la depresión. Nutrimedia, un portal que evalúa la evidencia científica, ha analizado qué dice la ciencia sobre esto y ha concluido que no hay suficientes pruebas para saber si esto es cierto. Eso sí, el déficit de omega 3 sí que se relaciona con alteraciones neuronales (deterioro cognitivo) y alteraciones en la vista.
¿Cómo puedo aumentar el consumo de legumbres?
En nuestra cultura gastronómica asociamos el consumo de legumbres a platos guisados, habitualmente acompañadas de carnes procesadas como chorizo, morcilla o tocino, que por su contundencia suelen comerse en meses fríos e identificamos con recetas muy energéticas.
Sin embargo, son alimentos nutricionalmente excepcionales por la calidad y cantidad de su proteína y su aporte de fibra, también por sus hidratos de carbono complejos y micronutrientes, y encajan perfectamente en distintas preparaciones menos tradicionales.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda el consumo de al menos cuatro raciones a la semana de legumbres e ir subiendo hasta alcanzar un consumo diario. Estas son algunas de las formas menos convencionales de consumirlas:
- En ensaladas de todo tipo (de garbanzos con pimiento rojo, maíz y aceitunas negras; de lentejas con tomate y atún; de alubias blancas con huevo cocido y pimiento).
- En cremas (hummus de garbanzos o lentejas).
- Como snacks (garbanzos cocidos tostados en el horno).
- Como hamburguesas o albóndigas (a partir de un puré con harina de garbanzo para espesarlo).
- A la manera tradicional, guisada, pero con verduras para hacer una versión saludable.
¿El aceite de orujo de oliva es una buena opción para freír?
Sí, es una magnífica opción. Este aceite tiene la misma cantidad de ácidos grasos monoinsaturados que el de oliva virgen. Si bien en el proceso de refinado pierde compuestos interesantes como los polifenoles, investigaciones desarrolladas por el Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición del CSIC han encontrado que en la fritura el aceite de orujo de oliva tiene ventajas frente a aceites de semillas, como el de girasol o incluso el de girasol alto oleico.
Este aceite resiste muy bien las temperaturas elevadas de la fritura y tarda más en degradarse. Además, algunos compuestos nutricionalmente interesantes propios de estos aceites —y que no se encuentran en el de oliva virgen— como los alcoholes triterpénicos o los ácidos triterpénicos aguantan bien las altas temperaturas y se incorporan a los alimentos cuando se fríen con este aceite.
¿Cómo le quito el gusto amargo a las acelgas?
Los compuestos fenólicos, que aparecen en mayor concentración cuando la planta ha pasado por situaciones de estrés (sequía), son los responsables de los sabores amargos y la astringencia típicas de las verduras de hoja verde, como las acelgas.
El amargor se reduce con la cocción, y el resultado mejora si se hacen un par de cambios de agua. Si se prefieren crudas, es buena idea salarlas o mezclarlas con vinagre o limón.
¿Las bebidas frías reducen el sabor de la comida?
La temperatura de la bebida puede insensibilizar las papilas gustativas, y se ha probado científicamente que los sabores se perciben con menor intensidad cuando la lengua está a una temperatura inferior a la habitual.
Esto puede explicar diferencias culturales, ya que estas costumbres pueden condicionar incluso algunas preferencias alimentarias. En países en los que las comidas se acompañan por lo general con bebidas muy frías, como EE. UU., se inclinan por alimentos con sabores mucho más dulces en contraposición a otros en los que es más frecuente comer con agua servida a temperatura ambiente, como ocurre en muchas zonas de Europa.