Las chicas, en general, disfrutan más comiendo chocolate y dulces, mientras que los chicos prefieren los sabores más marcados de las patatas fritas, los embutidos o los encurtidos ácidos como pepinillos y cebolletas. Puede parecer tópico, pero son los resultados de diversas encuestas de preferencias y consumo alimentario llevadas a cabo en distintos países entre la población en edad escolar.
Las niñas tienen mejor refrescos. Todos los alumnos hicieron una cata ciega con refrescos, es decir, probaron una misma bebida refrescante varias veces, a la que se le iba modificando el sabor adicionándole más sabor dulce o más sabor ácido. Según los responsables del experimento, una tercera parte de los participantes preferían la bebida que no tenía azúcar o tenía muy poca cantidad.
Aunque se hace necesario contrastar esta información con nuevas investigaciones, es un punto de partida para la industria alimentaria en el diseño de bebidas refrescantes menos azucaradas y, por ende, más saludables. A pesar de que este estudio se ha centrado exclusivamente en evaluar la percepción del sabor, se prevé completar con nuevos experimentos en los que se analicen a fondo otros aspectos sensoriales que influyen de manera notable en las preferencias de los niños como el olor y la apariencia de los alimentos.
Siempre se ha dicho que cuando nos vamos haciendo mayores somos más tolerantes con el sabor de los alimentos. De hecho, muchas personas adultas han experimentado esta sensación, y aquellos alimentos que no les agradaban nada de pequeños, como puede ser el pescado, alguna verdura o la fruta, les acaban gustando con los años.
Estas sensaciones también se han observado en el experimento con los escolares daneses. Según los datos, con los años la percepción de los sabores se hace más sensible y, en particular, durante la adolescencia. Así, los autores observaron cómo los adolescentes habían ampliado la capacidad para reconocer los gustos originales de los alimentos. El mayor cambio se observa entre los 13 y los 14 años, sobre todo con el sabor agrio, y de la misma manera, es a partir de esas edades cuando comienza a disminuir, tanto en chicos como en chicas, la apetencia por el sabor dulce.