¿Qué es el gas radón?
El radón es un gas radiactivo de origen natural que está presente en la corteza terrestre. Es un gas invisible, inodoro, insípido que se filtra a través del suelo y se difunde en el aire. Por lo general, se encuentra en concentraciones muy bajas en el exterior. Sin embargo, en lugares sin ventilación adecuada, este gas puede acumularse en concentraciones más elevadas.
Algunas viviendas también tienen altas concentraciones de radón, ya que puede filtrarse a través de grietas en los cimientos o por los sótanos. Suele ser más frecuente en aquellas con más uranio natural en el suelo, aunque también puede hallarse en materiales de construcción o en el agua (con mucha menos exposición a la radiación).
El gas radón es la fuente más importante de radiación natural, ya que representa casi el 50 % de toda la radiación que afecta al ser humano a lo largo de su vida.
Efectos del gas radón en la salud
La exposición al radón aumenta el riesgo de padecer cáncer de pulmón, especialmente entre personas fumadoras o exfumadoras. De hecho, fumar y vivir en una casa con alto contenido de radón aumenta el riesgo unas 46 veces más que si se dan los dos fenómenos por separado.
Por eso, en 1987 el gas radón fue declarado carcinógeno humano por la Agencia de Protección Ambiental de USA y, un año después, por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC).
¿Cómo reducir el radón en los hogares?
Como se ha señalado, el radón está presente en casi todos los edificios, en especial en las plantas bajas y subsuelo, y tiende a acumularse en el interior. Las principales fuentes de radón en las viviendas son el suelo, las paredes, el techo, el agua y el gas. El nivel de radón de un domicilio depende, también, de la geología local y se determina mediante la medición de la concentración del gas en el aire del interior de la vivienda.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen diferentes métodos para prevenir el radón en las viviendas de nueva construcción y reducirlo en las ya construidas.
Las medidas recomendadas por la OMS para reducir los niveles de radón en los hogares son las siguientes:
- Ventilar la vivienda, abriendo las ventanas de varias zonas de la casa para generar corriente.
- Evitar el paso del radón cerrando las puertas de acceso al sótano.
- Sellar grietas en paredes y suelos.
- Instalar un sistema de succión del radón en el subsuelo.
- Mejorar la ventilación en el subsuelo a través de un sistema de ventilación forzada.
- En España, la exposición a la radiación natural está regulada en el Real Decreto 783/2001 por el que se aprueba el Reglamento de protección sanitaria contra radiaciones ionizantes (RPSRI). Además, en 2021 el Ministerio de Sanidad publicó la guía ‘Acción frente al radón‘.