Vigilabebés: en qué debes fijarte para elegir este dispositivo con o sin cámara

En todo hogar con un recién nacido debería haber un vigilabebés, a menos que la vivienda sea un estudio. Pero también resulta muy útil en casas grandes en las que vivan niños de más edad que todavía echen siesta o en aquellos pisos en los que los peques duerman unos días, como puede ocurrir en las vacaciones. ¿Por qué?

Este dispositivo sirve para poder escuchar y observar al bebé cuando no está cerca de sus cuidadores. Y no solo es muy práctico si el peque está durmiendo, sino también cuando está sin compañía adulta en su habitación jugando, y sus padres se encuentran en la cocina haciendo la comida, en la sala pasando la aspiradora, en su dormitorio descansando o en su despacho teletrabajando. De esta manera, en todo momento pueden saber cómo está su hijo o qué está haciendo, lo que resulta muy tranquilizador. 

Los vigilabebés se pueden clasificar por el contenido que transmiten: solo audio o además vídeo.

El vigilabebés puede ser un intercomunicador, una especie de walkie-talkie que se encarga de enviar los sonidos que tu peque produce cerca del aparato emisor hasta el aparato receptor que tienes cerca, y que incluso puede ser tu móvil. Los hay con precios que oscilan entre los 30 y 200 euros.

Los modelos más sencillos transmiten el audio en una sola dirección, por lo que si el emisor se coloca en la habitación donde está el niño, solo será posible escucharle cuando llore, grite, se despierte, tenga hipo, se haya caído o esté riendo o cantando.

En cambio, los intercomunicadores más modernos permiten la comunicación bidireccional, así que también puedes hablarle en la distancia para hacer que se sienta acompañado o para calmarle un poco, antes de llegar a su cuarto.

Por entre 80 y 400 euros, encontrarás los más modernos y con más prestaciones: los vigilabebés con cámara. Con ellos podrás saber que está haciendo tu bebé en todo momento. Estas herramientas emiten sonido y vídeo en movimiento al receptor, que debe contar con una pantalla. Algunos de estos dispositivos pueden enviar la señal al televisor, el móvil o el ordenador, por ejemplo. Estos vigilabebés no resultan tan económicos, pero ofrecen funciones tan útiles como luz nocturna, visión nocturna o nanas.

Dentro de esta categoría también hay cámaras de vigilancia del bebé o monitores vigilabebés, con similares prestaciones y costes. Son parecidas a las cámaras de seguridad caseras o cámaras IP de vigilancia.

Asimismo, cabría otra posibilidad más barata y respetuosa con el medio ambiente: usar tu viejo móvil o esa tableta que ya apenas usas para vigilar a tu bebé. Eso sí, tendrías que utilizar estas apps.

➡️  Pero también los vigilabebés se pueden diferenciar por la tecnología que emplean para transmitir el audio y el vídeo. Estos son los principales:

Utilizan las frecuencias de radio para transmitir la información al dispositivo receptor. Son sencillos y, por supuesto, muy económicos. ¿El problema? Las interferencias y los ruidos. Si alguien en tu radio de alcance usa la misma frecuencia en su dispositivo, podría recibir el audio y la imagen de tu hijo, y viceversa.

Los vigilabebés digitales emplean una señal digital que transmite frecuencias de audio y vídeo. Eso significa que son más seguros, pues la señal se puede codificar, y que brindan un sonido más claro y sin interferencias. Incluso algunos de estos dispositivos funcionan con tecnología FHSS, que cambia de forma automática las señales para evitar las escuchas.

Son los vigilabebés más populares, así como los más caros. Estos monitores se conectan de manera inalámbrica al móvil, tableta u ordenador mediante la conexión a Internet que tengas en casa, siempre que estén encendidos. El problema está en la privacidad. ¿Cómo evitar el hackeo de los vigilabebés? Panda Security aconseja, entre otros aspectos, proteger el router inalámbrico, crear una contraseña segura para el monitor, desactivar el acceso remoto a la cámara y al router o registrar el vigilabebés.

Por radiofrecuencia o conectado a Internet. Los primeros vigilabebés son más fáciles de usar y de configurar (cuantos más canales mejor), pero el problema es el alcance. En cambio, los conectados necesitan de la Red para funcionar, y no hay que olvidar todo lo que implica estar siempre online (cuidado con la privacidad).

Piensa en el tamaño de tu casa. No es un tema baladí. Necesitarás un vigilabebés con alcance suficiente para que la transmisión sea de calidad desde cualquier punto. Como mínimo alcanzan los 300 metros, pero los hay hasta de 5.000.

La mayoría de los vigilabebés funciona al enchufarlo a la red eléctrica, otros marchan con batería recargable y hay hasta los que lo hacen con pilas. Lo idóneo es que se conecte a la red, pero que también tenga una batería con bastantes horas de autonomía, y no solo por si se apaga la luz.

¿Quieres hablar con tu bebé o solo escucharle? La comunicación bidireccional es perfecta para poder calmarlo sin tener que ir a su habitación, y así se sienta seguro, pero igual prefieres ir siempre que lo oigas.  

En cualquier caso, si este artilugio tiene activación por voz (modo ECO), ahorrarás batería, pues comenzará a retransmitir cuando el sistema detecte un sonido o movimiento.

No siempre se quiere ver al bebé mientras duerme en su cuna o juega en el suelo. Pero piénsalo bien: un intercomunicador no te aporta la tranquilidad que te da un vigilabebés con cámara y, por tanto, con pantalla a color o con conexión a la de tu móvil. El tamaño de la pantalla tampoco importa mucho, pero igual sí el zoom.

Si eliges con cámara, mira si incorpora la visión nocturna (en blanco y negro). Con esta funcionalidad podrás vigilar a tu bebé con la luz apagada, y sin tener que abrir la puerta de su cuarto para ver cómo está. Y si funciona por infrarrojos, mejor.

Con algunos vigilabebés se pueden utilizar más de una cámara. Tenlo en cuenta si tienes varios hijos pequeños que duermen en distintas habitaciones.

Todas las funcionalidades extra de un vigilabebés implican un sobrecoste, pero mira qué es lo que pueden ofrecerte, pues algunas igual te interesan:

• Canciones de cuna, sonidos relajantes y ruido blanco. En algunos puedes grabar tus propias nanas.
• Luz nocturna de compañía (quitamiedos) y proyección de imágenes.
• Monitoriza la temperatura de la habitación. Algunos modelos tienen alertas de temperatura alta y baja.
• Alarma para avisar de la hora de las comidas o del cambio del pañal.