La lucha contra la obesidad infantil, una labor de todos
El sobrepeso y la obesidad infantil constituyen un problema de salud a nivel mundial. Más de 100 millones de niños y adolescentes en el mundo padecen obesidad. Y en España no nos quedamos atrás. Somos el tercer país de Europa con mayor prevalencia de sobrepeso y el cuarto en obesidad a estas edades. Las cifras se han triplicado en solo cuatro décadas y más del 40 % de los menores entre 6 y 9 años tiene sobrepeso u obesidad, como apuntaba el estudio Aladino (2019).
Según los resultados preliminares del ‘Estudio PASOS 22’ de la Gasol Foundation, la prevalencia de obesidad ha disminuido desde 2019 solo medio punto porcentual. Y esto tiene sus efectos hoy. Como señalan en un comunicado el Comité de Nutrición y Lactancia Materna (CNYLM) y el Comité de Promoción de la Salud (CPS) de la Asociación Española de Pediatría (AEP), la grasa corporal en las edades tempranas de la vida se asocia a hipercolesterolemia, hipertensión o diabetes tipo 2; es decir, la obesidad infantil provoca que haya niños con enfermedades propias de adultos. Y eso tiene graves consecuencias para la salud no solo a corto plazo, sino también cuando sean mayores (obesidad, diabetes, cáncer, discapacidad, muerte prematura…).
Los planes preventivos implantados hasta ahora parecen no ser suficiente para reducir esta epidemia. Por eso desde la AEP, con motivo del Día Europeo contra la Obesidad que se celebra cada año el tercer sábado de mayo, se recuerda que la lucha contra la obesidad infantil debe ser una labor de todos. “Del niño con obesidad y las 4 P (Padres, Pediatras, Profesores y Políticos), pero también de la comunidad, la industria, las ONG y los medios de comunicación”, puntualiza la doctora Rosaura Leis, coordinadora de su Comité de Nutrición y Lactancia Materna.
Factores de riesgo de obesidad infantil
Por ello, los pediatras insisten en actuar frente a dos factores que influyen de manera determinante en la obesidad infantil y que forman parte del ambiente obesogénico que se caracteriza por una alimentación no saludable, la disminución de la actividad física, el aumento de la inactividad y pocas horas de sueño. ¿Cuáles son? El abuso de las pantallas —“nuevo factor de riesgo de obesidad que está despuntando”— y los reclamos publicitarios de alimentos poco saludables.
▶️ Abuso de pantallas
No se trata de demonizar las nuevas tecnologías, ni prohibir su utilización, porque en realidad, el uso saludable de los dispositivos digitales (televisión, móvil, tableta, ordenador…) tiene importantes beneficios para los más jóvenes: permite una mejor comunicación, acceso a información ilimitada de calidad, entretenimiento, aprendizaje, etc.
Pero sí que un abuso de las pantallas está “relacionado con sedentarismo, incremento de la ingesta de alimentos no saludables, mayor riesgo de obesidad, aislamiento, depresión y conductas adictivas”, advierte el doctor Julio Álvarez Pitti, coordinador del Comité de Promoción de la Salud de la AEP.
En concreto, ¿cómo se asocia el empleo inadecuado de pantallas con la obesidad? Los pediatras se fijan en esta revisión sistemática (2019) de varios trabajos que analizaban el impacto en la salud para destacar que:
- A mayor número de horas de pantallas, y en particular ante el televisor, se gana más peso y hay más riesgo de obesidad en la infancia.
- No hay una relación clara entre el uso de pantallas y la disminución de actividad física, aunque en otros estudios sí que se observa que los adolescentes menos activos pasan más tiempo delante de las pantallas.
- La exposición a las pantallas está vinculada a un incremento en la ingesta de alimentos y una dieta menos saludable, ya que ver la televisión puede suprimir las señales de saciedad y, además, los anuncios de alimentos no saludables con los que son bombardeados por este medio favorecen su consumo.
De ahí que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiende a niños y adolescentes pasar como mucho dos horas al día frente a estos dispositivos. Sin embargo, este consejo no está surtiendo efecto, como recoge el estudio de la Gasol Foundation: solo el 36 % de los niños y adolescentes cumple entre semana con la recomendación, y muchos menos la siguen el fin de semana (16,2 %). Y cada vez menos, si se compararan los datos de 2022 con los de hace cuatro años. “Como pediatras, deberíamos desarrollar y promocionar nuevas estrategias para ayudar a los niños y a sus familias a tener una relación saludable con el entorno digital y las pantallas”, asegura Álvarez Pitti.
▶️ Publicidad de alimentos con perfil nutricional inadecuado
También para los pediatras, y relacionado con las pantallas, es esencial poner coto a otro de los factores más importantes que influyen en la aparición y el mantenimiento de malos hábitos de alimentación en la infancia y la adolescencia: la accesibilidad y la publicidad de los productos alimentarios poco saludables. No son pocos los anuncios de este tipo a los que los peques se exponen cada día con reclamos nutricionales que resaltan su capacidad de proporcionar salud, energía o nutrientes específicos saludables, amparándose por lo general en una característica particular y desligándolo del valor nutricional del producto en su conjunto.
“Los productos menos saludables siguen siendo los más publicitados”, comenta la doctora Leis, quien señala que, ya en 2015, alrededor del 50 % de los anuncios de alimentos en televisión contenía algún tipo de reclamo nutricional y casi dos tercios correspondían a productos poco saludables. Estos datos los recoge este estudio publicado en 2022 la revista ‘Anales de Pediatría’, donde se apunta que los anuncios de productos no saludables siguen muy presentes en los medios y en el entorno online de los menores, por lo que el Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la AEP “suscribe la necesidad de una regulación y limitación de la publicidad de alimentos no saludables que abarque todos los medios y todas las estrategias de marketing”.
Y es que ante esa publicidad de alimentos insanos, los niños y adolescentes son una población especialmente vulnerable. “En estas etapas de la vida se desarrollan las preferencias de alimentos que condicionarán nuestros hábitos futuros. Los reclamos publicitarios dirigidos a los niños y adolescentes están presentes en su vida cotidiana y tienen un gran impacto en ellos”, sostiene la pediatra.
Precisamente, hace unos días, en la revista científica The Lancet se publicaba una carta en la que representantes de cinco de las principales entidades que participaron en el Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil exigían al Gobierno que apruebe el decreto sobre publicidad de alimentos y bebidas poco saludables dirigida a los niños listo desde julio de 2022. El decreto —elaborado desde el Ministerio de Consumo— “contribuirá sustancialmente a la protección de los derechos de los niños y adolescentes y a la promoción de la salud pública”, concluyen los firmantes de la misiva, entre ellos miembros de UNICEF o la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA).