Etapas del hígado graso
Imaginemos que metemos una cámara dentro de nuestro hígado, como hacen los cirujanos. En una persona con el órgano sano se observará una superficie lisa, sin ningún tipo de nódulo o rugosidad y de un color marronáceo.
En el caso de tratarse de un hígado graso, lo que veremos será un órgano muy brillante y amarillento, como reflejo de la grasa. Si ese hígado lo cortáramos por la mitad, se apreciaría un exceso de gotitas de grasa, mientras que en el sano se verían células (hepatocitos) sanas en cuyo núcleo tiene algunas y pequeñas gotitas de grasa distribuidas uniformemente.
Si, además, ese hígado ya tiene algunos grados de fibrosis hepática (cicatrices), se verá una superficie muy rugosa, de aspecto nodular, y un mayor volumen. Las células que ya estaban previamente hinchadas y han comenzado a morir, causando la inflamación. Las cicatrices aparecen porque las fibras de colágenos reemplazan a las células muertas.
Con los años, las células muertas se descomponen y esas cicatrices deterioran la función del hígado. Si pudiéramos tocarlo, por la aparición de quistes y nódulos, lo notaríamos duro. Se trata de un órgano con cirrosis, una enfermedad que puede provocar una insuficiencia y un mayor riesgo de cáncer de hígado.
¿Cuánto tiempo pasa entre etapa y etapa?
¿Cuántos años se necesitan para evolucionar de un estadio a otro? “El estudio más amplio que se ha hecho indica que son una media de siete años. De lo que no hay ningún informe es de lo contrario, de cuánto tiempo se necesita para regresar a un estadio menos grave. Por lo que observamos en la práctica clínica, si se cambia de hábitos correctamente, suele ser algo más rápido”, indica Javier Ampuero, hepatólogo del Hospital Virgen del Rocío (Sevilla) y experto de la Federación Española del Aparato Digestivo (FEAD).
De todas maneras, la gravedad varía de un paciente a otro. Cada persona puede sufrir al mismo tiempo distintas enfermedades (hipertensión, hipercolesterolemia, diabetes), lo que marcará el grado de severidad de la enfermedad.
1. Esteatosis hepática simple
Supone el 80 % de los casos de EHGNA. Se clasifica así cuando más del 5 % de las células del hígado (que llamamos hepatocitos) contienen grasa. Es una etapa o grado que resulta reversible, si se trata a tiempo, y puede fácilmente dejar de progresar, si se cambia la dieta y los hábitos.
2. Esteatohepatitis
Si no se trata, esta acumulación de grasa hará al hígado más vulnerable a otras agresiones, como el estrés oxidativo, y promoverá la liberación de moléculas que producen la inflamación. Algunos estudios científicos calculan que el 41 % de las personas que sufren esteatohepatitis desarrollan fibrosis.
3. Fibrosis
Aparecen estas heridas o cicatrices. Si se cambian los hábitos, aún se está a tiempo de regresar al estadio 2, pero ya si está muy avanzada, dará lugar al siguiente estadio de la enfermedad, que puede ser fatal. Un 10-15 % de las personas con fibrosis progresará a cirrosis.
4. Cirrosis y cáncer de hígado
Esta es una etapa irreversible. El riesgo de padecer cáncer de hígado en pacientes con cirrosis es de un 12 % en tres años.