El pasado 24 de abril fue la fecha límite para que los chefs, cocineros y amantes de la gastronomía que quisieran entregar recetas las presentaran para participar en el “patata silvestre creció en el Perú y fue cultivada por sus habitantes hace más de 7.000 años. En la actualidad, este país alberga el banco de germoplasma (semillas, cultivo de tejidos o colecciones de plantas) de papa más grande del mundo: 5.000 variedades de toda la región andina, más de la mitad originarias de este país.
Precisamente por ser la patata uno de los productos más preciados y considerados en el panorama gastronómico internacional, fue el primer alimento elegido para inspirar platos que ayuden a una mejor alimentación de los hogares pobres y vulnerables de América Latina. Pastel de papa seca y queso serrano, cebiche de papas, sopa papalote o pastel de papa y naranjas son algunas de las deliciosas preparaciones que aportan abundantes hidratos de carbono, necesarios para la vida.
Por su parte, las legumbres y, en concreto, la judía originaria de los Andes y Mesoamérica, se caracterizan por su elevado contenido proteico, que las convierte en una económica fuente de proteína vegetal. La proteína es necesaria para el crecimiento y el mantenimiento del organismo y además el consumo de legumbres consigue efectos beneficiosos frente a enfermedades cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer y diabetes. Estos efectos positivos se atribuyen a diversas sustancias, entre ellas la fibra, las saponinas, las isoflavonas y los fitatos, además de la propia proteína.
Falsarius es el chef español conocido por su “cocina impostora”, en la que engaña a la vista, al olfato, al gusto e, incluso, al bolsillo con una táctica culinaria que se convierte en una forma muy práctica de alimentarse. Sobre todo, porque como bien comenta, “no hacen falta ni mucho tiempo, ni productos caros, ni si quiera saber cocinar para elaborar unos platos atractivos y sabrosos”.
Con su “cebiche de papa”, compuesto de patata, cebolla roja, limones, ají (cayena o guindilla), sal gruesa y perejil, sugiere un refrescante plato “impostor”, porque no lleva en absoluto ni el marisco ni el pescado característico del cebiche verdadero. Esta fue una de las recetas elegidas para formar parte del “Primer Recetario Internacional de Chefs contra el Hambre”.