Desde el 25 de julio de 1978, fecha en la que nació el llamado primer bebé probeta del mundo, más de 3,5 millones de niños han nacido gracias a las técnicas de reproducción asistida. Sin embargo, el embarazo múltiple es uno de los riesgos durante un tratamiento de fertilidad que aumenta de forma significativa la probabilidad de abortos espontáneos y nacimientos prematuros, sin menoscabar el riesgo que puede suponer para la madre. Ahora, una nueva técnica, que se ayuda de un programa informático, permite seleccionar mejor los óvulos para escoger el idóneo y ofrece mayor posibilidad de conseguir un embarazo a término.
En la fertilización «in vitro», suelen implantarse varios embriones para lograr una mayor probabilidad de éxito de llegar a un embarazo a término, ya que se tiene en cuenta que algunos de ellos no serán viables. El problema se plantea al implantar varios embriones con la idea de que sólo sobrevivirán uno o dos y, cuando las previsiones fallan, se producen embarazos múltiples.
Embriones múltiples
El debate sobre embriones múltiples se reinició este año después de que una mujer en California (EE.UU.) recibiera tratamiento de fertilidad y diera a luz octillizos. Un estudio que se acaba de publicar corrobora que la fertilización «in vitro» es más económica y eficaz cuando se transfiere un único embrión. Se compararon los resultados de 1.510 mujeres que efectuaron un tratamiento de fertilidad en una clínica entre 1995 y 1999, cuando la doble transferencia de embriones era más común, y desde 2000 a 2004, cuando la transferencia de un solo embrión era más habitual.
El análisis de los resultados mostró que en el período en el que las mujeres recibían un embrión nacieron más bebés al término del período de gestación, con una tasa de nacimiento por mujer cercana al 42% frente al 37% aproximadamente de aquéllas a las que se implantaron varios embriones. El hecho de transferir un único embrión también resulta más rentable desde el punto de vista económico si se tienen en cuenta los costes relacionados con los embarazos múltiples.
Niveles elevados de compuestos perfluorinados en sangre se relacionan con mayor tasa de infertilidad
El estudio, publicado recientemente en la revista «Human Reproduction» ha sido efectuado por investigadores de la Universidad de Oulu, en Finlandia. El secreto está en intentar identificar el óvulo idóneo que, una vez fecundado, tendrá mayores posibilidades de éxito. Un equipo de científicos británicos liderados por Simon Fishel, que formó parte del equipo que trajo al mundo al primer bebé probeta, ha empleado una nueva técnica que permite seleccionar mejor los óvulos de una mujer con mayor posibilidad de llegar a un embarazo.
El tratamiento añade a las técnicas habituales un programa informático que permite detectar los óvulos con defectos en los cromosomas que probablemente conducirían a un aborto espontáneo. La primera paciente en la que se ha aplicado la técnica es una mujer británica de 41 años en la que habían fracasado 13 tratamientos de fertilidad y que, actualmente, se encuentra en la recta final del embarazo.
Nuevos compuestos químicos
Un estudio publicado en la misma revista señala un nuevo grupo de compuestos químicos susceptibles de formar parte de la lista de sustancias que causan infertilidad en las mujeres. Dichos compuestos son conocidos como perfluorados (PFOS y PFOA) y se usan como aditivos químicos en alimentos, textiles y productos de higiene y cuidado personal. La investigación, llevada a cabo por el Departamento de Epidemiología de la Facultad de Salud pública de la Universidad de California y Los Ángeles (UCLA, EE.UU.), apunta que estas sustancias reducen la fertilidad en parejas que intentan quedarse embarazadas.
El equipo de investigadores analizó la concentración en sangre de estos componentes en 1.240 mujeres participantes de la cohorte nacional danesa de nacimientos. Las muestras fueron obtenidas durante la cuarta semana de embarazo y clasificadas en cuatro grupos según los niveles de PFOS y PFOA hallados. Después, durante la duodécima semana de embarazo, las mujeres fueron entrevistadas para conocer el tiempo que habían tardado en quedarse embarazadas tras empezar a intentarlo.
Los resultados revelaron que las mujeres que tenían niveles más elevados de PFOS y PFOA eran menos fértiles en comparación con las mujeres que presentaban niveles inferiores de los compuestos. Se estimó que aquéllas con niveles elevados de PFOS habían tardado entre un 70% y un 134% más de tiempo que las que tenían una concentración inferior y, del mismo modo, el tiempo había aumentado entre un 60% y un 154% en las mujeres con niveles elevados de PFOA en comparación con las otras.
Los investigadores apuntan que aún se desconoce el mecanismo por el cual los compuestos podrían alterar la fertilidad de las mujeres, pero sospechan que podía afectar a las hormonas que participan en la regulación del aparato reproductivo. Sin embargo, los resultados aún se consideran preliminares. Otros estudios relacionados revelan que los compuestos PFOS y PFOA podrían tener efectos tóxicos para el hígado, el sistema inmunitario y el aparato reproductor, así como para el desarrollo del feto.
Por estos motivos, los industriales llevan años trabajando para conseguir sustituir dichas sustancias por otras no tóxicas. En EE.UU., la Agencia de Protección Ambiental (EPA) se comprometió con ocho fabricantes para reducir en un 95% las emisiones de dichas sustancias para 2010 y extinguirlas de manera definitiva antes de 2015.
Imagen: RWJMS IVF Laboratory
España es el tercer país europeo con más tratamientos de fertilidad, por detrás de Francia y Alemania. El 2% de los nacimientos registrados durante el 2006 se debieron a estas técnicas, mientras que en 2005 el porcentaje fue del 1,6%. Estos datos han sido recientemente publicados por la Sociedad Española de Fertilización, que ha efectuado un registro en el que han participado 130 centros que realizan estas técnicas. En el informe también se recoge que en el años 2006 se registraron 80.000 tratamientos de los que 30.000 fueron de inseminación artificial y 50.000 fueron de fecundación “in vitro” convencional y microinyección intracitoplásmica de espermatozoides.
El éxito de estas técnicas, logrando embarazos viables, está en España muy por encima de la media europea, con un 39%, frente al 30% de la Unión Europea (UE). En el reverso de la moneda está que la tasa de embarazos múltiples en las mujeres que se someten a estos tratamientos es ligeramente superior en España ya que el 24% de estos embarazos son múltiples, frente a la media europea que es del 20%. Concretamente, uno de cada cuatro partos ha sido único, uno de cada cinco, gemelar, y el 1,7%, triples.
Para reducir esta mayor tasa de embarazos múltiples se debe empezar a transferir sólo un embrión, manifiesta el presidente de la Sociedad Española de Fertilidad, Buenaventura Coroleu. Según se recoge en el informe, el 80% de las pacientes que demandan estos tratamientos se encuentra entre los 30 y 40 años, y más del 50% superan los 40 años. En cuanto a las causas de esterilidad, en un 32,7% el problema era masculino, el 26,4% femenino y, en el resto, los problemas eran mixtos.