Trastornos de la conducta alimentaria
Aunque en nuestro entorno tendemos a dividir los trastornos de la conducta alimentaria en dos grandes grupos, la anorexia y la bulimia, el Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales (DSM-5), de la Asociación Americana de Psiquiatría, afina más y los clasifica de la siguiente manera:
➡️ Anorexia nerviosa
Se caracteriza por el peso corporal anormalmente bajo, lo que lleva a un temor intenso a aumentar de peso y a la percepción distorsionada de la imagen corporal.
➡️ Bulimia nerviosa
Se combinan los atracones con comportamientos compensatorios inapropiados —como uso de diuréticos, laxantes, ejercicio excesivo, periodos de ayuno— diseñados para prevenir el aumento de peso.
➡️ Trastorno por atracón
El trastorno por atracón se define por la aparición de episodios definidos por la ingesta en poco tiempo de una cantidad de comida excesiva y la pérdida de control sobre esa ingesta.
➡️ Trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE)
Se aplica cuando existen algunos síntomas característicos de un trastorno alimentario, como anorexia o bulimia nerviosa, pero no cumplen todos los criterios para diagnosticarlos.
➡️ Pica
Consiste en el deseo irresistible por comer o lamer sustancias no nutritivas y poco usuales, como tierra, tiza, yeso, virutas de la pintura, bicarbonato de sodio, almidón, pegamento, moho, ceniza de cigarro, papel…
➡️ Trastorno por rumiación
Se caracteriza por la regurgitación repetida de alimentos. Los alimentos regurgitados se pueden volver a masticar, a tragar o se escupen.
➡️ Trastorno por evitación
Se caracteriza por ingerir muy poca cantidad de alimento o evitar el consumo de ciertos alimentos. No consiste en tener una imagen corporal distorsionada o estar preocupado por la imagen corporal.
Conductas alimentarias alteradas
Existen trastornos que, sin ser considerados todavía como TCA, comparten similitudes con los anteriores en términos de una preocupación excesiva por la apariencia y una percepción corporal distorsionada. En estos casos se habla de conducta alimentaria alterada y se estudia su incorporación en la próxima actualización del Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales.
➡️ Vigorexia
Preocupación obsesiva por aumentar la masa y la definición muscular. Las personas con vigorexia suelen estar insatisfechas con su apariencia física y pueden dedicar una cantidad significativa de tiempo a entrenamientos intensivos y a dieta para lograr un mayor desarrollo muscular. También pueden tener comportamientos de riesgo para la salud, como el abuso de sustancias (anabolizantes) y la ingesta descontrolada de suplementos.
➡️ Ortorexia
Preocupación obsesiva y poco saludable por la calidad y la pureza de los alimentos que se consumen. Aunque la intención inicial puede ser mejorar la salud, la ortorexia puede llevar a una serie de problemas físicos y emocionales, como la malnutrición, el aislamiento social y la ansiedad en torno a la comida.
➡️ Diabulimia
Término que se utiliza para describir la omisión o la reducción intencionada de la insulina por parte de una persona con diabetes tipo 1, con el objetivo de perder peso. Puede ser peligrosa para la salud, ya que la falta de insulina puede llevar a un aumento peligroso de los niveles de azúcar en sangre, lo que puede causar complicaciones graves a largo plazo, como daño a los órganos, problemas circulatorios, ceguera y neuropatía.
➡️ Pregorexia
Preocupación obsesiva y poco saludable por el control del peso y la apariencia física durante el embarazo. Las personas con pregorexia pueden incluir la restricción calórica extrema, el ejercicio excesivo o el rechazo de alimentos nutritivos.
➡️ Potomanía
Trastorno en el que una persona consume cantidades excesivas de agua de manera compulsiva, incontrolable y anormal. La potomanía puede llevar a una intoxicación por agua o hiponatremia, que se produce cuando los niveles de sodio en el cuerpo se diluyen peligrosamente debido a la ingesta excesiva de agua. Los síntomas pueden incluir náuseas, vómitos, hinchazón, confusión, convulsiones y, en casos graves, incluso puede poner en peligro la vida.
Desculpabilizar a la familia del paciente con TCA
El camino en las investigaciones en torno a los trastornos de la conducta alimentaria es lento, pero imparable. Y todo este conocimiento, estos descubrimientos, no solo llenan de esperanza a los afectados y a sus familiares, sino que también les liberan de una carga. “Cuántas veces hemos oído la desafortunada frase de que ‘con un par de tortas se le quitaban esas tonterías de la comida”, explica Mari Carmen Galindo, presidenta de la Federación de Asociaciones de Lucha contra la Anorexia y la Bulimia (FEACAB).
“Antes se estigmatizaba a la familia, ahora nos hablan de la importancia que tenemos tanto en la prevención como en los tratamientos. Desde la asociación, explicamos a los padres que los TCA tienen muchas causas, factores biológicos, genéticos… que todo eso junto puede hacer que a unas personas los padezcan y a otras no. Se trata de quitar los sentimientos de culpa y los avances en neurobiología nos están ayudando”, añade.
“Asistimos con satisfacción al interés que despiertan estos trastornos en la comunidad científica. Llevo en la asociación 25 años y voy viendo que los tratamientos están evolucionando y que hay nuevos abordajes. Trabajamos mucho en prevención, asesorados por especialistas y coordinados con la Administración. Se trata de ir todos unidos”, concluye Galindo.