Las máquinas expendedoras de alimentos y bebidas (MEAB), también llamadas “vending”, se hallan en localizaciones muy diversas y frecuentadas, como centros de trabajo, instalaciones deportivas, universidades, locales de ocio y culturales, transporte público y hospitales, entre muchas otras. Productos de bollería y repostería industrial, snacks salados -tipo patatas fritas y similares-, bolsitas de chucherías, frutos secos fritos y salados, chicles, refrescos, zumos e incluso sándwiches son ejemplos de la variedad de productos que se ofertan.
Dada la demanda creciente de este tipo de alimentos, y debido a que la oferta, en la mayoría de las ocasiones, no es la más adecuada desde el punto de vista nutricional, se está trabajando en el diseño de distintas formas de intervenir y en la elaboración de recomendaciones en cuanto a su ubicación, publicidad y contenido, tal y como ya han hecho algunos países y algunas comunidades autónomas de nuestro país.
Máquinas en los colegios
En España, en el marco de la estrategia NAOS y dentro del ámbito escolar, se contemplan varios puntos de actuación, entre los que destacan el comedor escolar y las máquinas expendedoras de alimentos y bebidas. En este sentido, en 2005 se firmó un convenio con la Asociación Nacional Española de Distribuidores Automáticos (ANEDA), en el que se establecieron los siguientes compromisos:- No se ubicarán máquinas expendedoras en aquellas zonas donde pueda tener fácil acceso a ellas el alumnado de la Enseñanza Infantil y Primaria.
- Se eliminará la publicidad de las máquinas para no incitar al consumo de determinados productos y se sustituirá por adhesivos que incluyan mensajes que promocionen una alimentación saludable.
- Se deberán incluir productos que favorezcan una alimentación equilibrada (agua mineral, bebidas con bajo contenido en azúcar, frutas o galletas) en detrimento de aquellos con un alto contenido en sal, azúcares y grasas.
- Se publicará una guía de buenas prácticas, dirigida a profesionales del sector de la distribución automática, donde se defina qué productos no deberían incluirse en las máquinas de los colegios y aquellos que deberían sustituirlos.
- Se elaborará una «Guía para una nutrición adecuada en los centros de enseñanza a través de máquinas vending» para su difusión en los colegios a través de las asociaciones de padres de alumnos.
La Comunidad Autónoma de Cataluña, dentro del contexto de la estrategia PAAS (Plan integral de Promoción de la Actividad Física y la Alimentación Saludable), consensuó en fechas recientes un documento de recomendaciones sobre la ubicación, publicidad y contenido de las máquinas vending en los espacios a los que acuden habitualmente niños y jóvenes. Dichas recomendaciones toman más fuerza por el hecho de estar avaladas por el consenso entre la industria, las asociaciones de padres y madres, las sociedades científicas y los departamentos e instituciones de la Administración. Algunas de las recomendaciones son:
- Evitar la ubicación de máquinas expendedoras en zonas accesibles a niños y jóvenes de menos de 16 años.
- Modificar la publicidad para facilitar un consumo responsable, introduciendo mensajes que promuevan, de forma atractiva, una alimentación saludable.
- Establecer políticas de precios que favorezcan la opción más saludable.
- Promover los productos que contribuyan a una alimentación saludable en lugar de los que tengan un contenido elevado de sal, azúcar y/o grasas: agua, aguas con sabores sin azúcares, leche (opciones desnatadas), yogures y yogures líquidos (con posibilidad de que sean desnatados), zumos naturales de frutas, zumos de tomate, zanahoria y otras hortalizas, bebidas refrescantes sin azúcares, bebidas isotónicas, bocadillos y sándwiches, galletas integrales, barritas de cereales, tortillas de arroz y maíz, palitos de pan, pan de semillas, frutos secos, frutas desecadas y fruta fresca.
El ejemplo de otros países
Es difícil hacer comparaciones entre la situación que se da en España y en otros países respecto a la regulación de las máquinas expendedoras, pues la situación de éstas (generalización y localización) es muy variable. En España, por ejemplo, es poco habitual encontrarlas en centros educativos de Primaria, sin embargo, son más frecuentes en institutos y centros de Secundaria. En el Reino Unido, en cambio, estas máquinas forman parte habitual de las ofertas alimentarias del almuerzo del mediodía de niños y jóvenes, por lo que las autoridades sanitarias ven necesarias una regulación más estricta y el seguimiento de unos protocolos de manejo y control.En este sentido, la regulación de las máquinas vending en el Reino Unido se enmarca dentro del programa New Standards For School Food (Nuevos estándares para la comida en las escuelas), que se inició en 2007 y tiene carácter de obligado cumplimiento. Según esta normativa, todos los alimentos accesibles para los niños a la hora del almuerzo (comedores escolares, fiambreras y alimentos procedentes de las máquinas) deben cumplir con unos requerimientos nutricionales establecidos y no están permitidos determinados alimentos que se podrían considerar como «comida basura».
Para el correcto manejo de las máquinas vending en escuelas e institutos, y dirigida a los responsables de su gestión, se dispone de una guía muy completa que abarca todos los procesos y criterios que se deben seguir si una escuela decide incorporar una máquina expendedora de alimentos y bebidas en su oferta alimentaria.
Imagen: Ezgi PlatinEn Estados Unidos, según datos del School Health Policies and Programs Studies, una encuesta nacional que se realiza periódicamente para evaluar las políticas y programas de salud en las escuelas, el 32,7% de las escuelas de Primaria (hasta 8 años), el 71,3% de los centros de Enseñanza Media (8-12 años) y el 89,4% de los institutos de Secundaria (a partir de 12 años) disponen de máquinas vending, tiendas en el propio colegio, cantinas o bar, donde los alumnos pueden comprar alimentos y bebidas.
Aunque la regulación de estas fuentes de suministro de alimentos depende de cada Estado, los datos indican que más del 50% de las escuelas permite a las compañías de refrescos publicitar sus bebidas en las máquinas vending e incluso el 16,4% aceptan publicidad de bebidas refrescantes en los patios, zonas de recreo y en edificios externos a la escuela pero visibles desde ella.
Según un estudio de la dietista estadounidense Amy Virus, del Centro para la Investigación de la Obesidad y la Educación de Filadelfia, muchas de las opciones de alimentos y bebidas de las máquinas vending pueden suponer hasta 320 calorías por producto seleccionado, y el número de máquinas expendedoras en los centros docentes se ha doblado desde los años 90. Se trata entonces de un mal ejemplo en hábitos alimentarios que puede favorecer la obesidad infantil, tan creciente en este país.