Los niños, niñas y adolescentes consumen menos frutas, hortalizas, leche y productos lácteos que hace unos años y, por el contrario, toman más alimentos procesados, con gran cantidad de azúcar, sal y grasas saturadas. La alimentación poco saludable y la baja actividad física son algunas de las causas de la obesidad infantil, como expusimos en nuestro monográfico sobre la obesidad infantil (2021-22).
Y es que, si bien hasta la pandemia la ingesta de fruta era más o menos estable, en los últimos años en los hogares españoles se ha producido un descenso bastante acusado, como se refleja en esta gráfica elaborada con datos del Panel de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Programa escolar de consumo de frutas, hortalizas y leche
Según se destaca en la ‘Estrategia española del Programa escolar de consumo de frutas, hortalizas y leche 2023-2029’, el tiempo que estuvo en marcha el anterior programa (2017-2023) “coincide con una estabilización del consumo de fruta fresca en los hogares con niños” y en ellos “su evolución era mejor que en el conjunto de la población o que en los hogares sin niños”. En cambio, a partir de 2020, en el que hubo una mayor ingesta por el confinamiento, disminuye en mayor medida que en el conjunto de la población, “períodos que coinciden, además, con mayores dificultades en la implantación del Programa escolar”, aseguran en el documento.
Gracias al plan financiado por la Unión Europea, 2,5 millones de niños y niñas en España recibieron gratis frutas, hortalizas y leche en más de 4.000 colegios. Los datos registrados, apuntan en el informe, “demuestran la importancia y el impacto del programa escolar para aumentar el consumo de estos productos entre la población infantil; tanto para aumentar su consumo en el hogar al crecer la demanda entre los niños, como para complementar el consumo de frutas y hortalizas frescas, leche y productos lácteos realizado en casa”.
Visto el buen resultado, este programa se amplía otros seis años más con el objetivo de conseguir que cada vez más estudiantes conozcan y degusten estos productos, descubran sus características y propiedades, los integren en su dieta de una forma natural y, en definitiva, se logre que este hábito de consumo saludable se mantenga a largo plazo. Y para ello también se reforzará su aplicación en las áreas socioeconómicas más desfavorecidas.
De esta manera, con el próximo programa escolar, más alumnos de infantil, primaria y secundaria, pero sobre todo de edades comprendidas entre 6 y 10 años, se beneficiarán del reparto gratuito de diversas frutas frescas y hortalizas, además de gazpachos y zumos, leche, queso, yogures y cuajadas. La distribución se producirá una vez a la semana por la mañana durante 12-24 semanas.
Encargado de la fruta
Fomentar la participación e implicación de toda la comunidad educativa (progenitores incluidos) en una alimentación sana de los niños y niñas es otro de los objetivos de este programa.
- Ya se hace en los colegios habitualmente al recordar a los padres y madres en las reuniones iniciales de curso que intenten preparar almuerzos saludables para sus hijos.
- Además, es común instaurar en los centros escolares un día a la semana en el que se anima a los progenitores de alumnos de infantil y primaria a disponer de fruta como almuerzo para el recreo de sus retoños: es el denominado día de la fruta.
- También hay iniciativas algo más competitivas y ampliables en el tiempo, como el frutómetro, un concurso entre estudiantes o entre aulas que premia con un diploma al que más cantidad de fruta presente en una semana.
🍒 En qué consiste ser el encargado de la fruta
Pero existe una alternativa idónea para hacer que todos los días a media mañana los niños y niñas coman fruta en el colegio y se sientan protagonistas, importantes en el fomento del consumo de un alimento tan saludable. Consiste en convertirles una vez al mes en fruit manager o encargado de la fruta, el responsable de proveer de fruta a toda la clase.
Cada niño se encarga de ir con su familia a la frutería o supermercado, elegir la fruta, comprarla y prepararla para todos sus compañeros. Pero antes de escoger la más adecuada, debe cerciorarse de sus gustos y de las posibles alergias e intolerancias. ¿Tu peque es de los que se muestran más receptivos a probar alimentos que jamás ha comido solo porque se los ofrece otra persona? Puede ser que así ocurra con el compi de aula del día encargado de la fruta.
El único problema puede ser el precio, ya que cada familia debe dedicar parte de su presupuesto a este gasto. Pero bien mirado, no supone tanto, pues solo se debe hacer frente a este desembolso una vez cada 25 días lectivos (si hay otros tantos alumnos). Un ejemplo: si elegimos de fruta una mandarina grande (80 gramos) para cada niño, habría que adquirir dos kilos, lo que no implicaría destinar más de 8 euros. Piensa: ¿cuánto gastas al mes en el almuerzo de tu hijo? Igual más, ¿no?
De todas formas, seguro que, si algunas familias no tienen recursos económicos para hacer frente a este cargo, se puede proponer que parte se cubra con los fondos de la AMPA o de otros gastos en el cole o que, si hay fruta de sobra, se guarde para esos niños que no pueden llevar una vez al mes las piezas de fruta para comer a media mañana.
Otras ideas para potenciar el consumo de fruta
Esta última fórmula para incentivar el consumo de fruta entre los menores sirve, sobre todo, si el centro escolar no se adhiere al Programa escolar de consumo de frutas, hortalizas y leche 2023-29, porque el reparto gratuito de estos productos es la medida estrella de este plan. Aun así, hay otro tipo de acciones que cita el programa y que, tanto si se cuenta con este plan como si no, es recomendable incorporar en los colegios e institutos. Algunas de ellas son:
⭐ Concursos
Se puede proponer organizar un concurso de recetas que tengan como ingredientes principales las frutas, ya sea en general o con una temática concreta, por ejemplo, en ensalada, con yogur, postre… Se pueden elaborar en casa, con ayuda de la familia, e incluirlas en un recetario que lleve por título el nombre del concurso. También es posible llevar a cabo un concurso de redacción o de dibujo, donde los peques expresen sus sensaciones al degustar estos productos. ¿Y de premio? Fruta, por supuesto.
⭐ Talleres de cocina y degustación
Se puede contar con la colaboración de técnicos del sector agrícola, animadores socio-culturales o cocineros con experiencia en actividades con niños para preparar una degustación de frutas, a la vez que se realiza una actividad formativa relacionada con su producción.
⭐ Visitas educativas
¿Por qué no hacer una visita a una explotación hortofrutícola, un vivero, un almacén, un mercado…? Así pueden conocer el proceso de producción, conservación y envasado de los productos o realizar degustaciones.
⭐ Huertos escolares
En el huerto escolar no caben solo lechugas, calabacines, pimientos… también fresas, melones, moras, sandías, grosellas, frambuesas… y algún árbol frutal. Trabajando en el huerto, los estudiantes aprenderán más sobre las fases de cultivo, así como de los cuidados de las plantas. Hacer compostaje y usarlo les ayudará también a formarse en materia de sostenibilidad y prevención de residuos.
⭐ Exposiciones
Expertos en materia de salud y nutrición, o los propios escolares, pueden diseñar carteles, paneles e infografías con mensajes muy claros y visuales sobre las frutas y su consumo para colocarlos cerca de las entradas del cole a la vista de todo el mundo.
⭐ Otras herramientas educativas
Entre los materiales y recursos didácticos es posible incluir las frutas como hilo conductor. Libros de obligada lectura, juegos, adivinanzas, canciones con bailes, vídeos, chistes… donde las frutas sean las protagonistas ayudarán a ver la importancia de estos alimentos tan saludables.