Qué es la motricidad fina y cómo se trabaja
La motricidad fina son los movimientos voluntarios muy precisos de las manos, pies y dedos, que requieren atención, destreza y control. Las actividades que desarrollan esta habilidad motora necesitan de un alto nivel de coordinación viso-manual, una fuerza controlada y una buena concentración.
La motricidad fina resulta fundamental para el desarrollo intelectual, físico y emocional de los niños y niñas. Aparece alrededor de los 4 meses y se va perfeccionando con los años. Gracias a esta habilidad, por ejemplo, los peques aprenden a comer solitos, vestirse (abrochar botones y subir y bajar cremalleras) o escribir, por ejemplo.
¿Cómo fomentar la motricidad fina? Una vez que el peque tiene interiorizado el agarre de pinza (las puntas de los dedos pulgar e índice se juntan), un hito del desarrollo suele ocurrir en torno al año de edad, ya está preparado para empezar a trabajar esta habilidad. Así puedes ayudarle.
⭐ Bebés de 1-2 años
Entre las actividades de motricidad fina para menores de tres años destacan:
- Rasgar papel de periódico, revistas, pañuelos, de regalo…
- Pintura de dedos
- Hacer bolitas de papel o de plastilina
- Pasar páginas de cuentos
- Meter cosas pequeñas (botones, garbanzos) en recipientes
- Levantar torres de construcción
- Hacer un puzle
⭐ Niños y niñas partir de 3 años
Algunas de las actividades de motricidad fina para niños y niñas de más de tres años son:
- Recortar con tijeras
- Enroscar tapones
- Atar y desatar lazos
- Hacer collares con macarrones
- Garabatear, dibujar y pintar
Motricidad fina, educación y comportamiento
Precisamente dibujar, doblar papel y apilar bloques fueron las actividades de motricidad fina que tuvieron que realizar los más de 9.600 preescolares que participaron en un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Surrey y Birlbeck, Universidad de Londres (Reino Unido) que llegó a una interesante conclusión.
El trabajo evaluó a niños y niñas de TEDS (Twins Early Development Study), un estudio longitudinal con gemelos de Inglaterra y Gales. Observaron a los menores cuando cumplieron 2, 3 y 4 años de edad, con el fin de tener una idea de su motricidad fina durante el periodo preescolar y, posteriormente, se les hizo un seguimiento durante su infancia y adolescencia. Los autores se fijaron en los resultados que tuvieron a los 16 años en los exámenes GCSE (como los del último año de la ESO en España) y en su comportamiento, incluidos los rasgos relacionados con el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Con todo ello, los investigadores vieron que la motricidad fina en los niños pequeños está vinculada con calificaciones más altas en las pruebas educativas. Además, el estudio sugiere que los preescolares que pintan, pliegan papeles y juegan a amontonar bloques tendrán menos problemas de conducta en la infancia y la adolescencia. En concreto, una menor motricidad fina durante los primeros años se relacionó a más problemas de conducta y más síntomas de TDAH durante Primaria y Secundaria. Y estas asociaciones se mantenían cuando se tenían en cuenta los factores socioeconómicos, como la cualificación y el empleo de los padres.
Los autores reconocen que es necesario seguir investigando para determinar el papel exacto que desempeña la motricidad fina en los resultados posteriores de los niños, pero también creen que si se descubriera una relación causal debería tenerse en consideración. “A veces, los padres reciben libros gratis para sus hijos pequeños. Pero los responsables políticos deberían plantearse complementar los libros con bloques de construcción o materiales de dibujo«, destaca la profesora Angelica Ronald, autora principal del estudio.
Dejar a los peques pintar en la pared: ¿sí o no?
Con estos resultados, por tanto, ya tenemos unas cuantas razones más para trabajar la motricidad fina desde bien pequeños. ¿Cómo ayudar a tu hijo para desarrollarla? Nos centramos en las tres actividades que analizaron:
- Deja que doble papeles y los rasgue. Solo deberás tener cuidado para que no se haga pequeñas heridas o sufra un atragantamiento y, por supuesto, que no acceda a papeles importantes.
- Procura que tenga entre sus juguetes unos bloques de construcción adecuados para su edad. Pero ¡atento! Ya sabes que también puede entretenerse amontonando cosas, como cuentos, libros y carcasas de cintas de vídeo, DVD o CD.
- Pon de tu parte para que pinte y dibuje siempre que quiera: ofrécele distintos materiales e interésate por lo que ha expresado en sus obras. Y si puedes, acompáñale en sus creaciones.
Pero ten en cuenta que, si bien doblar papeles o levantar bloques apenas da problemas, dibujar o pintar tiene ciertos riesgos: que acabe pintando la mesa, el suelo, los muebles o, peor, la pared. ¿O es mejor dejarle? Porque podrías tener en casa un artista como Joe Whale (un niño británico que ya garabateaba desde los tres años y con solo 12 colabora con grandes marcas), y coartar su expresividad (y su futuro).
Con solo 12 meses de edad, los peques ya pueden sostener un lápiz o una pintura, un “arma peligrosa” en sus manos que deben aprender a manejar y saber convivir. Porque sí, dibujar y pintar garabatos constituye una forma excelente de desarrollar su imaginación y creatividad. Y lo conveniente es que al principio lo hagan en folios y cuadernos especiales para colorear, con lápices de cera de puntas redondeadas.
✔️ Dejar a los peques pintar en la pared
Pero pintar, dibujar o escribir en superficies verticales también les aporta ventajas. Con 15 meses ya son capaces de hacerlo en una lámina, lienzo o en la pared y aprovecharse de estos beneficios:
- Fortalece su postura corporal. Favorece el tono muscular.
- Otorga estabilidad en hombros y muñecas, por lo que mejora el agarre del lápiz o la pintura.
- Ayuda a la coordinación ojo-mano.
- Estimula trabajar con las dos manos.
- Incentiva la orientación espacial.
Sin embargo, la pintura vertical tiene sus riesgos. Y es que puede extenderse a lugares donde no deben. ¿Cómo evitarlo? Determina:
- en qué habitación tienen permitido pintar: su dormitorio, cuarto de juegos, cocina…
- dónde pueden pintar: pared, pizarra pequeña o como parte de la pared, cristal de la ventana, espejo, rollo de papel que forre la pared…
- con qué materiales pueden pintar: pintura lavable con agua, tiza, rotuladores para los cristales…
❌ No dejar que pinten en la pared
Si consideras que bajo ningún concepto tus hijos deben pintar en las paredes, sigue estos consejos:
- Explícales por qué se lo prohíbes. Es importante que dejes claro los límites en este sentido.
- Deja que usen una pizarra. Que utilicen las tizas para pintar en una pizarra movible puede servir para desarrollar todos los beneficios de la pintura vertical descritos.
- Ten siempre a mano material para dibujar: hojas, cuadernos, pizarra magnética, tableta de dibujo infantil, libros, pinturas, rotuladores…
- Implícales en la limpieza del hogar. Al hacer tareas domésticas valoran más los espacios limpios, y no ensuciarán tanto.
- Si, aun así, pintan en la pared o en otros lugares, invítales a que te ayuden a limpiarlo para que vean que sus actos tienen consecuencias.