Cómo cuidar los oídos en la infancia
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los menores casi el 60 % de la pérdida de audición se debe a causas evitables que pueden prevenirse aplicando medidas de salud pública. Y entre las estrategias que califica de “eficaces” entran unas buenas prácticas de atención materna y de puericultura.
Así, de los cuidados básicos de los oídos en la infancia, hay que tener en cuenta que nunca hay que introducir ningún objeto (incluidos los bastoncillos de algodón) por el conducto auditivo del peque, pues hay riesgo de producir lesiones en su tímpano. Basta con limpiar la parte externa con una gasa o una toalla suave humedecida en agua tibia. ¿Y si tiene mucha cera? La recomendación de usar gotas para ablandarla deberá venir por parte de su pediatra.
Si se acude a piscinas, los consejos para prevenir la otitis en niños pasan por la utilización de gorros y tapones y un buen secado de las orejas.
Y en el caso de que el menor use cascos para escuchar música, ver su serie favorita o jugar a videojuegos, lo conveniente es que lo haga lo menos posible o, al menos, con el volumen bajo (no debe exceder el 60 % del máximo permitido por el terminal). Y es que la pérdida prematura de oído por el abuso de auriculares ya es una realidad.
Además, lo aconsejable es reducir al máximo lugares donde el ruido es intenso y, en los últimos tiempos, se añade una última recomendación: jugar con juguetes que no superen los niveles seguros de volumen, ya que un exceso de decibelios (dB) puede ser perjudicial para su audición y, por tanto, para su calidad de vida presente y futura.
Pérdida de audición a causa del ruido
La OMS considera que el umbral a partir del que se puede producir deterioro auditivo está en los 65 decibelios (música de fondo, conversación normal). El Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación de los Estados Unidos (NIDCD) sube un poco: un nivel seguro está cerca o por debajo de los 70 decibelios.
Pero en lo que sí coinciden los especialistas es que permanecer mucho tiempo o repetidamente a sonidos de 85 decibelios o más (tráfico, cortadora de césped) puede causar pérdida de oído. Es decir, aunque la pérdida de audición por ruido en ocasiones se origina de forma inmediata, por lo general es acumulativa, se produce de manera gradual. La sordera o el tinnitus (acúfenos) también se relacionan con la pérdida de audición por el ruido.
➡️ Efectos del ruido en los niños
Los oídos infantiles son particularmente susceptibles a sufrir daños auditivos, dice la Academia Estadounidense de Audiología (AAA) en un comunicado. Las personas nacemos con alrededor de 16.000 células ciliadas dentro de la parte del oído interno involucrada en la audición. Y esas células permiten que el cerebro detecte los sonidos. Pero el ruido puede dañar el nervio auditivo y hacer que esas células tan delicadas no vuelvan a crecer.
Como recuerdan los audiólogos americanos, la pérdida de audición puede hacer que un niño tenga dificultades en la escuela y en sus relaciones sociales. Necesitará hacer un esfuerzo extra para escuchar lo que se dice, por lo que, a menudo, puede que se distraiga y acabe agotado. Incluso sus problemas de audición pueden confundirse con problemas de aprendizaje. Además, la pérdida de audición puede provocar problemas de conducta, falta de concentración y hasta depresión infantil.
Juguetes ruidosos para niños
A diario nuestros hijos están expuestos a muchos ruidos, no son ajenos a la contaminación acústica que sufrimos todos. Y tanto en las escuelas infantiles, como en ludotecas o en nuestros propios hogares, se enfrentan a ruidos en los que hasta hace poco tiempo no se reparaba: los que emiten los juguetes. De hecho, según el ‘I Estudio sobre la Salud Auditiva en España’, realizado por GAES, el 54 % de los adultos que compran juguetes infantiles no tiene en cuenta ni los niveles de ruido ni las consecuencias que pueden tener en la salud auditiva de los pequeños.
Un órgano electrónico, un coche de bomberos con sirena, un libro musical, un sonajero, un teléfono, un xilófono, una caja registradora, un robot… son juguetes sonoros, instrumentos musicales y otro tipo de juguetes muy adecuados para el desarrollo de niños y niñas. Pero tienen otros riesgos.
Hasta 2021, la Asociación Americana de la Vista y la Audición (Sight and Hearing) elaboraba listas con los juguetes más ruidosos. En la última, la mayoría superaban los 85 decibelios, y los cinco primeros los 100. Entre ellos figuraban un estudio de Dj portátil, un robot, un camión, un muñeco, un libro interactivo… Un verdadero peligro por el ruido que emiten.
➡️ Claves: tiempo de juego y cercanía
Y es que los expertos alertan de que el exceso de ruido en estos productos infantiles puede ocasionar lesiones irreversibles en sus oídos, si alcanzan un volumen superior a los 80 decibelios. A partir de esa intensidad mucho dependerá de la cantidad de tiempo que los pequeños estén expuestos a ese ruido. Y, claro, si les gusta el juguete, pueden tenerlo mucho tiempo encendido, y hasta puede que se lo acerquen al oído.
De ahí la importancia de la vigilancia de los progenitores mientras lo usan. Un control que también es importante por otro factor: los niños tienen los brazos cortos, por lo que, aunque no aproximen el juguete ruidoso al oído, con solo cogerlo lo tendrán muy cerca.
Cómo comprobar si un juguete es ruidoso
La Unión Europea cuida que no se superen los niveles seguros de volumen en los juguetes. Pero la normativa europea de seguridad (EN-71-1) valora la intensidad del juguete a una distancia de medio metro. De ahí que sea conveniente tener en cuenta las pautas que los expertos recomiendan seguir para ver si un juguete no es ruidoso.
- Pruébalo. ¿El sonido que emite el juguete te parece fuerte? También lo será para el niño o la niña.
- Mira las características técnicas, por si en la descripción se señala el volumen que alcanza. Recuerda que lo idóneo es que no superen los 80 decibelios.
- Son preferibles los juguetes con controles de volumen e interruptor de encendido y apagado.
- Para cerciorarte de la intensidad del sonido, mide el nivel de sonido con aplicaciones móviles, como Sound Meter, Sonómetro o Decibel.
Cómo usar juguetes ruidosos para que no afecten a la audición
Si aun así, a tu casa llega un juguete ruidoso para tu hijo, coloca una cinta adhesiva sobre el altavoz para que el sonido sea más bajo (hazlo bien, no sea otro peligro si se desprende). Además, procura que el peque adquiera el hábito de no llevárselo a la oreja mientras juega con él. Y si lo crees conveniente, haz que use protectores auditivos, como los que los menores utilizan en los festivales musicales.
Y ten en cuenta que el periodo de exposición es importante. Para que no le afecte a la audición limita el tiempo de juego:
- Si el juguete sobrepasa los 85 decibelios, no debe usarlo más de ocho horas.
- En el caso de que supere los 88, no le dejes que juegue con él más de cuatro horas.
- Si alcanza los 91, no puede utilizarlo más de dos horas.
- Cuando llega a los 94, como mucho podrá tenerlo encendido una hora.
- Y si se pasa de los 97, déjale jugar con él 30 minutos.