¿Por qué es necesario ayunar antes de una prueba médica?

Ayunar implica abstenerse de consumir cualquier tipo de alimento o bebida durante un determinado período de tiempo. Esto incluye todas las comidas sólidas y líquidos, como zumos, café y refrescos. El alcohol también debe evitarse, preferentemente 72 horas antes de la prueba o la cirugía, ya que puede interferir con los niveles de glucosa y triglicéridos.

En general, se permite beber pequeñas cantidades de agua antes de una prueba de sangre, ya que facilita la hidratación de las venas y la extracción de la muestra. Sin embargo, la ingesta está estrictamente prohibida en el caso de otras pruebas o intervenciones quirúrgicas. De todas formas, para evitar problemas, es aconsejable consultar antes con el laboratorio o con el médico.

Muchos análisis de sangre, especialmente aquellos que miden colesterol, glucosa, triglicéridos y enzimas hepáticas, requieren ayuno. Esto se debe a que los alimentos y las bebidas pueden introducir nutrientes en el torrente sanguíneo, lo que altera los niveles de ciertas sustancias y provoca resultados inexactos. El ayuno necesario suele ser de 4, 8 o 12 horas, según la analítica.

Las pruebas de sangre que requieren ayuno obligatorio son las que miden:

• Niveles de glucosa: para diagnosticar y controlar la diabetes.
• Perfil de lípidos (colesterol y triglicéridos): para evaluar el riesgo de enfermedades del corazón.
• Panel metabólico básico: para evaluar la función de órganos como hígado, riñones y corazón.
• Enzimas hepáticas: para detectar problemas en el hígado.

Para algunas exploraciones radiológicas, como tomografías computarizadas (TAC), resonancias magnéticas y ecografías abdominales, también se recomienda ayunar. La presencia de alimentos en el estómago puede interferir con la claridad de las imágenes y dificultar la visualización de los órganos internos. Por lo general, se aconseja un ayuno previo de 4 a 6 horas.

La necesidad de ayunar antes de una cirugía depende de varios factores: principalmente del tipo de operación y la anestesia que se empleará.

En el caso de cirugías que utilizan anestesia local, donde se adormece solo una zona específica del cuerpo (como en procedimientos dentales o dermatológicos), generalmente no es necesario ayunar. Esto se debe a que este tipo de anestesia no afecta el sistema digestivo ni presenta riesgos asociados con el contenido estomacal.

Si se utilizará anestesia general o sedación, ya sea para la parte inferior del cuerpo o como parte de un procedimiento mínimamente invasivo, el ayuno es obligatorio. Para minimizar riesgos, también se debe ayunar si existe la posibilidad de que se necesite anestesia general de manera imprevista durante la cirugía.

Normalmente, las directrices médicas suelen indicar un ayuno de 6 a 8 horas para sólidos, aunque hay casos en los que el periodo se extiende a las 12 horas. En cuanto a los líquidos, están prohibidos, salvo excepciones.

Antes de someterte a una prueba médica, consulta con tu médico si debes seguir tomando tus medicamentos habituales, sean con o sin receta. No suspendas ningún fármaco a menos que te lo indique de forma expresa. Además, informa sobre cualquier vitamina o suplemento que estés tomando, ya que podrían afectar a los resultados obtenidos.

No respetar el ayuno recomendado puede llevar a resultados inexactos en tus pruebas médicas, lo que a su vez podría causar diagnósticos incorrectos y tratamientos inadecuados.

En el caso de una cirugía, las consecuencias pueden ser aún más graves. Si tu estómago no está vacío, existe el riesgo de que su contenido pase a los pulmones durante la anestesia, ya que en estado de coma inducido no podrás toser ni activar los reflejos que protegen las vías respiratorias. Esto puede provocar broncoaspiración, una complicación grave que podría causar lesiones pulmonares severas, ya que los alveolos no están preparados para soportar los ácidos del estómago.

De este modo, podrás realizar la mayor parte del ayuno durante la noche, reduciendo el tiempo que estarás despierto y sin comer. Esto también ayuda a evitar la tentación de romper el ayuno.

Una cena baja en grasas y azúcares ayuda a estabilizar los niveles sanguíneos, evitando picos que puedan interferir con los resultados de la prueba. Al elegir alimentos más ligeros, tu cuerpo digiere más rápido, lo que también puede hacer que el ayuno sea más llevadero.

La actividad física intensa puede alterar los resultados, particularmente en los niveles de glucosa y triglicéridos. Además, promueve la liberación de metabolitos como el ácido láctico y la creatina fosfoquinasa (CPK) en la sangre, que pueden interferir con la precisión de los análisis.

El tabaco puede afectar a los niveles de glucosa en sangre, lo que podría distorsionar los resultados del análisis.