Educar en hábitos saludables en los colegios de Primaria, clave para reducir la obesidad infantil

Un estudio español demuestra que los centros escolares constituyen un entorno crucial para la promoción de la salud infantil
Por María Huidobro González 5 de septiembre de 2024
comedor escolar
Son muchos los frentes desde los que ayudar a reducir las altas tasas de sobrepeso y obesidad en menores registradas en nuestro país, como abordamos en nuestro monográfico sobre obesidad infantil. Las administraciones públicas deben poner de su parte, como también las familias y los centros escolares. De hecho, un estudio reciente destaca el papel crucial de los colegios de Educación Primaria. A continuación, abordamos sus conclusiones.

Un tercio de los niños, niñas y adolescentes en España tiene exceso de peso, y uno de cada diez presenta obesidad, según el estudio ENE-COVID publicado en 2023 con datos de 10.543 menores de entre 2 y 17 años. La obesidad infantil representa un grave problema de salud pública, que dispara el riesgo de sufrir patologías consideradas tradicionalmente propias de adultos, como las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión arterial, los problemas locomotores, la diabetes tipo 2, la apnea del sueño, el infarto cerebral…

Hábitos saludables para reducir la obesidad infantil

Abordar esta epidemia requiere de un enfoque integral. Es vital actuar en los centros de salud, en los distintos gobiernos, en las familias, en la publicidad de los medios de comunicación o en los centros educativos. Pero también necesita de un esfuerzo coordinado. En ello está el recién creado Comité Interministerial para luchar contra la obesidad infantil en España, un organismo adscrito al Ministerio de Sanidad que impulsará las 200 medidas del Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil (2022-2030).

Y es que de poco vale mejorar los menús escolares, aumentar las horas de Educación Física en el colegio, prohibir las bebidas energéticas a menores o subir el IVA a las bebidas azucaradas, si las comidas y cenas en casa se basan en productos ultraprocesados, los peques y adolescentes practican poco deporte, las pantallas copan las horas de su tiempo de ocio o la publicidad de alimentos insanos no cesa en los influencers o en los canales de televisión infantil, por ejemplo.

✔️ En los centros educativos

Adoptar hábitos saludables y promocionarlos ayuda en el objetivo de bajar esas cifras. Y en los colegios, donde los peques pasan muchas horas cada día, esta tarea resulta fundamental. De hecho, no hay duda alguna de que la escuela se ha convertido en un espacio imprescindible para aprender a comer de forma saludable y sostenible con programas educativos como ‘Energía para crecer’ de la Escuela de Alimentación de la Fundación EROSKI.

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Imagen: Yan Krukau

Por eso, en las seis líneas estratégicas del plan del Gobierno para atajar el problema, los entornos educativos son lugares de acción destacada. En ellos se pretende llevar adelante estas medidas prioritarias para reducir la obesidad infantil en un 25 %:

  • Aumentar el tiempo de actividad física en el plan de estudios y en la educación no formal.
  • Incrementar la oferta de actividades extraescolares relacionadas con la actividad física o el deporte.
  • Garantizar la oferta de comedor en todas las etapas educativas, promoviendo una alimentación saludable y priorizando la disponibilidad de cocina propia y la sostenibilidad.
  • Incorporar contenidos de educación sobre nutrición, alimentación y gastronomía saludable en los planes de estudios.
  • Garantizar la extensión de las becas comedor para la infancia en situación de vulnerabilidad.
  • Incluir la prevención en salud mental y promoción del bienestar emocional en el currículo educativo.
  • Aumentar el número de clases o actividades en el entorno natural, incluyendo la creación de huertos o jardines escolares y la renaturalización de los patios.
  • Crear y garantizar la sostenibilidad de una Red Estatal de Escuelas Promotoras de la Salud.
  • Desarrollar la Ley Orgánica de Protección Integral a la infancia y la adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI), incluyendo la implantación de los coordinadores de bienestar.
  • Garantizar que el profesorado, personal de apoyo y educadores tengan formación en estilos de vida saludables para la infancia y adolescencia.

Educar en hábitos saludables desde los colegios ayuda a reducir la obesidad infantil

Un estudio español reciente publicado en la revista Jourmal o the American College of Cardiology (JACC) viene a confirmar la importancia de educar en hábitos saludables en los centros escolares para disminuir la obesidad infantil. Constituye, como manifiestan sus responsables, uno de los estudios científicos contemporáneos de promoción de la salud en el ámbito escolar “más grandes y con mayor seguimiento de los participantes”. No en vano, incluyó durante seis años a 1.771 niños y niñas de edades comprendidas entre los 6 y 12 años de 48 colegios públicos de Educación Primaria de la Comunidad de Madrid.

La investigación, liderada por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y la Fundación SHE (Science, Health and Education), con el apoyo de la Fundación «la Caixa», demostró que las intervenciones tempranas sobre hábitos de salud saludables en el entorno escolar consiguen reducir la acumulación de grasa a nivel abdominal y destaca que las llevadas a cabo durante los primeros cursos de Primaria pueden ser más efectivas que intervenciones posteriores.

👉 El estudio

En concreto, lo hizo con una iniciativa denominada Programa SI! de Salud Integral. Como se explica en la introducción del trabajo científico, consiste en una intervención educativa para promocionar la salud cardiovascular desde la primera infancia. El programa adopta una visión holística de la promoción de la salud sobre la base de cuatro áreas: alimentación saludable, actividad física, funcionamiento del cuerpo y del corazón, y gestión de las emociones, “factor protector contra el abuso de sustancias”. Además, actúa en cuatro niveles: alumnos, familias, profesores y entorno escolar.

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Imagen: RDNE Stock project

Para realizar el estudio, los colegios participantes se dividieron en cuatro grupos compuestos por 12 centros cada uno:

  • En el primero se desarrolló la intervención educativa a lo largo de los seis cursos de Educación Primaria.
  • Los estudiantes del segundo grupo recibieron la misma intervención durante los tres primeros cursos de Primaria.
  • En el tercer grupo, los alumnos tuvieron el programa en los tres últimos cursos de Educación Primaria.
  • Y en el último grupo, los niños y niñas no recibieron ninguna intervención educativa. 

Durante la investigación se llevaron a cabo mediciones detalladas de la salud cardiovascular de los menores que incluyeron una serie de marcadores de obesidad y acumulación de grasa corporal, como el índice de masa corporal (IMC), la circunferencia de la cintura o la relación cintura-altura. Estas mediciones se realizaron al inicio del estudio, coincidiendo con el comienzo del primer curso de Educación Primaria, y después cada tres años, al final del tercer y sexto curso.

👉 Las conclusiones

Los principales resultados del estudio mostraron que, en los dos grupos de colegios que recibieron la intervención durante los tres primeros años, «los participantes presentaron un cambio menos adverso en parámetros de obesidad, como el IMC, y de forma especial en los que miden la acumulación de grasa a nivel abdominal, en comparación con los otros grupos».

De ahí que Rodrigo Fernández Jiménez, líder del Laboratorio de Imagen y Salud Cardiovascular del CNIC y coinvestigador del proyecto, afirme en el comunicado que da a conocer el estudio que «los colegios son un entorno ideal para la implementación de programas educativos de promoción de la salud«.

Por eso, Valentín Fuster, director general del CNIC e investigador principal del estudio, adelanta que ya están inmersos en un nuevo estudio en escuelas que evaluará la eficacia de la reintervención o píldoras educativas durante la Primaria. “Creemos que esta estrategia puede ser incluso más efectiva al sobrecargar menos al personal docente, figura clave en este tipo de intervenciones en el entorno escolar”, señala.

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