El resfriado común es una de las enfermedades más extendidas en todo el planeta: se calcula que un adulto sufre una media de cuatro procesos al año, mientras que un niño que acude a la escuela puede padecer hasta diez catarros anuales. Pese a su impacto mundial, todavía no hay disponible ni cura ni vacuna para el enfriamiento, aunque distintas líneas de investigación no cesan en su empeño de lograrlo. Uno de los protagonistas estudiados es el cinc. En este artículo se explica por qué el cinc parece ser uno de los candidatos para prevenir el resfriado y acelerar su proceso de curación.
El resfriado: dolencia leve con millones de afectados
El resfriado común es una enfermedad de carácter leve que, en condiciones normales, se supera en una o dos semanas. No obstante, no está libre de complicaciones, como otitis, sinusitis y problemas respiratorios, sobre todo en personas con otras dolencias respiratorias o cardíacas.
Es la enfermedad leve más extendida en todo el planeta y, en la actualidad, se carece de remedios efectivos para tratarla o evitarla. Esto se debe al hecho de que un mismo catarro puede estar provocado por varias clases de virus. El más común es el rinovirus, del que se conocen más de 100 variedades. Esto dificulta de manera extraordinaria la obtención de remedios o vacunas efectivas.
Otro de los problemas inherentes al resfriado es su elevado grado de contagio. Se transmite por vía aérea, oral y por contacto con superficies contaminadas. Esto origina que en un determinado periodo de tiempo numerosas personas resulten infectadas, a menudo de un mismo ámbito laboral, social o escolar. Las pérdidas económicas provocadas por la baja de trabajadores y estudiantes de forma sincrónica no son insignificantes. Se calcula que en EE.UU. superan los 20 billones de dólares por año.
Fármacos contra los síntomas del resfriado
Los fármacos más prescritos son descongestionantes nasales, analgésicos y antihistamínicos
Los fármacos más utilizados para el tratamiento de los resfriados reducen o atenúan los síntomas de la enfermedad, pero no contribuyen a su curación. La mayoría inhiben alguna de las respuestas inmunes del propio organismo, que a menudo resultan más molestas, como la tos o la fiebre. Entre las sustancias más prescritas figuran los descongestionantes nasales, analgésicos para la fiebre y los dolores musculares, y antihistamínicos, para disminuir las secreciones nasales y la tos.
Por otro lado, a menudo se suministran antibióticos para el tratamiento de los resfriados. Este recurso no solo es inefectivo, ya que los antibióticos actúan de manera exclusiva contra bacterias y este proceso catarral está producido por virus, sino que además supone un riesgo para la salud. Con una administración indiscriminada de antibióticos se obtienen cepas bacterianas resistentes, muy difíciles de tratar.
Combatir el resfriado con cinc: qué dicen los estudios
Una revisión realizada por la Biblioteca Cochrane, en la que se incluyen 1.390 personas de 15 estudios diferentes, demuestra que el cinc puede reducir la severidad de un catarro y su duración. Los resultados indican que tomarlo como suplemento durante las primeras 24 horas después de la infección por el virus ayuda a reducir el tiempo de curación. Los niños que recibieron dosis bajas de forma diaria durante largos periodos de tiempo registraron una menor incidencia de catarros que los del grupo placebo, a quienes no se les suministró el suplemento.
Los mecanismos biológicos que explican estos resultados no son concluyentes, pero parece que el cinc podría unirse al virus y dificultar que este infecte las células del huésped. Este mineral inhibe su replicación, ya que impide la formación de su cápside proteica, en el interior de la cual está siempre el material genético del virus. Se cree además que inhibe la secreción de histamina, un potente agente inflamatorio.
La idea de utilizarlo para el tratamiento surgió cuando en 1984 se detectó que una niña de tres años con leucemia, a quien se le administró este mineral para activar su respuesta, se curó de un resfriado a las pocas horas de recibir el tratamiento.
En la revisión se confirma que cada grupo de trabajo ha realizado su investigación con diferentes compuestos del mineral, a distintas dosis y durante diferentes periodos de tiempo. También se recogen algunos estudios que no objetivan evidencias de un efecto positivo del cinc para combatir el catarro. La alta heterogeneidad de los resultados dificulta las conclusiones finales, pero los efectos parecen positivos.
El doctor David Tovey, editor jefe de la Biblioteca Cochrane, señala que “el tratamiento con cinc muestra cierta promesa, lo cual, en lo que se refiere al resfriado común, es bastante inusual”. La doctora Meenu Singh, del Instituto de Educación e Investigación Médica en Chandigarh (India), precisa que, aunque es efectivo, “por el momento, es todavía difícil hacer una recomendación general, porque no sabemos cuál es la dosis, formulación o duración más óptimas de tratamiento”.
A su vez, el profesor Ronald Eccles, director del Centro del Resfriado Común de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), se muestra más cauto. Eccles recuerda que será necesario investigar la posible toxicidad del cinc si se consume durante periodos prolongados. En los estudios realizados, los únicos efectos secundarios detectados e inconvenientes del tratamiento fueron algunos casos de náuseas y el mal sabor del cinc.