Sumar, restar, multiplicar y dividir. Las operaciones matemáticas básicas pueden ser un divertido entretenimiento para algunos estudiantes, pero una tarea difícil, e incluso aburrida, para muchos otros, que al finalizar el curso han quedado rezagados en esta asignatura respecto a sus compañeros de clase. Pero no está todo perdido. Estos alumnos pueden aprovechar el tiempo disponible durante los meses de verano para ponerse al día en la materia a un ritmo más pausado y adaptado a sus necesidades.
Como ocurre con otras materias técnicas, el aprendizaje de las matemáticas es más una cuestión de práctica que de estudio. Por eso, las largas jornadas de los meses estivales son una buena ocasión para que los niños y jóvenes que han tenido dificultades con esta asignatura durante el curso académico repasen las principales técnicas y operaciones de cálculo.
Por una parte, los estudiantes están más descansados que durante el año académico y, por tanto, dedicar un pequeño periodo de tiempo diario a realizar ejercicios matemáticos no resulta tan tedioso. Por otra parte, los padres tienen en general más disponibilidad, de modo que les resultará más fácil ayudar a sus hijos con estas tareas y estar pendientes de que se llevan a cabo de forma efectiva.
Por dónde empezar
Antes de establecer las pautas y la planificación del trabajo diario que va a realizar el estudiante, es importante conocer cuáles son los contenidos curriculares de la materia que necesita reforzar o aprender. Hay que tener en cuenta que el aprendizaje de las matemáticas es progresivo y no se pueden abordar algunos ejercicios si antes no se dominan los cálculos y operaciones básicas que los sustentan. No se puede pretender que un alumno resuelva de modo eficaz multiplicaciones por dos cifras si no tiene bien aprendidas las tablas de multiplicar.
El tutor puede recomendar los materiales más adecuados para trabajar la asignatura en verano
Es recomendable consultar de forma previa con el tutor del alumno, para que proporcione orientaciones claras sobre los distintos aspectos de la materia que hay que trabajar y el orden que hay que seguir para practicarlos. El tutor es también la figura idónea para obtener recomendaciones sobre los materiales más adecuados que se pueden utilizar para trabajar la asignatura.
Una vez delimitados los contenidos esenciales que necesita reforzar el estudiante, es aconsejable marcar una pauta diaria de trabajo para que avance poco a poco en la materia. Se pueden combinar distintas estrategias y recursos, de modo que el aprendizaje resulte más motivador y menos aburrido para el alumno.
Cuadernillos de cálculo
Uno de los materiales más recomendados por los docentes para repasar y reforzar los contenidos matemáticos son los cuadernillos de cálculo. Estos recursos didácticos centran sus contenidos en la práctica lineal de una operación matemática determinada, como sumas con llevadas, multiplicaciones por dos cifras o divisiones por una cifra, entre otras. Las distintas editoriales de libros de texto publican cada año colecciones específicas de estos materiales que se pueden consultar en el catálogo digital de la Asociación Nacional de Editores de Libros de Texto (ANELE).
Lo importante no es terminar rápido los ejercicios, sino resolverlos bien
El alumno puede dedicar entre 10 y 20 minutos diarios (en función de su edad y la dificultad de las operaciones) a completar los ejercicios, aunque debe ser consciente de que lo importante no es terminarlos rápido, sino resolverlos bien. Es esencial que, una vez ejecutados, un adulto repase los resultados y que el estudiante corrija las operaciones incorrectas para que no vuelva a cometer los mismos errores.
Cuadernillos digitales
Gracias a las nuevas tecnologías, también es posible generar a través de la Red cuadernillos de cálculo personalizados con las operaciones que el estudiante necesita reforzar. Estos son algunos de los portales de Internet destacados que ofrecen este recurso: