Más de 1.000 millones de personas en el mundo padecen algún tipo de discapacidad y al menos la quinta parte de ellas deben superar obstáculos importantes en su vida cotidiana, asegura un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un porcentaje elevado corresponde a jóvenes de 10 a 24 años, a quienes ciertas discapacidades, sobre todo psiquiátricas, les provocan altos grados de invalidez. Además, el futuro no es nada esperanzador, ya que se espera un incremento en su incidencia debido, sobre todo, al envejecimiento de la población y al aumento de enfermedades crónicas.
Las enfermedades mentales constituyen las principales causas de discapacidad entre jóvenes, según un artículo reciente de la revista médica «The Lancet». La esquizofrenia, la depresión, el trastorno bipolar o el alcoholismo ocasionan el 45% de la carga de todas las enfermedades entre los jóvenes de 10 a 24 años, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por otro lado, estas patologías son las grandes ausentes en los programas de salud pública de la mayoría de los países, un aspecto que empeora el escenario. A los trastornos neuropsiquiátricos les siguen las lesiones no intencionadas (12%), sobre todo provocadas por accidentes de tráfico, y las enfermedades infecciosas y parasitarias (10%).
Los jóvenes representan el 27% de la población mundial, por lo que la discapacidad en esta franja de edad supone una carga muy importante para la salud pública, más que las lesiones, accidentes de tránsito y enfermedades infecciosas o parasitarias como el VIH o la malaria.
Para el trabajo, los investigadores tomaron datos del Estudio Global de Enfermedades realizado por la OMS en 2004, de países de todos los continentes. Los datos revelan que los años de vida perdidos por discapacidad entre los jóvenes de 10 a 24 años rondaron 236 millones, una cifra que representa el 15,5% del total de años perdidos para todas las edades. En todo el mundo, la carga de morbilidad fue del 12% mayor en las chicas de 15 a 19 años.
Factores de riesgo de discapacidad
Uno de los problemas es que el estilo de vida a estas edades no tiene una consecuencia directa sobre el organismo, sino que se desarrolla a edades posteriores
Los factores de riesgo de discapacidad se desarrollan entre los 15 y los 19 años. Pueden provocar consecuencias a largo plazo el abuso de alcohol, la práctica de relaciones sexuales sin protección, las deficiencias de hierro, el consumo de agua no potable, la carencia de medidas de anticoncepción y la higiene deficiente. Uno de los problemas principales es que el estilo de vida a estas edades no tiene una consecuencia directa sobre el organismo, sino que los resultados de haber seguido unos hábitos insanos se desarrollan a edades posteriores.
Los programas de salud pública en todo el mundo, en general, tienden a centrarse en la salud de los menores de 5 años. Este grupo de edad es el más vulnerable y representa la tasa más alta de mortalidad en el mundo. No obstante, tal y como señalan los investigadores, la adolescencia y juventud son períodos cruciales porque en ellos se establecen los factores de riesgo de varias enfermedades y problemas de salud en la adultez, como el abuso de sustancias, los embarazos no deseados y las infecciones de transmisión sexual.
La discapacidad hoy
Se estima que casi todas las personas sufrirán alguna discapacidad, transitoria o permanente, en algún momento de su vida. Según la Encuesta Mundial de Salud, cerca del 15,6% de la población a partir de los 15 años vive con una, mientras que el proyecto sobre la Carga Mundial de Morbilidad estima el porcentaje en un 19,4%. La misma encuesta señala que, del total de afectados, un 2,2% tiene dificultades muy significativas de funcionamiento, mientras que el segundo estudio cifra en un 3,8% las personas con una forma grave asociada a afecciones tales como la tetraplejia, depresión grave o ceguera. Por si fuera poco, las cifras de afectados aumentan de forma progresiva, atribuible al envejecimiento de la población y al aumento de las enfermedades crónicas a escala mundial.
La OMS y el Grupo del Banco Mundial han publicado el «Informe mundial sobre la discapacidad», que aborda esta problemática con el objetivo de proporcionar datos para la creación de programas innovadores que mejoren la vida de los afectados. El informe lanza las primeras estimaciones mundiales sobre la discapacidad relativa a 40 años, así como una panorámica de la situación en todo el planeta. A partir de los resultados, la OMS insta a los gobiernos a facilitar el acceso a los servicios generales y a realizar inversiones en programas especializados que hagan posible que los afectados desplieguen sus posibilidades.
El texto de la OMS señala que pocos países disponen de mecanismos adecuados para responder a las necesidades de los millones de personas con discapacidad y que conforman uno de los grupos más marginados del mundo. Estigmatización y discriminación, falta de atención de salud y servicios de rehabilitación adecuados, inaccesibilidad a prestaciones de transporte, edificios y tecnologías de comunicación son algunas de las dificultades que deben sortear a diario.
Como consecuencia, el nivel sanitario, los logros en educación y las oportunidades económicas de los afectados son inferiores y sus tasas de pobreza más altas, destaca el documento. Según las recomendaciones incluidas en el informe, los gobiernos pueden llevar a cabo diversas acciones: promover el acceso a los servicios generales; invertir en programas específicos para los afectados; adoptar una estrategia y plan de acción nacionales; mejorar la educación, formación y contratación del personal; proporcionar una financiación adecuada; aumentar la conciencia pública; fortalecer la investigación y la recopilación de datos; y garantizar la participación de los afectados en la aplicación de políticas en favor de la discapacidad.
La Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, en vigor desde 2006, pretende “promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente”.